preguntarle algo-. Si -nos dijo complacido-. Los han mecanografiado en bulgaro, al igual que otros documentos raros de ese periodo. -El bibliotecario dejo una carpeta delante de el, y Stoichev estuvo callado un rato, mientras examinaba las paginas mecanografiadas y volvia a revisar la antigua caligrafia-. Han hecho un trabajo excelente - dijo por fin-. Se lo traducire como mejor pueda para que tomen notas.

Y nos leyo una version vacilante de estas dos cartas.

Vuestra excelencia, monsenor abad Eupraxius:

Estamos en el tercer dia de viaje desde Laota en direccion a Vin. Una noche dormimos en el establo de un buen labriego y una noche en la ermita de San Mijail [Miguel], donde no vive ningun monje, pero que al menos nos proporciono el refugio seco de una cueva. La ultima noche nos vimos obligados por primera vez a acampar en el bosque. Extendimos esteras sobre el suelo y colocamos nuestros cuerpos dentro de un circulo formado por los caballos y una carreta. Los lobos se acercaron a la noche lo suficiente para que oyeramos sus aullidos, a consecuencia de lo cual los caballos, aterrorizados, intentaron huir. Los dominamos con grandes dificultades. Ahora me siento muy reconfortado por la presencia de los hermanos Ivan y Theodosius, con su estatura y fortaleza, y bendigo vuestra sabiduria al pedirles que nos acompanaran.

Esta noche vamos a hospedarnos en casa de un pastor de cierta riqueza y tambien de cierta piedad. Tiene tres mil ovejas en esta region, nos dice, y vamos a dormir en sus mullidas pieles de oveja y colchones, aunque yo he elegido el suelo por ser mas adecuado a nuestra devocion. Hemos salido del bosque, entre colinas que ondulan por todos lados, por las que podemos caminar sin dificultad llueva o haga sol. El buen hombre de la casa nos dice que han padecido dos veces los ataques de los infieles desde el otro lado del rio, que se encuentra a tan solo unos dias a pie, si el hermano Angelus puede curarse y seguir nuestro paso. Creo que le dejare montar en uno de los caballos, aunque el sagrado peso del que tiran ya es lo bastante grande. Por suerte, no hemos visto senales de soldados infieles en la carretera.

Vuestro humildisimo servidor en Cristo,

Hermano Kiril

Abril, ano de Nuestro Senor de 6985

Vuestra Excelencia, monsenor abad Eupraxius:

Hace semanas que abandonamos la ciudad y ya estamos atravesando abiertamente territorio de los infieles. No me atrevo a poner por escrito donde nos encontramos, por si fueramos capturados. Tal vez tendriamos que haber elegido desplazarnos por mar, pero Dios sera nuestro protector a lo largo del camino que hemos elegido. Hemos visto los restos quemados de dos monasterios y una iglesia. De la iglesia aun salia humo. Cinco monjes fueron alli ahorcados por conspirar para la rebelion y sus hermanos supervivientes se han desperdigado por otros monasterios. Esta es la unica noticia que he averiguado, pues no podemos hablar mucho rato con la gente que se acerca a nuestra carreta. Sin embargo, no existen motivos para pensar que uno de estos monasterios es el que buscamos. Veremos la senal al llegar, el monstruo igual al santo. Si os podemos enviar esta misiva, mi senor, lo hare lo antes posible.

Vuestro humilde servidor en Cristo,

Hermano Kiril

Junio, ano de Nuestro Senor de 6985

Cuando Stoichev hubo terminado, guardamos silencio. Helen aun seguia tomando notas, concentrada en su trabajo, Irina estaba sentada con las manos enlazadas, Ranov se hallaba apoyado con negligencia contra una vitrina y se rascaba por debajo del cuello de la camisa.

En cuanto a mi, habia desistido de apuntar los acontecimientos descritos en la carta. Helen no se dejaria ni una coma. No existian pruebas claras de un destino concreto, ni mencion de tumba, ni escena de entierro… La decepcion que experimentaba era casi asfixiante.

Pero Stoichev no parecia nada desanimado.

