la cocina para compartir la mesa con los otros criados. Los aristocratas jovenes habian estudiado en Harvard, Yale y Princeton; Buchanan habia tenido que conformarse con las clases nocturnas en una institucion de la que sus superiores se burlaban abiertamente.

En la actualidad, se sentia ajeno a su propia familia. Enviaba dinero a sus parientes, pero estos se lo devolvian. Cuando los visito, no tenian nada que contarle. No comprendian ni les interesaba lo que hacia. Sin embargo, le dieron a entender que creian que su ocupacion no era honesta; Buchanan lo noto en sus rostros demacrados, en las palabras que farfullaban. Washington guardaba tan poca relacion con ellos y sus valores como el infierno. Buchanan mentia para ganar enormes sumas de dinero. Habrian preferido que siguiera sus pasos y llevase una vida de trabajador honrado. Al elevarse por encima de ellos, habia caido muy por debajo de lo que representaban: justicia, integridad, caracter.

El camino que habia elegido durante los ultimos diez anos no habia hecho mas que acrecentar su aislamiento. Apenas tenia amigos. No obstante, millones de desconocidos en todo el mundo dependian de el para algo tan basico como la subsistencia. El mismo reconocia que se trataba de una existencia bastante peculiar.

Y ahora, con la aparicion de Thornhill, a Buchanan empezaban a fallarle los pies y estaba mas cerca que nunca del abismo. Ya no podia confiar en su indiscutible alma gemela, Faith Lockhart. Ella no sabia nada sobre Thornhill ni sabria jamas nada del hombre de la CIA; eso bastaria para mantenerla a salvo. Buchanan habia sacrificado su ultimo contacto humano real y ahora estaba solo de verdad.

Se aproximo a la ventana del despacho y observo los majestuosos edificios conocidos en todo el mundo. Algunos arguian que las hermosas fachadas eran solo eso: como la mano del mago, su funcion consistia en distraer la mirada de los asuntos realmente importantes de la ciudad, que solian negociarse para beneficiar a una minoria selecta.

Buchanan habia aprendido que el poder efectivo y a largo plazo derivaba, basicamente, de la moderada fuerza de gobierno de la minoria sobre la mayoria ya que gran parte de la poblacion no tenia vocacion politica. Para que la minoria gobernara a la mayoria hacia falta un equilibrio delicado, tacto y cortesia, y Buchanan sabia que el mejor ejemplo historico se encontraba alli.

Cerro los ojos, la oscuridad lo envolvio y le insuflo la energia necesaria para la lucha del dia siguiente. Sin embargo, la noche seria larga ya que, de hecho, su vida se habia convertido en un largo tunel que no conducia a ninguna parte. Si por lo menos pudiera asegurarse de que Thornhill cayera tambien, entonces todos los esfuerzos habrian valido la pena. Todo cuanto Buchanan necesitaba era una pequena grieta en la oscuridad. ?Ojala fuera posible!

4

El coche se desplazaba por la autopista justo a la velocidad maxima permitida. El hombre conducia y la mujer iba sentada a su lado. Estaban tensos, como si cada uno esperara que en cualquier momento el otro lo atacara.

Mientras un avion, con el tren de aterrizaje preparado, rugia sobre ellos como un halcon en su descenso hacia el aeropuerto de Dulles, Faith Lockhart cerro los ojos y, por unos instantes, se imagino que estaba en el avion y que, en vez de aterrizar, se disponia a emprender un viaje a un destino lejano. Mientras abria los ojos lentamente, el coche tomo una salida de la autopista y dejaron tras de si el desasosegante resplandor de las luces de sodio. Al poco, pasaron junto a varias hileras irregulares de arboles que bordeaban la carretera de cunetas amplias, hondas y cubiertas de hierba; la unica luz que veian, aparte de la del coche, era el apagado centelleo de las estrellas.

– No entiendo por que la agente Reynolds no ha podido venir esta noche -dijo Faith.

– La respuesta es bien sencilla: se ocupa de otras investigaciones aparte de la tuya, Faith -replico el agente especial Ken Newman-. Pero yo no soy lo que se dice un desconocido, ?no? Solo vamos a hablar, como las otras veces. Finge que soy Brooke Reynolds. Estamos en el mismo equipo.

