El halcon peregrino es el ave mas veloz del reino animal. El nunca se cansaba de verlos rasgando los aires, y era capaz de esperar sentado desde el amanecer hasta la noche para ver cazar a aquellas aves majestuosas. Con la cabeza erguida, observaban a su presa con un ojo, luego plegaban las alas y se lanzaban en picado. Justo antes de llegar, el peregrino frenaba su caida y le propinaba un golpe a la presa con sus garras afiladas. ?Chac! Muerto con el impacto.

Tambien podian coger a un pajaro en pleno vuelo, coincidiendo con su trayectoria para cortarlo en un plano recto. Todas las aves eran presas potenciales. Ninguna podia ganarle al cazador en maniobras.

Caaaaaaac-cac-cac. Caaaaaaac-cac-cac.

Theron era libre de verdad. Algo que el nunca lograria. Atrapado y solo, su necesidad de poseer lo inalcanzable, de cazar a los impostores, era mucho mas grande que su busqueda de la libertad.

Aun asi, el tenia mucho en comun con el halcon peregrino. Cuando empezo a estudiar al halcon peregrino, hace dieciseis anos, este era una especie casi extinguida. Estaban derrotados, pero no aniquilados. Y un dia volvieron en toda su gloria, y el siempre estuvo presente, en cada paso del camino, para escribir la cronica de su victoria.

Siempre le irrito que muy pocos de sus colegas quisieran documentar la vida del peregrino. Cumplian con los horarios establecidos, un solo semestre, el exigido, para luego salir disparados a buscar trabajo en alguna gran empresa o en una organizacion sin fines de lucro, o en un organismo publico. Decian que le seguian la pista al halcon peregrino, que les importaba, pero en realidad les daba igual.

Hablar no costaba nada.

Sacudio la cabeza, sintiendo que la rabia se desbocaba. Concentrate.

Miro con los prismaticos hacia la pared del precipicio donde Theron y Aglaia habian construido su nido. Al dejarlos, hace diez dias, habian puesto fin a los juegos de cortejo, pero ignoraba si ya habia huevos.

Asi que se dedico a observar. Durante horas. El sol derramaba sus rayos por toda la campina, convirtiendo el bosque oscuro de la manana en un glorioso abanico de colores. Empezo a hacer calor, y el se quito la cazadora. Comio el bocadillo insipido, mas por costumbre que por hambre.

Cuando el sol cruzo el ecuador del mediodia, Aglaia asomo la cabeza. Luego aparecio Theron, y los dos permanecieron en el borde de la saliente, el rey y su reina, mirando hacia sus dominios.

Caaaaaaac-cac-cac. Cooo cooo.

Caaaaaaac-cac-cac. Caaaaaaac-cac-cac.

Sentia el corazon henchido al oir como se comunicaban ambos cazadores. Si Aglaia dejaba el nido, significaba que habia huevos. Espero y observo, paciente, totalmente quieto entre los arboles y arbustos.

Desplegando sus poderosas alas, Aglaia dio un salto y bajo como una bala hacia la quebrada que se abria mas abajo, antes de dibujar una curva hacia arriba y alrededor del precipicio. El silencio volvio a hacerse en el bosque. La caza habia comenzado.

Theron vio desaparecer a su companera y volvio al nicho de la roca. Intercambio para la incubacion. Theron protegia los huevos mientras su companera cazaba.

Nada podia darle mas placer. Anoraba escalar la pared y ver a Theron de cerca. Lo habia hecho varias veces antes. Aquel trabajo, que exigia una gran forma fisica para seguir, documentar y escribir sobre la vida de los peregrinos, culminaba cuando les cogia los huevos para incubarlos en cautividad.

Pero no habia pasado la noche caminando por el lecho frio del rio, luchando contra la maleza, cruzando los lodazales de arcilla roja que abundaban en la zona del noroeste de Colorado solo para traer los huevos de vuelta a la universidad e incubarlos. Habia vuelto para observar y escribir y resistir la tentacion de volver a cazar.

