pago de alquiler, ni pagos mensuales fijos.

Por supuesto que no. El no era estupido. Si mantenia una guarida, la pagaria en efectivo.

Efectivo. No siempre puedes predecir cuando te quedaras sin efectivo. Las extracciones de cajeros automaticos eran por lo general transacciones improvisadas o espontaneas.

Recorrio los expedientes bancarios, en busca de toda transaccion con cajeros automaticos, y las anoto en una hoja de papel aparte. La mayoria eran extracciones de efectivo de lugares cercanos a la casa de Hoyt o al centro medico; la zona de su campo normal de actividad. Era lo inusual lo que ella buscaba, la transaccion que no encajara en el patron.

Encontro dos de ellas. Una era de un banco en Nashua, New Hampshire, el 26 de junio. La otra era de un cajero automatico en el almacen de Hobbs, en Lithia, Massachusetts, el 13 de mayo.

Retrocedio, preguntandose si Moore ya estaria rastreando esas dos transacciones. Con tantos otros detalles para tener en cuenta, y todas las entrevistas con los companeros de Hoyt en el laboratorio, un par de extracciones de cajeros probablemente habrian quedado postergadas en la lista de prioridades.

Oyo unos pasos y levanto la vista sobresaltada ante el panico de que la descubrieran revisando los papeles de Frost, pero era solo un empleado del laboratorio que habia entrado en la oficina. El empleado le ofrecio una sonrisa a Rizzoli, dejo una carpeta sobre el escritorio de Moore y volvio a desaparecer.

Tras unos momentos, Rizzoli se levanto de su silla y se dirigio al escritorio de Moore para echar una hojeada a la carpeta. La primera pagina era un informe de Pelos y Fibras, un analisis de los cabellos de color castano claro que habian sido encontrados sobre la almohada de Warren Hoyt.

«Trichorrhexis invaginata, compatible con el cabello encontrado en el borde de la herida de la victima Elena Ortiz». ?Bingo! Era la confirmacion de que Hoyt era el que buscaban.

Reviso la segunda pagina. Tambien se trataba de un informe de Pelos y Fibras, esta vez de un cabello hallado en el bano de Hoyt. Este no concordaba. No encajaba con nada.

Cerro la carpeta y se dirigio al laboratorio.

Erin Volchko estaba sentada frente a un prisma de rayos gamma, recorriendo una serie de microfichas. Cuando Rizzoli entro en el laboratorio, Erin levanto una fotografia y la desafio:

– ?Deprisa! ?Que es?

Rizzoli fruncio el entrecejo ante la imagen en blanco y negro de una franja escamosa.

– Es feo.

– Si, ?pero que es?

– Probablemente algo grueso. Una pata de cucaracha.

– Es el pelo de un venado. Genial, ?no? No parece un pelo humano.

– Hablando de pelos humanos. -Rizzoli le mostro el informe que acababa de leer-. ?Puedes decirme algo mas acerca de esto?

– ?Del departamento de Warren Hoyt?

– Si.

– Los pelos cortos sobre la almohada de Hoyt muestran Trichorrhexis invaginata. Parece ser el asesino que buscan.

– No, el otro pelo. El pelo negro que encontraron en el piso del bano.

– Dejame mostrarte la foto. -Erin busco un grupo de microfichas. Las barajo como naipes, y saco una del monton-. Este es el pelo hallado en el bano. ?Puedes ver los codigos numericos que aparecen?

Rizzoli miro la hoja, y leyo la prolija caligrafia de Erin. A00-B00-C05-D33.

– Si, lo que sea que signifique.

– Los dos primeros codigos, A00 y B00, indican que el pelo era lacio y negro. Bajo el microscopio compuesto, puedes ver los detalles adicionales. -Le alcanzo a Rizzoli la foto-. Mira el cabello. Esta del lado grueso. Observa que la silueta de cruce es practicamente redondeada.

– ?O sea?

