– Tienes razon, Jenn. Se acabo el ridiculo caso de asesinato. Le volaron los sesos a un hombre al que respetaba y queria. Caso cerrado, es hora de pasar a otra cosa. Tengo que amasar una fortuna.
– Sabes que quiero decir. Nunca tendrias que haberte implicado en ese asunto. No era tu problema. Si no hubieras cerrado los ojos te habrias dado cuenta de que estaba por debajo de ti.
– Y tambien molesto para ti, ?no?
Jack se puso de pie. Estaba agotado mas que cualquier otra cosa.
– Que disfrutes de una vida muy hermosa, Jenn. Te diria que ya nos veremos pero de verdad que no me lo imagino. -Se dirigio haciala puerta, pero ella le cogio de la manga.
– Jack, por favor, ?puedes decirme que hice que es tan terrible?
El vacilo por un instante y entonces se enfrento a ella.
– ?Y encimas lo preguntas? ?Joder! -Sacudio la cabeza, cansado-. Cogiste la vida de un hombre, Jenn, un hombre al que ni siquiera conocias y la destrozaste. ?Por que lo hiciste? Porque algo que el hizo te «molesto». Asi que borraste de un plumazo diez anos de su carrera. Con una llamada. Sin pensar en lo que podia pasarle a el, a su familia. Podia haberse volado la cabeza, su mujer podia haberle pedido el divorcio. Para ti eso no tenia la menor importancia. Ni siquiera pensaste en ello. La conclusion final es que yo no puedo amar, no puedo pasar mi vida con alguien capaz de hacer algo asi. Si no lo comprendes, si de verdad piensas que no hiciste nada malo, eso es razon mas que suficiente para que nos digamos adios ahora mismo. Es mucho mejor que hablemos de las diferencias irreconciliables antes del matrimonio. Asi evitaremos a todo el mundo un monton de problemas y perdidas de tiempo. -Abrio la puerta y sonrio-. Todos los que conozco seguramente diran que estoy loco por hacer esto. Que tu eres la mujer perfecta: rica, hermosa, inteligente, y tu lo eres, Jenn. Diran que hubieramos sido la pareja ideal. Que lo teniamos todo. ?Como no ibamos a ser felices? Pero la cuestion es que no podria hacerte feliz porque no me interesan las mismas cosas que a ti. No me interesan los millones en trabajo para la firma, ni las casas del tamano de edificios de apartamentos o los coches que cuestan el sueldo de un ano. No me gusta esta casa, no me gusta tu estilo de vida, no me gustan tus amigos. Y puestos a decir, tampoco me gustas tu. Probablemente soy el unico hombre del planeta que diria eso. Pero soy un tipo bastante simple, Jenn, y la unica cosa que no haria seria mentirte. No nos enganemos, dentro de un par de dias una docena de tipos que te convienen mucho mas que Jack Graham llamaran a tu puerta. No estaras sola.
Jack hizo una pausa y la miro. Sintio un poco de pena al ver la expresion de asombro en el rostro de la joven.
– Si alguien te pregunta, tu me has dejado. No daba la talla para pertenecer a la familia Baldwin. Un pelagatos. Adios, Jenn.
Ella permanecio en la biblioteca durante unos minutos mas. Una serie de emociones distintas se reflejaron en su rostro sin que ninguna llegara a dominar. Por fin salio de la habitacion. El sonido de los tacones altos en el marmol del vestibulo se apago en la alfombra de la escalera.
En la biblioteca reino el silencio. Entonces, se movio el sillon del escritorio y Ransome Baldwin contemplo la puerta por la que acababa de salir su hija.
Jack miro por la mirilla, casi convencido de que veria a Jennifer Baldwin con un arma. Enarco la cejas al ver quien era.
Seth Frank entro y se quito el abrigo mientras contemplaba con una mirada de aprecio el desorden reinante en el pequeno apartamento.
– Companero, esto me trae recuerdos de una gran epoca de mi vida, se lo aseguro.
– Deje que adivine. Fraternidad de los Delta, generacion del 75. Era el vicepresidente encargado del funcionamiento del bar.
