Habia dos llamadas de Tarr Crimson. Le buscaria a Tarr otro abogado. Patton, Shaw era demasiado caro para el. Habia otros cuantos relacionados con los Baldwin. Bien. Estos podian esperar al proximo tipo que le cayera en gracia a Jennifer Baldwin. El ultimo mensaje desperto su atencion inmediata. Era la voz de una mujer. Suave, timida, mayor, incomoda por tener que hablar con el contestador. Jack lo escucho otra vez.

«Senor Graham, usted no me conoce. Me llamo Edwina Broome. Era amiga de Luther Whitney.» ?Broome? El nombre le sonaba. «Luther me dijo que si le pasaba alguna cosa tenia que esperar un poco y entonces enviarle el paquete. Me dijo que no lo abriera y no lo hice. Dijo que era como una caja de Pandora. Si miraba en su interior podia pasar una desgracia. Dios bendiga su alma, Luther era un buen hombre. No tuve noticias suyas, aunque no las esperaba. Pero se me ocurrio que debia llamarle y averiguar si usted habia recibido el paquete. Nunca habia enviado nada por este sistema, creo que lo llaman servicio inmediato. Y pienso que lo hice bien, pero no lo se. Si no lo ha recibido, por favor llameme. Luther dijo que era muy importante. Y Luther nunca decia nada que no fuera verdad.»

Jack escucho el numero de telefono y lo anoto. Verifico la hora de la llamada. El dia anterior por la manana. Busco en la oficina. No habia ningun paquete. Fue al trote por el pasillo hasta la mesa de su secretaria. Tampoco estaba alli. Volvio a su oficina. «Dios mio, un paquete de Luther. ?Edwina Broome?» Se paso la mano por el pelo, se rasco la cabeza, se obligo a pensar. Entonces recordo el nombre. La madre de la mujer que se habia suicidado. Frank la habia mencionado. La presunta complice de Luther.

Jack marco el numero. Le parecio que sonaba una eternidad.

– ?Ho… hola? -La voz sonaba somnolienta, lejana.

– ?Senora Broome? Soy Jack Graham. Perdone por llamarla tan tarde.

– ?Senor Graham? -La voz cambio de tono. Sono alerta, vivaz. Jack se imagino a la mujer sentada en la cama, con el camison cerrado hasta el cuello, mientras miraba nerviosa el telefono.

– Lo siento, acabo de recibir su mensaje. No recibi el paquete, senora Broome. ?Cuando lo envio?

– Dejeme pensar un minuto. -Jack oyo la respiracion laboriosa-. Hoy hace cinco dias.

– ?Tiene el recibo con el numero?

– El hombre me dio un papel. Tendre que ir a buscarlo.

– Esperare.

Repiqueteo con los dedos sobre la mesa. Intento no perder el control. «Aguanta, Jack. Aguanta un poco mas.»

– Ya lo tengo, senor Graham.

– Por favor, llameme Jack. ?Lo envio por Federal Express?

– Asi es, si.

– Muy bien, ?cual es el numero de rastreo?

– ?El que?

– Perdon. El numero que esta en la esquina superior derecha del papel. Es una hilera de numeros muy larga.

– Ah, si. -La mujer los leyo. Jack los anoto y se los repitio para confirmarlos. Tambien confirmo la direccion de la firma.

– Jack, ?esto es muy serio? Me refiero a la forma en que murio Luther y todo eso.

– Aparte de mi, ?la ha llamado alguien que no conozca?

– No.

– Bueno, si le llaman quiero que avise a Seth Frank, del departamento de policia de Middleton.

– Le conozco.

– Es una buena persona, senora Broome. Puede confiar en el.

– Esta bien, Jack.

Jack colgo y llamo a Federal Express. Oyo el ruido del teclado delordenador al otro lado de la linea. La voz de la mujer era profesional y concisa.

– En efecto, senor Graham, lo entregaron en las oficinas de Patton, Shaw amp; Lord el jueves a las diez y dos minutos de la mananay el recibo lo firmo la senora Lucinda Alvarez.

– Muchas gracias. Supongo que estara por alguna parte. -Estaba a punto de colgar cuando escucho la pregunta de la mujer.

– ?Hay algun problema en particular con la entrega del paquete, senor Graham?

– ?Un problema particular? -repitio Jack, extranado-. No, ?porque?

– Segun los datos que aparecen en pantalla preguntaron por el paquete hoy mismo.

– ?Hoy? -Jack se puso tenso-. ?A que hora?

– A las seis y media de la tarde.

– ?Dieron algun nombre?