– Es una caracteristica que nos ayuda a distinguir entre razas. Un cabello de un individuo africano, por ejemplo, es casi chato, como una cinta. Ahora mira la pigmentacion, y notaras que es muy densa. ?Ves la gruesa cuticula? Todo esto apunta a la misma conclusion. -Erin la miro-. Este cabello es caracteristico de la ascendencia oriental.

– ?Que quieres decir con oriental?

– China o japonesa. El subcontinente indio. Posiblemente indio americano.

– ?Eso puede confirmarse? ?Hay suficiente raiz como para hacer un examen de ADN?

– Por desgracia no. Parece haber sido cortado, no cayo en forma natural. No hay tejido folicular en este cabello. Pero estoy segura de que este pelo proviene de alguien no europeo ni tampoco africano.

«Una mujer asiatica», penso Rizzoli mientras volvia a la Unidad de Homicidios. ?Como llegaba esto al caso? En el corredor de paredes de vidrio que conducia al ala norte se detuvo, con los ojos cansados entrecerrados ante la luz del sol mientras miraba el vecindario de Roxbury. ?Habria una victima cuyo cuerpo todavia no habian encontrado? ?Hoyt habia cortado su pelo como un recuerdo, del mismo modo en que lo habia hecho con Cordell?

Se dio vuelta y se sorprendio al ver a Moore pasar justo a su lado, camino al ala sur. Nunca se habria dado por aludido si ella no lo hubiera llamado.

Se detuvo, y de mala gana se volvio para mirarla a la cara.

– Ese largo cabello del piso del bano de Hoyt -dijo-. El laboratorio sostiene que es de una persona oriental. Puede haber una victima que nos este faltando.

– Ya discutimos esa posibilidad.

– ?Cuando?

– Esta manana, en la reunion.

– Maldicion, Moore. No me dejen fuera del circuito.

Su frio silencio sirvio para amplificar la histeria de su explosion.

– Yo tambien quiero atraparlo -dijo. Lenta, inexorablemente, se le acerco hasta quedar exactamente frente a su cara-. Quiero atraparlo tanto como tu. Dejame volver.

– No es mi decision. Depende de Marquette. -Se dio vuelta para retirarse.

– ?Moore?

Se detuvo impaciente.

– No puedo tolerar esto -dijo ella-. Esta pelea entre nosotros.

– No es el momento para discutirlo.

– Mira, lo siento. Estaba desquiciada contigo por lo de Pacheco. Se que es una excusa estupida por lo que hice. Por haberle dicho a Marquette acerca de lo que pasaba entre ti y Cordell.

La miro a los ojos.

– ?Por que lo hiciste?

– Ya te lo dije. Estaba furiosa.

– No, hay algo mas que lo de Pacheco. Es acerca de Catherine, ?no es verdad? Te disgusto desde el primer dia. No podias soportar el hecho…

– ?De que te estabas enamorando de ella?

Se produjo un largo silencio. Cuando Rizzoli hablo, no pudo evitar el sarcasmo en su voz.

– Sabes, Moore, a pesar de tu elevada apreciacion sobre las mentes femeninas, de tu admiracion por las habilidades de las mujeres, tu tambien caes en lo mismo que el resto de los hombres. Tetas y culos.

Se puso livido de furia.

– De modo que la odias por la forma en que se ve. Y te indigna que yo me sienta atraido por eso. ?Pero sabes que, Rizzoli? ?Que hombre crees que pueda enloquecer por ti, cuando ni siquiera tu misma te gustas?

Ella lo miro con amargura mientras se alejaba. Apenas unas semanas atras habia pensado en Moore como la ultima persona en la Tierra que diria algo tan cruel. Sus palabras la herian mas que si vinieran de cualquier otra persona.

Que lo que habia dicho fuera la verdad era algo que se negaba a considerar.

Abajo, al pasar por la recepcion, se detuvo frente al monumento a la memoria de los policias caidos del Departamento de Policia de Boston. Los nombres de los muertos estaban tallados en la pared en orden

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