investigar cualquier rumor sobre la presunta implicacion del presidente en la muerte de Christine Sullivan. Pero ahora que la nacion sabe que estoy dispuesto a llevar al criminal ante la justicia, si se hace cualquier acusacion, la gente pensara que el tipo me vio en la television y que esta loco.
Russell se sento. El problema radicaba en que Richmond no conocia todos los hechos. De haber sabido lo del abrecartas, ?habria dado estos pasos? ?De haber sabido que Russell habia recibido la carta y la foto? Le estaba ocultando informacion a su jefe, una informacion que podia hundirlos a los dos para siempre.
Russell cruzo el vestibulo en direccion a su despacho sin darse cuenta de que Bill Burton la miraba desde un pasillo. La mirada no era precisamente de afecto.
«Maldita puta.» Desde su posicion podia haberle metido tres balas en la cabeza. Sin problemas. La charla con Collin lo habia aclarado todo. Si aquella noche hubiese llamado a la policia hubiese habido problemas, pero no para el y Collin. El presidente y su companera se habrian llevado la peor parte. La mujer le habia embaucado. Y ahora todo aquello por lo que habia trabajado y sufrido pendia de un hilo.
Sabia mucho mejor que Russell a lo que se enfrentaban. Y fue este conocimiento por lo que habia tomado una decision. No habia sido facil, pero era la unica a su alcance. Era la razon por la que habia visitado a Seth Frank. Tambien era la causa por la que habia hecho pinchar el telefono del detective. Burton sabia que era dar palos de ciego, pero ahora ya no habia nada seguro. Habia que jugar con las cartas que tenian y confiar en que la fortuna les sonriese en algun momento.
Una vez mas Burton se estremecio de furia por la posicion en que le habia puesto. La decision que habia tenido que tomar por su estupidez. Era lo unico que podia hacer aparte de estrangularla con sus propios manos. Pero se prometio a si mismo una cosa. Aunque le fuera la vida en ello se aseguraria de que esta mujer sufriera por sus actos. El se encargaria de arrancarla de la proteccion de su carrera, la arrojaria a los lobos, y disfrutaria en el proceso.
Gloria Russell se arreglo el pelo y la pintura de los labios delante del espejo. Era consciente de que se comportaba como una adolescente enamorada, pero habia algo tan ingenuo y, al mismo tiempo, tan masculino en Tim Collin que habia comenzado a distraer su atencion del trabajo, algo que nunca le habia pasado antes. Pero era un hecho historico que los hombres en el poder siempre disfrutaban de algunas aventuras. Russell, que no era una ferviente feminista, no veia nada de malo en emular a los colegas varones. A su modo de ver, solo era otra de las ventajas del cargo.
Mientras se quitaba el vestido y la ropa interior y se ponia su camison mas transparente, se recordo una y otra vez los motivos para seducir al joven. Le necesitaba por dos razones. Una, sabia su fallo con el abrecartas y ella necesitaba que mantuviese un silencio absoluto al respecto, y, segundo, necesitaba su ayuda para recuperar la prueba. Motivos racionales y coherentes y, sin embargo esta noche, como en las anteriores, le parecian algo muy distante.
En este momento sentia que podia follarse a Tim Collin todas las noches durante el resto de su vida y no cansarse nunca de las sensaciones que experimentaba despues de cada encuentro. Su cabeza le ofrecia mil razones por las que debia dejarlo, pero el resto de su cuerpo, por una vez, no le hacia caso.
La llamada a la puerta llego antes de lo esperado. Acabo de arreglarse el peinado, comprobo una vez mas el maquillaje, y trastabillo mientras se calzaba los zapatos rojos de tacon alto al tiempo que cruzaba el vestibulo. Abrio la puerta y sintio como si alguien le hubiese clavado un punal entre los pechos.
– ?Que diablos hace aqui?
Burton metio la punta del zapato en la abertura y apoyo una de sus manazas contra la hoja.
– Tenemos que hablar.
Russell en un gesto inconsciente miro mas alla del visitante en busca del hombre con el que pensaba hacer el amor esa noche.
– Lo lamento, el galan no vendra esta noche, jefa -dijo Burton al ver la mirada.
Permanecio en la entrada con la mirada puesta en la jefa de gabinete, que ahora intentaba descubrir que estaba haciendo el alli al mismo tiempo que intentaba cubrir las partes estrategicas de su anatomia. No tuvo exito con ninguna de las dos.
