pasos en las sombras.
– La atrapo, ?no es verdad? -dijo Peter Falco.
Moore asintio.
– Dios, oh, Dios. -Falco elevo los ojos hacia el cielo nocturno con angustia. -La acompane hasta su auto. Ella estaba justo a mi lado, y la deje ir a su casa. La deje ir sola…
– Estamos haciendo todo lo posible para encontrarla. -Era una frase trillada. Aun mientras la pronunciaba, Moore advirtio el vacio de sus propias palabras. Es lo que se dice cuando las cosas se han vuelto sombrias, cuando se sabe que los mejores esfuerzos seguramente terminaran en nada.
– ?Y que es lo que usted esta haciendo?
– Sabemos quien es.
– Pero no saben a donde la llevo.
– Llevara algo de tiempo rastrearlo.
– Digame lo que puedo hacer. Lo que sea.
Moore lucho por mantener la calma en su voz, por ocultar sus propios temores, su propio panico.
– Se lo dificil que es mantenerse a un lado y dejar que los otros hagan el trabajo. Pero asi es como hemos sido entrenados para hacer las cosas.
– Ah, si, ustedes, los profesionales. ?Entonces que mierda es lo que salio mal?
Moore no tenia respuesta.
Consternado, Falco se acerco a Moore hasta quedar de pie bajo el foco del estacionamiento. La luz caia sobre su cara, arrasada por la preocupacion.
– No se que habra pasado entre ustedes dos -dijo-. Pero si se que ella confiaba en usted. Espero en nombre de Dios que eso signifique algo para usted. Espero que ella no sea tan solo un caso mas. Otro nombre para agregar a la lista.
– No lo es -dijo Moore.
Los hombres se miraron cara a cara, reconociendo en silencio lo que ambos sabian. Lo que ambos sentian.
– Me importa mucho mas de lo que puede imaginar -dijo Moore.
Y Falco respondio en voz baja:
– A mi tambien.
Veintitres
– Va a mantenerla con vida por un tiempo -dijo el doctor Zucker-. De la misma forma en que mantuvo a Nina Peyton viva por un dia entero. Ahora tiene la situacion bajo su absoluto control. Puede tomarse todo el tiempo que quiera.
Rizzoli sintio un escalofrio mientras consideraba lo que eso significaba, «todo el tiempo que quiera». Considero cuantas terminaciones nerviosas sensibles poseia el cuerpo humano, y se pregunto cuanto dolor puede soportarse antes de que la muerte muestre su compasion. Recorrio con la mirada la sala de conferencias, y vio que Moore dejaba caer la cabeza entre sus manos. Se veia enfermo, agotado. Era pasada la medianoche, y los desconcertados rostros que veia alrededor de la mesa de conferencias estaban palidos. Rizzoli estaba parada fuera de ese circulo, con la espalda contra la pared. La mujer invisible, a la que nadie reconocia; la dejaban escuchar, pero no participar. Restringida a efectuar unicamente tareas administrativas, privada de su arma de servicio, ahora era poco mas que una observadora en un caso que conocia mejor que cualquiera de los que estaban sentados a la mesa.
La mirada de Moore volo en direccion a ella, pero miraba a traves de ella, no a ella. Como si no quisiera mirarla.
El doctor Zucker resumia todo lo que sabian sobre Warren Hoyt. El Cirujano.
– Ha estado trabajando para esta meta exclusiva por largo tiempo -dijo Zucker-. Ahora que la ha alcanzado, va a prolongar el placer todo lo posible.
– ?Entonces Cordell fue siempre su meta? -dijo Frost-. ?Las otras victimas solo fueron un ejercicio?
– No, tambien le brindaron placer. Lo mantuvieron controlado, ayudandolo a liberar la tension sexual mientras trabajaba en la conquista de su premio. En cualquier caceria, la excitacion del depredador es mas intensa cuanto mas dificultosa es la presa. Y Cordell probablemente no era una mujer facil de atrapar. Siempre estaba alerta, siempre era cuidadosa con la seguridad. Se atrincheraba detras de cerraduras y sistemas de alarma. Evitaba las relaciones intimas. Pocas veces salia por la noche, salvo para trabajar en el hospital. Era la presa mas desafiante que persiguio, y la que mas deseaba. Hizo aun mas dificil la caceria haciendole saber que ella era la presa. Utilizo el terror como parte del juego. Queria que ella lo sintiera acercandose. Las otras mujeres solo constituyeron una fachada. Cordell era el acontecimiento principal.
– Es -dijo Moore con la voz tensa de furia-. No esta muerta todavia.
La sala de pronto quedo en silencio, con todos los ojos puestos en Moore.
Zucker asintio, con su calma gelida intacta.
– Gracias por corregirme.
Marquette dijo:
– ?Ha leido los reportes de su trayectoria?
– Si -dijo Zucker-. Warren era hijo unico. Aparentemente un nino adorado, nacido en Houston. El padre era cientifico espacial; y no bromeo. Su madre provenia de una antigua familia dedicada al petroleo. Ambos estan muertos ahora. De modo que Warren fue bendecido con estos inteligentes genes y el dinero de la familia. No hay registros de conducta criminal durante su ninez. No hay arrestos ni multas de transito, nada que resaltara demasiado. Salvo por ese unico incidente en la Facultad de Medicina, en el laboratorio de anatomia, no encontre otros signos de advertencia. No hay pistas que me digan que estaba destinado a ser un depredador. En todos los sentidos era un muchacho perfectamente normal. Amable y confiable.
– Promedio -dijo Moore en voz baja-. Comun.
Zucker asintio.
– Este es un muchacho que nunca llamo la atencion, que nunca alarmo a nadie. Es el mas temible asesino de todos, porque no hay patologia, ni diagnostico psiquiatrico. El es como Ted Bundy. Inteligente, organizado, y en la superficie, bastante funcional. Pero tiene una peculiaridad personal: disfruta torturando mujeres. Es alguien con quien uno podria trabajar todos los dias. Y nunca sospechariamos nada cuando nos mira a los ojos, sonriendonos, mientras piensa en alguna forma nueva y creativa para arrancarnos las tripas.
Temblando ante el siseo de la voz de Zucker, Rizzoli miro alrededor de la sala. «Lo que dice es verdad. Veo a Barry Frost todos los dias. Parece ser un tipo agradable. Felizmente casado. Nunca una actitud desagradable. Pero no tengo idea de lo que esta pensando en realidad».
Frost capto su mirada, y se ruborizo.
Zucker continuo.
– Tras el incidente en la Facultad de Medicina, Hoyt fue forzado a retirarse. Ingreso en una programa de entrenamiento de tecnica medica, y siguio a Andrew Capra hasta Savannah. Segun parece, su sociedad se prolongo por varios anos. Los registros de las aerolineas y las tarjetas de credito indican que viajaron juntos en varias oportunidades. A Grecia e Italia. A Mexico, donde ambos ofrecieron servicio voluntario en una clinica rural. Era la alianza de dos cazadores. Hermanos de sangre que compartian las mismas fantasias violentas.
– La sutura
Zucker le devolvio una mirada intrigada.
– ?Como?
– En los paises del Tercer Mundo, todavia se utiliza sutura catgut en cirugia. Asi es como consiguio su reserva.
Marquette asintio.