– Eso es lo extrano. Segun el registro, la persona tambien se identifico como Jack Graham. -Por el tono quedaba muy claro que dudaba mucho de la verdadera identidad de su interlocutor.

Jack sintio un sudor frio. Colgo el telefono. Alguien, no sabia quien, compartia su interes por el paquete. Y ese alguien sabia que estaba destinado a el. Le temblaban las manos cuando volvio a coger el telefono. Llamo a Seth Frank, pero el detective se habia ido a su casa. La persona no quiso darle el numero particular, y Jack recordo que se habia dejado el numero en el apartamento. Despues de mucho insistir, la persona llamo a la casa del teniente, sin obtener respuesta. Maldijo por lo bajo. Una llamada a informacion no dio resultado; el numero era privado.

Jack se reclino en el sillon, su respiracion era cada vez mas agitada. Sentia una fuerte opresion en el pecho. Siempre se habia considerado como una persona muy valiente. Ahora no lo tenia tan claro.

Se obligo a centrarse en el asunto. Habian entregado el paquete. Lucinda habia firmado el recibo. La rutina en Patton, Shaw era estricta; la correspondencia tenia una importancia vital para cualquier firma de abogados. Los paquetes traidos por Federal Express los repartian los mozos con la otra correspondencia del dia. La transportaban en un carrito. Todos sabian donde estaba la oficina de Jack. Incluso si no lo sabian, la firma imprimia un plano que se actualizaba periodicamente. Si utilizaban el plano correcto, penso Jack.

Jack corrio hacia la puerta, la abrio y siguio su carrera por el pasillo. A la vuelta de la esquina, en la direccion opuesta, se encendio la luz en la oficina de Sandy Lord.

Encendio la luz en su vieja oficina. Sin perder ni un segundo, busco entre las papeles, carpetas y otros objetos amontonados sobre la mesa; nada. Entonces aparto la silla para sentarse y vio el paquete en el asiento. Jack lo recogio. En un gesto instintivo miro a su alrededor, vio las persianas abiertas y se apresuro a cerrarlas.

Leyo la etiqueta: Edwina Broome a Jack Graham. Era el paquete. Parecia ser una caja, pero pesaba poco. Una caja dentro de otra, eso era lo que ella habia dicho. Comenzo a abrirlo, y se detuvo. Ellos sabian que el paquete estaba aqui. «?Ellos?» No se le ocurria ninguna otra denominacion. Si ellos sabian que el paquete estaba aqui, de hecho habian llamado hoy mismo, ?que harian? Si lo que habia dentro era tan importante, y hubiese estado abierto ellos ya sabrian que contenia. Como no era asi, ?que harian?

Jack volvio otra vez a su oficina, con el paquete bien sujeto bajo el brazo. Se puso el abrigo, recogio las llaves del coche con tanta prisa que volco el vaso de gaseosa, y se dispuso a salir. Se quedo de piedra.

Un ruido. Resultaba dificil precisar donde; resonaba suavemente en el pasillo, como el chapoteo de agua en un tunel. No era el ascensor. Estaba seguro de que hubiera oido el ascensor. ?Lo estaba? Era un lugar muy grande. El ruido de fondo del ascensor era algo habitual. Ademas, habia estado con toda la atencion puesta en la llamada telefonica. No, no estaba seguro. Por otra parte, quiza solo era algun abogado de la firma que venia a trabajar o a recoger alguna cosa. El instinto le aviso que era una conclusion erronea. Este era un edificio seguro. Pero, ?hasta que punto era seguro un edificio publico? Cerro la puerta.

Ahi estaba otra vez. Sus oidos se esforzaron para ubicado sin exito. Los intrusos se movian lentamente, con mucho sigilo. Nadie de los que trabajaban aqui hubiera hecho eso. Se acerco a la pared, apago la luz, espero un momento y despues abrio la puerta con mucho cuidado.

Asomo la cabeza. El pasillo se veia desierto. ?Por cuanto tiempo? El problema tactico era obvio. El espacio de la planta estaba configurado de tal manera que si optaba por una direccion habia que seguirla. Ademas, no habia muebles en los pasillos. Si se cruzaba con alguien no tendria donde esconderse.

Una consideracion practica le paso por la cabeza y busco con la mirada en la penumbra de la oficina. Por fin su mirada se poso en un pesado pisapapeles de granito, uno de los muchos regalos recibidos cuando le hicieron socio. Utilizado correctamente podia hacer mucho dano. Jack estaba seguro de que sabria usarlo. Si iba a caer no

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