– ?Vayase, Burton! ?Como se atreve a entrar aqui? Esta acabado. Burton entro en la sala de estar; apenas si la rozo al pasar a su lado.
– Hablamos aqui o hablaremos en otra parte. Usted decide.
– ?Que diablos esta diciendo? -pregunto mientras le seguia-. Le repito que se vaya. Al parecer se olvida del lugar que ocupa en la jerarquia oficial, ?no?
– ?Siempre atiende la puerta vestida asi? -replico el. Comprendia el interes de Collin. El camison no ocultaba nada de la voluptuosa figura de la jefa de gabinete. ?Quien lo hubiese pensado? Se hubiese sentido excitado a pesar de los veinticuatro anos de matrimonio con la misma mujer y los cuatro hijos producto de aquella union, de no haber sido que le repelia profundamente la mujer semidesnuda que tenia delante.
– ?Vayase al infierno, Burton!
– Alli es donde acabaremos todos. Vistase, despues hablaremos y me ire. Pero hasta entonces no pienso moverme de aqui.
– ?Se da cuenta de lo que hace? Puedo aplastarle.
– ?Estupendo! -Saco las fotos del bolsillo de la chaqueta y las arrojo sobre la mesa. Russell intento no mirarlas, pero al final las cogio. Le temblaban tanto las piernas que apoyo una mano en la mesa.
– Usted y Collin hacen una pareja muy bonita. No le miento. Pienso que a los medios les encantara Buen material para la pelicula de la semana. ?Que le parece? Un agente del servicio secreto se folla a la jefa del gabinete.
Ella le dio una bofetada con tanta fuerza que le dolio el brazo. Fue como golpear contra un mueble. Burton le cogio la mano y se la retorcio hasta que ella lanzo un grito.
– Escuche, senora, se todo lo que pasa aqui. Todo. El abrecartas. Quien lo tiene. Y lo que es mas importante, como lo consiguio. Ahora tenemos ademas las cartas de nuestro pequeno voyeur ladron. Lo mire por donde lo mire estamos metidos en un follon, y a la vista de que usted ha metido la pata desde el principio, pienso que se impone un cambio de mando. Asi que vaya y saquese esas ropas de puta, y vuelva aqui. Si quiere que le salve ese culo tan bonito, hara exactamente lo que le diga. ?Esta claro? Porque si no lo entiende entonces sugiero que tengamos una charla con el presidente. Usted decide, jefa. -Burton pronuncio la ultima palabra con un tono que dejaba bien claro la repugnancia que le producia la mujer.
Burton le solto el brazo pero continuo dominandola con su presencia. El corpachon enorme parecia impedirle pensar. Russell se froto el brazo y miro a Burton con una expresion casi timida mientras comenzaba a entender la situacion.
Fue al bano y vomito. Le parecio que tardaba una eternidad. A continuacion se lavo la cara con agua fria hasta que desaparecieron las nauseas. Se sento a descansar un instante y despues se dirigio a su dormitorio a paso lento.
Le daba vueltas la cabeza. Se puso pantalones y un jersey grueso. Arrojo el camison sobre la cama, demasiado avergonzada incluso para mirarlo mientras caia; sus suenos de una noche de placer destrozados de una forma tan violenta como inesperada. Reemplazo los zapatos rojos por unos mocasines marrones.
Se froto las mejillas ruborizadas, se sentia como si su padre acabara de sorprenderla con la mano de un chico debajo del vestido. Eso ya habia ocurrido en su vida, y probablemente habia contribuido a su absoluta dedicacion a su carrera en detrimento de todo lo demas. Tanta era la verguenza que habia pasado. Su padre le habia llamado puta y le habia dado tal paliza que no pudo ir a la escuela durante una semana. Ella habia rezado para que nunca mas tuviera que sentir tanta verguenza. Hasta esta noche sus plegarias habian sido atendidas.
Se obligo a respirar con normalidad. Cuando regreso a la sala vio que Burton se habia quitado la chaqueta y sobre la mesa habia una cafetera. Ella miro la pistolera y su mortifero ocupante.
– Crema y azucar, ?no?
– Si -contesto la mujer sin desviar la mirada.
Burton sirvio el cafe y ella se sento.
– ?Que le dijo Ti… Collin?
– ?De ustedes dos? Nada. No es de los tipos que hablan de esas cosas. Creo que esta enamorado. Ha follado con su cabeza y su corazon. No esta mal.