el de Rossi, a quien se lo devolvia por mi mediacion. Su rostro brillaba sobre el anillo y sus ojos oscuros se humedecieron. Me incline para besarla otra vez, pero esta vez en la boca. Sus labios eran calidos y dulces. Cuando la solte, para volver hacia mi maletin y Helen, vi que en el rostro de la mujer brillaba una sola lagrima. He leido que no existe la asi llamada «una sola lagrima», esa vieja figura poetica. Tal vez no, puesto que la de ella era una simple companera de la mia.

En cuanto nos acomodamos en el autobus, saque las cartas de Rossi y abri con cuidado la primera. Al reproducirla aqui, respetare el deseo de Rossi de proteger la intimidad de su amigo con un nomdeplume, un seudonimo literario, aunque el lo llamaria un nomdeguerre.

Me resulto muy extrano volver a ver la letra de Rossi, aquella version mas joven, menos apretada, en las paginas amarillentas.

– ?Vas a leerlas aqui?

Helen, casi apoyada contra mi hombro, parecia sorprendida.

– ?Tu puedes esperar? -No -dijo.

45

20 de junio de 1930

Querido amigo:

No tengo ni un alma en el mundo con quien hablar, y me encuentro con una pluma en la mano deseoso de tu compania en particular. Te invadiria tu habitual asombro contenido ante el paisaje del que estoy disfrutando ahora. He vivido en un estado de incredulidad todo el dia de hoy (como te habria sucedido a ti si vieras donde estoy), en un tren, aunque eso no supone en si una pasta. Pero el tren se dirige a Bucarest. «Santo Dios, hombre», te oigo decir sobre su silbato. Pero es cierto. No habia planeado venir aqui, pero algo muy notable ha precipitado mi decision. Estuve en Estambul hasta hace unos dias, llevando a cabo una investigacion de la que no he hablado a nadie, y encontre algo alli que hizo que me entraran ganas de venir aqui. En realidad, seria mas preciso decir que no lo deseaba, sino que me aterrorizaba, y al mismo tiempo me sentia impulsado a ello. Tu eres un racionalista, y todo esto te va a importar un comino, pero daria cualquier cosa por contar con la ayuda de tu cerebro en este viaje. Voy a necesitar hasta el ultimo apice del mio, y mas, para encontrar lo que ando buscando.

El tren ha disminuido la velocidad porque nos estamos acercando a una ciudad, con la posibilidad de desayunar. Desistire de momento y volvere con esto despues.

Por la tarde, Bucarest Me apeteceria hacer una siesta, si mi mente no se hallara en tal estado de inquietud y nerviosismo. Aqui hace un calor sofocante. Pensaba que este era un pais de montanas heladas, pero, si las hay, aun no me he encontrado con ninguna todavia. Hotel agradable, Bucarest es una especie de Paris del Este diminuta, majestuosa, pequena y un poco decadente, todo al mismo tiempo. Debio de.ser muy elegante en los ochenta y noventa del siglo pasado. Me costo Dios y ayuda encontrar un taxi, y despues un hotel. Pero mi habitacion es muy comoda, y podre descansar, lavarme y pensar en lo que debo hacer. Me siento casi inclinado a no poner por escrito lo que me propongo, pero te quedaras tan perplejo por mis chifladuras si no lo hago que me creo en la obligacion. Para abreviar, estoy metido en una especie de investigacion, voy a la caza de Dracula como historiador, pero no del conde Dracula del teatro romantico, sino de un Dracula real, Drakulya, Vlad III, un tirano del siglo XV que vivio en Transilvania y Valaquia, y se dedico a mantener alejado de sus tierras al Imperio otomano lo maximo posible. Estuve en Estambul casi toda una

semana para consultar un archivo que contiene algunos documentos sobre el recogidos por los turcos, y durante mi estancia descubri una coleccion de mapas que considero las claves del paradero de su tumba. Cuando vuelva, te explicare con todo lujo de detalles lo que me impulso a emprender esta busqueda, y solo te suplico indulgencia en el interin. Esta decision de interesarme por esta busqueda puedes achacarla a la juventud, amigo prudente.