El coche viro para enfilar una carretera mas aislada aun. En este tramo, en lugar de arboles habia campos pelados que esperaban el repaso final de las excavadoras. En poco menos de un ano, habria tantas casas como arboles habia antes ya que los barrios perifericos crecian de forma descontrolada. En esos momentos, la tierra parecia saqueada, despojada e inhospita, quiza debido al futuro que le esperaba. En ese sentido, Faith Lockhart se asemejaba mucho a la tierra.

Newman la miro con el rabillo del ojo. Aunque no le gustaba admitirlo, se sentia incomodo en presencia de Faith Lockhart; era como si estuviera sentado junto a una bomba sin saber cuando explotaria. Se removio en el asiento. La piel se le levantaba un poco en la zona que le rozaba el cuero de la pistolera del hombro. A la mayoria de las personas solia salirle un callo, pero a el se le levantaban ampollas y se le desprendia la piel una y otra vez. Curiosamente, tenia la sensacion de que la punzada representaba una especie de ventaja ya que no le permitia relajarse; se trataba de una advertencia obvia: si bajaba la guardia ese pequeno malestar tendria consecuencias nefastas. Esa noche, sin embargo, llevaba chaleco antibalas y la pistolera no le rozaba la piel; el dolor y la sensacion de alerta habian perdido fuerza.

Faith notaba la sangre que le fluia por la orejas, tenia todos los sentidos despiertos, como si estuviera tumbada en la cama por la noche y hubiera escuchado un ruido extrano. Cuando se es nino y ocurre algo asi, uno acude corriendo a la habitacion de los padres y se mete en la cama con ellos para encontrar cobijo en sus brazos carinosos y comprensivos. Sus padres estaban muertos y ahora tenia treinta y seis anos. ?Quien cuidaria de ella?

– Despues de esta noche, la agente Reynolds me sustituira -dijo Newman-. Con ella te sientes a gusto, ?no?

– No creo que «a gusto» pueda aplicarse a situaciones como esta.

– Seguro que si. De hecho, es muy importante. Reynolds es una tiradora de primera. Creeme, si no fuera por ella, estariamos estancados. No nos has dado mucho para proseguir, pero ella confia en ti. Mientras no hagas algo que acabe con esa confianza, Brooke Reynolds sera tu poderosa aliada. Se preocupa por ti.

Faith cruzo las piernas y los brazos. Media un metro sesenta y cinco y su torso era corto. Tenia menos pecho del que le hubiera gustado, pero las piernas largas y bien torneadas. Si todo lo demas le fallaba, siempre podria recurrir a las piernas para llamar la atencion. Advirtio que los musculos definidos de las pantorrillas, visibles bajo las medias transparentes, bastaban para que Newman las mirase de reojo de vez en cuando con cierto interes, o eso le parecio.

Faith se aparto de la cara el pelo, de color caoba, y apoyo la mano en el caballete de la nariz. Tenia varias canas. No se veian mucho, pero eso cambiaria con el tiempo. De hecho, la presion a la que estaba sometida aceleraria, sin duda alguna, el proceso de envejecimiento. Faith era consciente de que, ademas del trabajo duro, el ingenio y la desenvoltura, su buena presencia le habia ayudado en su carrera. Parecia frivolo creer que el aspecto fisico contaba, pero esa era la verdad, sobre todo teniendo en cuenta que durante toda su trayectoria habia tratado con una mayoria masculina.

Sabia que las amplias sonrisas que le dispensaban cuando entraba en el despacho de un senador no se debian a su inteligencia, sino a las minifaldas que le gustaba llevar. A veces era tan sencillo como sostener el zapato con la punta de los dedos del pie; ella les hablaba de ninos moribundos, familias que vivian en las cloacas de paises lejanos, y ellos solo se fijaban en la forma de sus pies. Dios, la testosterona constituia la mayor debilidad del hombre y el arma mas poderosa de la mujer. Al menos, servia para nivelar un terreno de juego que siempre habia estado inclinado a favor de los hombres.

– Es maravilloso que te quieran tanto -comento Faith-, pero recogerme en un callejon y llevarme a un lugar perdido a altas horas de la noche… ?no crees que es un tanto excesivo?

– No podiamos permitir que se te viera entrar en la Oficina de Campo de Washington. Eres la testigo principal de lo que tal vez sea una investigacion muy importante. Este lugar es seguro.

– Es decir, que es perfecto para tender una emboscada. ?Como sabes que no

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