– Esta cediendo. La sangre la hace mas resbaladiza, y mi mano se desliza…
– ?Que haces a continuacion?
– Tomo el escalpelo. Corto la cuerda de mi otra muneca. Todo lleva mucho tiempo. Siento el estomago revuelto. Mis manos no funcionan correctamente. Estan lentas, y la habitacion sigue oscura y luminosa y oscura. Todavia puedo oir su voz, hablando. Me incorporo y libero mi tobillo izquierdo. Ahora escucho sus pasos. Trato de bajar de la cama, pero mi tobillo derecho sigue atado. Ruedo a un costado y caigo al piso. Sobre mi cara.
– ?Y entonces?
– Andrew esta alli, en el umbral. Parece sorprendido. Busco debajo de la cama. Y siento el revolver.
– ?Hay un revolver debajo de tu cama?
– Si. El revolver de mi padre. Pero mi mano esta tan torpe que apenas puedo sostenerlo. Y las cosas comienzan a oscurecerse de nuevo.
– ?Donde esta Andrew?
– Esta caminando hacia mi…
– ?Y que ocurre, Catherine?
– Empuno el revolver. Y hay un sonido. Un sonido muy fuerte.
– ?El revolver se disparo?
– Si.
– ?Tu lo disparaste?
– Si.
– ?Que hace Andrew?
– Cae. Con las manos sobre el estomago. La sangre se derrama entre sus dedos.
– ?Y que sucede a continuacion?
Una larga pausa.
– ?Catherine? ?Que es lo que ves en la pantalla de cine?
– Negro. La pantalla se puso negra.
– ?Y que ves cuando aparece la siguiente imagen en esa pantalla?
– Gente. Mucha gente en la habitacion.
– ?Que clase de gente?
– Policias…
Moore casi gruno de desilusion. Se trataba de la laguna vital en su memoria. El Rohypnol, combinado con los efectos posteriores a su golpe en la cabeza, la habian arrastrado de vuelta a la inconsciencia. Catherine no recordaba haber disparado el segundo tiro. Todavia no sabian como Andrew Capra habia terminado con una bala en el cerebro.
Polochek miraba por la ventana, con una pregunta en los ojos. ?Estaban satisfechos?
Para sorpresa de Moore, Rizzoli abrio de golpe la puerta y le hizo a Polochek una sena para que pasara al otro cuarto. El obedecio, dejando a Catherine a solas, y cerro la puerta.
– Haga que vuelva atras, antes del disparo. Cuando todavia esta en la cama -dijo Rizzoli-. Quiero que se concentre en lo que ella escucha en la otra habitacion. El agua que corre. La risa de Capra. Quiero conocer cada sonido que escucha.
– ?Por alguna razon en particular?
– Solo hagalo.
Polochek asintio y volvio al consultorio. Catherine no se habia movido; estaba absolutamente inmovil, como si la ausencia de Polochek la hubiese dejado en animacion suspendida.
– Catherine -dijo con amabilidad-, quiero que rebobines la pelicula. Vamos a volver atras, antes del disparo. Antes de que liberaras tus manos y cayeras rodando al piso. Estamos en un momento de la pelicula en el que todavia yaces en la cama y Andrew no esta en la habitacion. Dijiste que escuchabas agua corriendo.
– Si.
– Dime todo lo que escuchas.
– Agua. La escucho en las canerias. El siseo. Y la escucho borboteando en el desague.
– ?Esta haciendo correr agua en un lavatorio?
– Si.
– Y dijiste haber escuchado una risa.
– Andrew esta riendose.
– ?Esta hablando?
Una pausa.
– Si.
– ?Que dice?
– No lo se. Esta muy lejos.
– ?Estas segura de que se trata de Andrew? ?No puede ser la television?
– No, es el. Es Andrew.
– Esta bien. Pasa la pelicula en camara lenta. Segundo a segundo. Dime lo que escuchas.
– Agua, todavia sigue corriendo. Andrew dice «facil». La palabra «facil».
– ?Eso es todo?
– Dice: «Ver, hacer. Ensenar».
– ?«Ver, hacer, ensenar»? ?Eso es lo que dice?
– Si.
– ?Y las otras palabras que escuchas?
– «Es mi turno, Capra».
Polochek se detuvo.
– ?Puedes repetir eso?
– «Es mi turno, Capra».
– ?Andrew dice eso?
– No. No es Andrew.
Moore se quedo helado, mirando fijo a la mujer inmovil en la silla.
Polochek miro con agudeza a la ventana, con la cara transformada por el estupor. Se volvio hacia Catherine
– ?Quien pronuncia esas palabras? -pregunto Polochek-. ?Quien dice «es mi turno, Capra»?
– No lo se. No conozco su voz.
Moore y Rizzoli se miraron
Habia alguien mas en la casa.
Quince
«Ahora esta con ella», penso.
Rizzoli movia el cuchillo con torpeza sobre la tabla, y los pedazos de cebolla cortada saltaban sobre la mesada y caian al piso. Desde el cuarto contiguo, donde estaban su padre y sus dos hermanos, le llegaba el bramido de la television. La television siempre bramaba en esta casa, lo que queria decir que todo el mundo debia vociferar por encima de ella. Si no gritabas en casa de Frank Rizzoli no eras comprendida, y algo tan normal como una conversacion familiar sonaba como una discusion. Arrojo la cebolla cortada en un bol y comenzo con el ajo, los ojos ardiendo, su mente todavia envuelta alrededor de la perturbadora imagen de Moore y Catherine Cordell.
Tras la sesion con el doctor Polochek, Moore fue el encargado de llevar a Cordell a su casa. Rizzoli los observo alejarse caminando hacia el ascensor, vio como su brazo rodeaba el hombro de Cordell, en un gesto que se le antojo algo mas que protector. Podia ver la forma en que miraba a Cordell, la expresion que acudia a su rostro, la chispa en sus ojos. Ya no era un policia protegiendo a un ciudadano; era un hombre enamorandose
Rizzoli separo los dientes de ajo, los machaco uno por uno con la parte plana de la hoja, y les quito la