En cualquier caso, mi estancia en Estambul derivo al final hacia lo siniestro y me ha asustado bastante, aunque supongo que eso sonara como una chiquillada desde lejos. Pero no es facil disuadirme de algo una vez me he metido en ello, y no pude evitar la tentacion de venir aqui con las copias que hice de esos mapas, en busca de mas informacion sobre la tumba de Drakulya. Deberia explicarte, como minimo, que se supone que fue enterrado en el monasterio erigido en la isla del lago Snagov, en la parte occidental de Rumania. La region se llama Valaquia. Los mapas que descubri en Estambul, con la tumba muy bien senalada en ellos, no muestran ninguna isla, ningun lago, ni nada que se parezca a la parte occidental de Rumania, por lo que yo se. Siempre me parecio una buena idea comprobar lo evidente primero, puesto que lo evidente es a veces la respuesta correcta. Por lo tanto, he resuelto (pero ahora estoy seguro de que sacudiras la cabeza por lo que calificaras de testarudez estupida) dirigirme al lago Snagov con los mapas y comprobar por mi mismo que la tumba no esta alli. Aun no se como lo hare, pero no puedo empezar a buscar en otro.sitio hasta que no haya descartado esa posibilidad. Y tal vez, al fin y al cabo, mis mapas son una especie de broma pesada antigua y encontrare abundantes pruebas de que el tirano duerme alli desde que fue sepultado.

Debo estar en Grecia el 5, de modo que me queda muy poco tiempo para esta excursion.

Solo quiero saber si los mapas coinciden con el emplazamiento de la tumba. Por que he de saberlo, esto no te lo puedo decir ni a ti, querido amigo. Ojala lo supiera yo. Tengo la intencion de concluir mi gira rumana visitando Valaquia y Transilvania. ?Que acude a tu mente cuando piensas en la palabra «Transilvania», si te paras un momento a ello? Si, lo que yo pensaba. Sabiamente, no lo haces. Pero lo que acude a mi mente son montanas de salvaje belleza, castillos antiguos, licantropos, brujas… Un pais de oscuridad magica. En

suma, ?como voy a creer que aun estoy en Europa cuando entre en ese reino?

Te informare de si es Europa o el Pais de las Hadas cuando llegue. Primero, Snagov. Parto manana.

Tu devoto amigo,

Bartholomew Rossi

22 de junio

Lago Snagov

Mi querido amigo:

Aun no he visto ningun lugar desde el que enviar por correo mi primera carta, para mandarla con la confianza de que llegara a tus manos, quiero decir, pero seguire escribiendo pese a eso, pues han sucedido muchas cosas. Ayer pase todo el dia en Bucarest intentando localizar buenos mapas (ahora ya tengo mapas de carreteras de Valaquia y Transilvania) y hablando con todo el mundo que pude encontrar en la universidad interesado en la historia de Vlad Tepes. Nadie parecia tener ganas de hablar del tema, y tengo la sensacion de que por dentro, cuando no por fuera, se persignan cuando menciono el nombre de Dracula. Despues de mis experiencias en Estambul, esto me pone un poco nervioso, pero continuare adelante.

En cualquier caso, ayer conoci a un joven profesor de arqueologia en la universidad, lo bastante amable para informarme de que uno de sus colegas, un tal senor Georgescu, se ha especializado en la historia de Snagov y esta excavando en la isla este verano. Me entusiasmo saber esto y he decidido poner los mapas, las bolsas y a mi mismo en manos de un conductor que me llevara alli hoy. Esta a unas pocas horas en coche de Bucarest, dice, y nos iremos a la una. Ahora debo ir a comer a algun sitio (los pequenos restaurantes de la ciudad son muy agradables, con destellos de lujo oriental en su cocina) antes de partir.

Por la noche Mi querido amigo: No puedo evitar continuar esta unilateral correspondencia (ojala llegue algun dia a tus manos), porque ha sido un dia de lo mas extraordinario y necesito hablar con alguien. Me fui de Bucarest en una especie de taxi pequenito y pulcro, conducido por un hombrecillo igualmente pulcro con el que apenas pude intercambiar dos palabras (Snagov gire una de ellas). Tras una breve sesion con mis mapas de carreteras y muchas palmadas

tranquilizadoras en el hombro (es decir, en el mio), nos marchamos. Nos llevo toda la tarde. Recorrimos muchas carreteras, la mayoria pavimentadas pero polvorientas, atravesando un paisaje encantador, en su mayor parte agricola, aunque en ocasiones boscoso, hasta llegar al lago Snagov.

La primera insinuacion que tuve del lugar fue la mano nerviosa del chofer, que senalaba algo. Mire por la

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