– Interesante -dijo al cabo de unos largos minutos-. Interesante. La carta enviada desde Estambul que obra en su poder debe situarse cronologicamente entre estas dos cartas. En la primera y segunda, estan atravesando Valaquia en direccion al Danubio. Eso se deduce de los nombres de los lugares. Despues viene su carta, que el hermano Kiril escribio en Constantinopla, tal vez con la esperanza de enviar esa y las dos anteriores desde alli. Pero no pudo o tuvo miedo de hacerlo, a menos que estas sean unas simples copias, cosa que no hay forma de saber. Y la ultima carta lleva fecha de junio. Tomaron una ruta terrestre como la que describe la «Cronica» de Zacarias. De hecho, debio de ser la misma ruta, desde Constantopla atravesando Edirne y Haskovo, porque era el camino principal entre Tsarigrad y Bulgaria.

Helen alzo la vista.

– ?Podemos estar seguros de que esta carta describe Bulgaria?

– No podemos estar seguros por completo -admitio Stoichev-. No obstante, creo que es muy probable. Si viajaron desde Tsarigrad (Constantinopla), hasta un pais en que estaban quemando iglesias y monasterios a finales del siglo quince, es muy probable que se trate de Bulgaria. Ademas, su carta de Estambul afirma que tenian la intencion de ir a Bulgaria.

No pude reprimir mi frustracion.

– Pero no hay mas informacion sobre el emplazamiento del monasterio que estaban buscando. Incluso suponiendo que fuera Sveti Georgi.

Ranov se habia sentado a la mesa con nosotros y se estaba contemplando los pulgares. Me pregunte si deberia ocultarle mi interes por Sveti Georgi, pero ?de que otra forma ibamos a interrogar a Stoichev al respecto?

– No -asintio Stoichev-. El hermano Kiril no habria escrito el nombre de su destino en las cartas, al igual que no escribio el nombre de Snagov junto con el tratamiento de Eupraxius. Si los hubieran capturado, estos monasterios habrian sufrido mas persecuciones a la larga, o al menos habrian sido registrados.

– Aqui hay una linea interesante. -Helen habia terminado sus notas-. ?Podria volver a leer eso de que la senal en el monasterio que buscaban era un monstruo igual a un santo?

?Que cree que significa?

Mire al instante a Stoichev. Esa linea tambien me habia sorprendido a mi. Suspiro.

– Podria referirse a un fresco o un icono que hubiera en el monasterio, en Sveti Georgi, si ese era su destino. Es dificil imaginar que imagen podia ser. Y aunque pudieramos localizar Sveti Georgi, existen pocas esperanzas de que un icono del siglo XV continuara todavia intacto, sobre todo porque es muy probable que el monasterio fuera incendiado al menos una vez. No se que significa esa frase. Tal vez sea una referencia teologica que el abad si podia comprender, pero nosotros no, o quiza se refiere a un acuerdo secreto entre ellos. Sin embargo, no hemos de olvidarla, puesto que el hermano Kiril la nombra como la senal que les confirmara su llegada al lugar exacto.

Yo aun estaba intentando superar mi decepcion. Comprendi que habia abrigado la

esperanza de que las cartas contuvieran la clave definitiva de nuestra busqueda, o al menos arrojaran algo de luz sobre los mapas que aun esperaba utilizar.

– Hay una cuestion todavia mas extrana -comente. Stoichev se acaricio la barbilla-. La carta de Estambul dice que el tesoro que buscan, tal vez una reliquia sagrada de Tsarigrad, se halla en un monasterio concreto de Bulgaria, y por eso han de ir alli. Hagame el favor de leer ese parrafo otra vez, profesor, si es tan amable.

Yo tenia frente a mi el texto de la carta de Estambul para tenerla al lado mientras

estudiabamos las demas misivas del hermano Kiril.

– Dice: «lo que buscamos ya ha sido trasladado fuera de la ciudad, a un refugio en las tierras ocupadas de los bulgaros». Este es el parrafo -apunto Stoichev-. La cuestion es -dio unos golpecitos con un largo indice sobre la mesa-, ?por que una reliquia sagrada, por ejemplo, fue sacada a escondidas de Constantinopla en 1477? La ciudad era otomana desde 1453 y la mayor parte de sus reliquias fueron destruidas durante la invasion. ?Por que el monasterio de Panachrantos envio una reliquia restante a Bulgaria veinticuatro anos despues y por que esos monjes fueron a Constantinopla a buscar esa reliquia en particular?

– Bien, sabemos por la carta que los jenizaros estaban buscando la misma reliquia -le recorde-, de modo que tambien debia tener algun valor para el sultan.

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