Y si aquello no arrojaba resultados, no queria volver a ver titulares redactados por Eli Banks aludiendo a uno mas de sus fracasos.
Quinn queria saber que pensaba Miranda.
Se encontraron en la oficina central de la Unidad de Busqueda despues de la hora de cenar. No habian cenado y Quinn sugirio que fueran a comer algo juntos. Ella estuvo a punto de decir que si. El lo percibio en su mirada.
Pero ella le dijo que la esperaba su padre con alguna cosa que le habria preparado. Los dos pensaban ir a la universidad a primera hora de la manana, y Quinn le pregunto si queria volver a la hosteria con el. Se llevo una sorpresa cuando ella dijo que si y subio al coche.
Intento hablar con Nick, pero no lo encontro ni en su telefono movil ni en el busca. Aquello no le extrano. Al hablar con el por la tarde, Nick parecia seco e irritado. Aunque la presion de los medios de comunicacion era intensa, Quinn confiaba en que supiera ignorarla. En estas situaciones era el mejor remedio.
La prioridad era encontrar a Ashley van Auden.
Quinn consiguio reducir a cuarenta y tres individuos la lista de los hombres de la epoca universitaria de Penny. Los agentes Booker y Janssen trabajaban en comprobaciones preliminares de los antecedentes de todos y cada uno de ellos. Confiaba que por la manana reducirian aun mas la lista, a menos de treinta nombres. En cualquier caso, se repartirian la lista entre el, Nick y sus principales investigadores para el laborioso proceso de interrogar a cada hombre.
Aquello no llevaba a ninguna parte. Pero en ese momento de la coyuntura, a menos que Olivia encontrara algo en las pruebas que mostrara otra alternativa, carecia de ideas.
No podia contar con que JoBeth Anderson saliera del coma. Y si se recuperaba, quiza no fuera capaz de describir a su agresor. Quinn albergaba la esperanza de que si podria, pero sabia que los testigos que despiertan de un coma en el momento preciso para senalar al asesino solo existian en el cine barato.
Aun asi, esperaba que se recuperara del todo y pudiera darles informacion util para localizar a un sospechoso. Antes de que muriera Ashley van Auden.
Le lanzo una mirada a Miranda al girar y seguir por el largo camino pavimentado que llevaba a la hosteria.
– ?Estas bien?
– Han pasado veinticuatro horas desde que ha cogido a Ashley. Me siento como si estuvieramos en una cuenta atras. El tiempo corre en contra nuestro. No podemos cubrir todos los puntos del mapa.
A el no le gustaba oir ese tono de derrota en su voz.
– Miranda, no hables asi. No empieces a imaginarte lo peor.
– Cuesta no imaginarselo, Quinn -murmuro ella-. Cuando estoy con el equipo de busqueda, con Nick… y contigo… consigo mantener el tipo, pero cada vez que cierro los ojos, me imagino a Ashley encadenada y pasando frio.
Quinn se detuvo en el aparcamiento reservado para los empleados detras de la hosteria y apago el motor. Una luz de seguridad en la entrada de la cocina iluminaba el area circundante, pero tenian un poco de intimidad.
El la toco. Miranda estaba rigida.
– Miranda, quisiera que pudieras librarte de esas imagenes y sentimientos. Haria cualquier cosa por borrar el dolor de tu corazon. Lo sabes, ?no?
Ella lo miro. La luz artificial se reflejo en sus ojos, dandoles un aire insondable. Quinn queria besarla, estrecharla, decirle que todo se arreglaria, queria llevarla a la cama y protegerla de sus pesadillas.
Alargo la mano y le toco la mejilla.
– Nunca he dejado de amarte.
Miranda se quedo con los ojos clavados en el, sintiendo que se le aceleraba el corazon. Sus palabras parecian sinceras. Ella no sabia que pensar. Su lado racional le decia que lo perdonara, que en muchos sentidos tenia razon al haber actuado como lo hizo. Por otro lado, en el fondo de su corazon, sentia que el nunca habia confiado de
– Quinn, no veo que podamos volver al pasado.
El parpadeo, y una expresion de dolor le transformo el semblante. Ella no queria herirlo, pero tampoco sabia que hacer.