– Le ha faltado poco para la verdad -senalo Frank con una sonrisa-. Disfrutelo mientras pueda, amigo mio. Sin pretender faltar a lo politicamente correcto, una mujer no le permitiria vivir asi.
– Entonces quiza soy un hombre afortunado.
Jack entro en la cocina y reaparecio cargado con botellas de cerveza.
Se sentaron cada uno con su botella.
– ?Problemas con el futuro matrimonio, abogado?
– En una escala de uno a diez, un uno o diez segun por donde la mire.
– ?Por que pienso que la chica Baldwin no acaba de dar la talla?
– ?Nunca deja de ser detective?
– No si puedo evitarlo. ?Quiere hablar del tema?
– Quiza le de la lata en otra ocasion, pero esta noche no.
– Aviseme. -Frank encogio los hombros-. Yo traere la cerveza.
– ?Un regalo? -pregunto Jack, al ver el paquete sobre el regazo de Frank.
– Supongo que tiene un video debajo de toda esta morralla -dijo el detective mientras sacaba la cinta del paquete.
Las primeras imagenes de la cinta aparecieron en la pantalla del televisor. Frank miro a Jack.
– Esta pelicula no es apta para todos los publicos. Se lo aviso. Lo muestra todo, incluido lo que le paso a Luther. ?Esta preparado?
– ?Cree que veremos algo que nos ayude a capturar al que lo hizo?
– Eso es lo que espero. Usted le conocia mucho mejor que yo.
– Quiza vea algo que yo no vi.
Aunque estaba sobre aviso, Jack no estaba preparado. Frank le observo atentamente a medida que se acercaba el momento. Jack se echo hacia atras, con una expresion de horror en el rostro, cuando sono el disparo. El policia paro el video.
– Se lo adverti -dijo, preocupado.
Jack se habia derrumbado en la silla. Su respiracion era irregular, tenia la frente banada en sudor. Se estremecio por un instante y poco a poco recupero la compostura. Saco un panuelo y se enjugo la frente.
– ?Cono!
El comentario de Flanders cuando menciono el ejemplo de Kennedy no habia sido exagerado.
– Si quiere, Jack, podemos dejarlo.
– ?Y una mierda! -replico Jack, decidido.
Jack apreto la tecla de rebobinado una vez mas. Habian visto la cinta una docena de veces. Ver como estallaba la cabeza de su amigo resultaba muy duro, pero la pena era mitigada en parte por la rabia cada vez mas intensa que sentia con cada nuevo visionado.
– Es mala suerte que el tipo no filmara en la otra direccion -opino el detective-. Quiza hubieramos visto al tirador. -Sacudio la cabeza-. Supongo que eso hubiese sido mucho pedir. ?Tiene cafe? Me cuesta pensar sin cafeina.
– Hay cafe preparado en la cafetera. Yo tambien me tomare una taza. Estan sobre el fregadero.
Frank volvio de la cocina con dos tazas de cafe humeantes. Jack miraba a Alan Richmond pronunciando su discurso en la tarima improvisada delante del juzgado.
– Ese tipo va como una moto.
– Le conoci el otro dia -dijo Frank.
– ?Si? Yo tambien. Fue cuando iba a unirme en matrimonio a la gente rica y famosa.
– ?Que opina del tipo?
Jack bebio un trago de cafe, cogio la bolsa de galletas de mantequilla de cacahuete que estaba sobre el sofa, le ofrecio una a Frank, que la acepto, y despues apoyo los pies sobre la mesa de centro destartalada. El ahogado volvia a adoptar con toda naturalidad los habitos menos formales de los solteros.
– No lo se. -Jack se encogio de hombros-. Me refiero a que el es el presidente. Siempre pense que estaba hecho para el cargo. ?Y usted que opina?
– Es listo. Muy listo. Es de esa clase de tipos con el que no te puedes enfrentar a menos que estes muy seguro de tu propia capacidad.
– Supongo que es bueno que este de nuestra parte.
– Si. -Frank miro la pantalla-. ?Algo le ha llamado la atencion?