– Todo lo que necesitamos son vuestros poderosos motores.

Durante los anos que llevaba en la NUMA, Barnum habia aprendido que Pitt y Giordino no estarian donde estaban sin un plan.

– ?Que se le ha ocurrido a tu mente retorcida?

– Ya tenemos formados los equipos para que nos ayuden a utilizar los cables de amarre del hotel como cables para el remolque. Una vez que los tengas a bordo del Sea Sprite, podras unirlos para tener una brida y luego sujetarlos al cabrestante de popa para remolcarnos.

– Tu plan es una locura -afirmo Barnum, incredulo-. ?Como piensas arrastrar hasta mi barco, en medio de un mar embravecido, toneladas de cable que se arrastran por el fondo?

Hubo una pausa, y despues, cuando llego la respuesta, Barnum se imagino la sonrisa diabolica en el rostro de Pitt.

– Tenemos grandes ilusiones.

Disminuyo el aguacero y la visibilidad paso de los doscientos metros a casi un kilometro y medio. El Ocean Wanderer aparecio de pronto delante mismo de la proa.

– Dios, mira que belleza -dijo Maverick-. Parece un castillo de cristal de un cuento de hadas.

El hotel presentaba un aspecto magnifico e imponente en medio del oleaje. La tripulacion y los cientificos se amontonaron en las bordas y el puente para contemplar el espectaculo de un edificio en un lugar donde no podia haber ninguno. La noticia de que iban a intentar remolcarlo habia encendido el entusiasmo de todos.

– Es tan hermoso… -murmuro una rubia muy menuda, que era quimica marina-. Nunca habria imaginado una arquitectura creativa hasta ese extremo.

– Yo tampoco -afirmo el quimico que estaba a su lado-. Cubierto con tanta espuma salada, podria pasar por un iceberg.

Barnum miro a traves de los prismaticos el hotel, que se balanceaba con el embate de las olas.

– Por lo que se ve, no ha quedado nada en la terraza.

– Es un milagro que este a flote -opino Maverick, asombrado-. Desde luego, supera todas las expectativas.

El capitan bajo los prismaticos y se dirigio a su segundo.

– Ordena la maniobra para que nuestra popa quede a barvolento del hotel.

– Cuando acabemos de soportar otra paliza para ponernos en posicion de remolcarlos, capitan, ?que haremos?

Barnum observo al Ocean Wanderer con expresion pensativa.

– Esperaremos -respondio-. Esperaremos a ver que saca Pitt de la manga despues de usar su varita magica.

Pitt estudio los detallados planos de los cables de amarre que le habia facilitado Morton. Ambos, con Giordino y Emlyn Brown, el jefe de mantenimiento del hotel, estaban de pie alrededor de una mesa en el despacho de Morton.

– Tendremos que recoger los cables para saber que longitud tienen despues de romperse.

Brown, que tenia el fisico de un corredor, se paso la mano por los cabellos negro azabache.

– Hemos recogido lo que quedaba de ellos inmediatamente despues de que se partieran. Me preocupaba que si los cabos se enganchaban en las rocas, el hotel se girara con el impacto de las endemoniadas olas.

– ?A que distancia se cortaron de sus amarres los cables tres y cuatro?

– Diria, aunque no sea muy fiable, que a unos doscientos o quiza doscientos veinte metros.

Pitt y Giordino intercambiaron una mirada.

– Eso no le deja a Barnum mucho espacio para maniobras. Ademas, si el Ocean Wanderer se hunde, la tripulacion de Barnum no tendra tiempo para cortar el cable. El Sea Sprite acabaria en el fondo junto con el hotel.

– Si conozco bien a Paul -manifesto Giordino-, no vacilara en correr el riesgo con tantas vidas en juego.

– ?Debo entender que pretende utilizar los cables de amarre para remolcar el hotel? -pregunto Morton, desde el lado opuesto de la mesa-. Me han dicho que su barco es un remolcador oceanico.