Quinn le aparto un mechon de pelo de la cara y se lo recogio detras de la oreja. El gesto era tan intimo que ella bajo la mirada. Era exactamente el mismo gesto que Quinn solia hacer cuando eran pareja. Con ese simple contacto, se sintio embargada por el recuerdo de lo mucho que lo habia amado, y luego llena de un sentimiento de calidez y, al final, de aprehension.
Ahora no podian volver atras. Ella era una persona diferente de lo que habia sido diez anos antes, cuando era una joven e ingenua aspirante al FBI.
Su leve caricia la sacudio con un estremecimiento electrico que no habia experimentado en mucho, mucho tiempo. Era como si Quinn pudiera leer en su mente, como si supiera que sufria interiormente y no pudiera expresarlo con palabras. Que anoraba que el volviera a abrazarla, que simplemente la estrechara sin hablar, sin explicaciones, sin sentirse incomoda.
Se lo quedo mirando, deseando con toda el alma compartir sus sentimientos, que la abrazara, que hicieran el amor. Lenta y tiernamente, como la primera vez.
Volvio sus labios hacia las manos de Quinn y las beso. Era lo unico que podia hacer para no entregarse a sus brazos.
Tenia que pensar en esos sentimientos. Pensar en las repercusiones. ?Podia confiar en el? ?Confiaba el en ella?
Le dolia no tener una respuesta a esas preguntas.
– Buenas noches -murmuro, y bajo rapidamente del coche antes de que cambiara de opinion.
Oyo que la puerta de Quinn se abria y cerraba.
– Te acompanare hasta tu cabana -dijo.
Ella sacudio la cabeza.
– Papa me esta esperando -dijo, senalando las luces de la hosteria con un gesto de la cabeza.
Siguio caminando en el aire fresco de la noche y cruzo los pocos metros que la separaban de la puerta trasera. Sintio la mirada de Quinn clavada en su espalda y se pregunto que pasaria si se giraba y le dijera que viniera con ella. Lo deseaba. Dios mio, cuanto lo deseaba.
Y ?que pasaria si el se aprovechaba de su vulnerabilidad emocional? ?Si la relevaba de la busqueda, o del caso? Mientras lo pensaba, se dio cuenta de que Quinn la habia apoyado firmemente desde su llegada. Si tenia dudas acerca de ella, se las reservaba muy bien.
Ella si tenia dudas. Llevaba diez anos convencida de que Quinn le habia arrebatado todo lo compartido intimamente con el a proposito de sus sentimientos, sus temores, su psique maltrecha, y que lo habia utilizado todo en su contra para que la expulsaran de Quantico. Sin embargo, esa experiencia tenia tanto que ver con su propia inseguridad y su temor como con cualquier cosa que Quinn hubiera o no hubiera hecho.
Era preferible poner cierta distancia entre ella y Quinn. Seria mejor olvidar el pasado. Olvidar aquel beso en la cocina. Olvidar como el la tocaba con manos que la hacian arder de deseo y volver a sentirse mujer.
Aun sentia el contacto de su mano en la mejilla, y deseaba mucho mas.
Cerro la puerta de la cabana y el se quedo fuera. Sus emociones estaban demasiado vivas, demasiado a flor de piel. Tenia que guardar sus distancias. Porque sabia que Quinn podia volver a romperle el corazon con mucha facilidad.
Quinn marco el numero de Olivia en cuanto entro en su habitacion de la hosteria. Pero no conseguia sacarse a Miranda de la cabeza.
Lo estaba volviendo loco. No podia parar de pensar en ella, no queria parar. Ansiaba poder sentarse con ella y tener una larga conversacion. Pero Miranda no era el tipo de mujer que se entregara a conversaciones razonables. Actuaba por instinto y reaccionaba a partir de sus emociones.
El le habia explicado con abundancia de detalles su actuacion en Quantico en una carta que ella le devolvio sin abrir. Intento hablar con ella. Ahora tenia que encontrar una manera de que le escuchara. Si encontraba las palabras adecuadas, sabia que ella le entenderia y lo perdonaria. Pero tanto su propia decision hace anos, como