Hace quince anos solo habia querido encontrar su companera la que seria la mujer perfecta para el.

Pero no habia mujeres perfectas.

Todas mentian, todas manipulaban. Incluso la dulce, la dulcisima Penny… ?Por que le habia dicho que ya no se veia con el deportista? ?Por que le habia dicho que el tipo ni siquiera le caia bien?

El sabia. Cuando la vio besandose con el otro.

Penny era una mentirosa, como todas las mujeres en este mundo. Decian una cosa y hacian algo completamente diferente. Decian que te amaban, prometian que no te harian dano, pero ellas no amaban a nadie y siempre hacian dano.

Como su madre.

Su madre, con palabras melosas que eran peor que la picada de una avispa. Su manera de tocarlo, de lograr que hiciera cosas por ella.

Tocame ahi. No, no, no, ahi. Si. No pares.

Si no hacia lo que ella queria, el castigo era aun peor.

Carino, es por tu propio bien. Tienes que aprender.

Le cogia el pene hasta hacerlo llorar. El le rogaba que lo soltara. Haria lo que ella quisiera, solo para que no le hiciera dano.

Y luego, su hermana, siempre montada encima de el, diciendole que le ayudaria. Y lo ayudo, durante un tiempo. Lo ayudo hasta que el confio en ella. Y ella volvio a hacerle dano y todo volvio a comenzar…

Todo empezo cuando tenia seis anos. Cuando su padre se marcho sin decir palabra. El creia que su madre lo habia matado, pero la verdad era aun peor.

Su propio padre no lo amaba.

?Acaso su padre no sabia que su madre le hacia dano? ?No veia la verdad? ?Acaso no le importaba?

Cerro los punos sobre su diario de anotaciones sobre el halcon, y un sollozo amargo escapo de su garganta. ?Que importaba?

Se apoyo en el arbol mas cercano y cerro los ojos, respirando la fragancia penetrante del pino, la savia agridulce y pegajosa, la tierra humeda, las hojas y plantas pudriendose.

Volvio a vivir la caceria.

Su presa era buena, pero el era mejor. Ella corria, pero el nunca la perdia de vista.

La vio caer, oyo el crujido del hueso por encima de la lluvia que caia y, en el ultimo momento, decidio usar el cuchillo.

No tenia ninguna gracia disparar sobre una presa caida. Era un gesto muy poco deportivo.

Estaba oscuro, casi era medianoche, pero la piel blanquiazul de la chica se destacaba como un fulgor en la oscuridad.

Le tiro del pelo mojado hacia atras con la mano izquierda y, sin vacilar, bajo el cuchillo y le rebano el cuello blanquecino. El calor de su sangre lo sorprendio.

Saboreo unas gotas que le salpicaron los labios.

La dejo caer ahi donde estaba y miro.

La caza habia terminado, pero ya lo corroia el impulso de encontrar otra presa. El corazon le latia con fuerza y la sangre fluia por su cuerpo como un torrente mientras se abandonaba a los recuerdos. Aquel poder intoxicante que sentia cuando la tenia para el solo. La sensacion de victoria que, desgraciadamente, disminuia dia a dia hasta que no quedaba mas alternativa que volver a cazar. La emocion de la caza era como un breve subidon, y ya volvia a hacerle falta. Anoraba tener ese poder en sus manos.

Sin embargo, antes tenia algo importante que hacer. Ahi, con Theron y Aglaia y sus huevos. Observando, esperando, escribiendo.

Sus pajaros lo necesitaban.

Tenia que resistir al impulso.

Capitulo 9

Mucho antes de que el sol asomara entre los montes, Quinn se desperto, presa de cierta agitacion, todavia atrapado en suenos donde aparecia Miranda.

Los que saben repiten el mantra: El tiempo todo lo sana.

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