– Lo era -replico Pitt-. Pero fue reconvertido de un remolcador rompehielos a nave de investigacion oceanica. Quitaron el cabrestante y el cable de remolque como parte de la reforma. Ahora solo tiene una grua para bajar y subir los sumergibles. Tendremos que improvisar y arreglarnos con lo que tenemos.

– En ese caso, ?de que nos sirve? -pregunto Morton, airado.

– Confie en mi. -Pitt lo miro a los ojos-. Si conseguimos engancharlo, los motores del Sea Sprite tienen toda la potencia necesaria para remolcar a este hotel.

– ?Como hara para llevar los extremos de los cables hasta el buque? -pregunto Brown-. En cuanto los soltemos, se hundiran hasta el fondo.

– Los llevaremos flotando -respondio Pitt.

– ?Flotando?

– Tendra bidones de doscientos litros a bordo, ?no es asi?

– Muy astuto, senor Pitt. Ya veo lo que pretende. -Brown hizo una pausa-. Tenemos en el almacen bidones de aceite lubricante, aceite de cocina y detergentes.

– Nos haran falta todos los bidones que tenga.

Brown se volvio hacia los cuatro hombres que formaban su grupo de mantenimiento.

– Id a buscar todos los bidones vacios y vaciad el resto lo mas rapido que podais.

– A medida que usted y sus hombres vayan desenrollando los cables -explico Pitt-, quiero que aten un bidon cada seis metros. Si conseguimos mantener a flote los cables, entonces los podremos arrastrar hasta el Sea Sprite.

– Eso esta hecho -afirmo Brown.

– Si antes se partieron cuatro cables de amarre -interrumpio Morton-, ?que le hace pensar que dos bastaran para soportar el esfuerzo?

– Para empezar -respondio Pitt con gran paciencia-, la tormenta ha amainado mucho. En segundo lugar, los cables son mas cortos, asi que la tension sera menor. Por ultimo, remolcaremos al hotel por la manga mas angosta. Cuando estaba amarrado, fue la fachada la que recibio todo el embate de la tormenta. -Sin darle tiempo a Morton para una replica, se volvio hacia Brown-. Necesito que un buen mecanico se encargue de colocar ojetes en los extremos de los cables, para poder sujetarlos en los norayes del Sea Sprite.

– Yo mismo me encargare de hacerlo -dijo Brown-. Espero que tenga un plan para transportar los cables hasta el barco. No iran flotando solos, y mucho menos con este mar.

– Esa es la parte mas divertida -contesto Pitt-. Necesitaremos dos o tres centenares de metros de soga de poco diametro, pero con la resistencia de un cable de acero.

– Tengo dos carretes de ciento cincuenta metros de soga Falcron en el almacen. Es delgada, ligera y con la resistencia suficiente para levantar un tanque Patton.

– Ate un carrete en el extremo de cada cable.

– Me parece logico utilizar la soga Falcron para llevar los cables hasta el barco, pero… ?como pretenden llegar hasta alli?

Pitt y Giordino intercambiaron una mirada.

– Esa sera nuestra tarea -declaro Pitt, con una sonrisa severa.

– Espero que no tarden mucho mas -manifesto Morton con un tono lugubre, al tiempo que senalaba a traves de la ventana-. El tiempo es un bien escaso para nosotros.

Como si fuesen espectadores en un partido de tenis, todos se volvieron al mismo tiempo. La linea de la costa estaba a poco mas de tres kilometros, y hasta donde alcanzaban a ver en ambas direcciones, las olas rompian con una fuerza tremenda contra lo que parecia ser una interminable pared de roca.

En la sala de los equipos de aire acondicionado, ubicada en una de las esquinas del edificio, Pitt distribuyo en el suelo el contenido del bulto que habia llevado. Primero se vistio con el traje de neopreno, de pantalon y manga corta. Preferia ese traje mas sencillo para la tarea que tenia por delante porque la temperatura del agua era alta y no veia la necesidad de un traje mas pesado. Tambien disfrutaba con la libertad de movimientos que le daba tener los brazos y las piernas en contacto directo con el agua por debajo de los codos y las rodillas. A continuacion

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