conmigo.
Aquellas dos palabras la excitaron tanto y le provocaron un orgasmo tan intenso como el contacto de sus cuerpos. A el se le endurecieron los musculos, tiro de ella hacia abajo y se convirtieron en uno solo, unidos en un vinculo que el tiempo habia vuelto tan fragil. Sin embargo, al igual que una goma elastica, recuperaron su elasticidad en cuanto volvieron a encontrarse.
Ella no queria que Quinn se marchara de nuevo.
Se dejo caer contra su pecho, sintiendose mas relajada que despues de una hora de bano caliente. Sus extremidades se habian vuelto liquidas, y se acurruco en el hueco de su hombro. El la envolvio en sus brazos, la acaricio y ella se abandono a su calidez y su fuerza.
– Te amo, Miranda.
Plegada contra el, apoyando la cabeza sobre su hombro, Miranda suspiro. Ella tambien lo amaba. Tenia ganas de decirselo. Queria recuperar todo lo que tenian antes de Quantico. Ojala no hubiera viajado nunca a la Academia. Si se hubiera quedado en Montana, las cosas habrian sido muy diferentes. Miranda habria vivido los ultimos diez anos sintiendose amada y protegida, como se sentia en ese momento.
Quiza fuera un sinsentido pensar asi. Pero a lo mejor podrian reconstruir lo suyo. Cuando atraparan y condenaran a David Larsen, tal vez pudiera volver a compartir algo con Quinn.
Deseaba intentarlo. Pero ahora… estaba tan cansada… Se le escapo un bostezo.
Quinn se dio cuenta de que Miranda se habia quedado dormida al sentir que todo su cuerpo se fundia enteramente con el.
Tiro del edredon para abrigarse y se la quedo mirando mientras dormia. Parecia estar en paz, y el se alegro de poder darle una noche de suenos serenos.
Apenas le toco el pelo, le acaricio la mejilla. Ay, como amaba a esa mujer.
Capitulo 28
Cuando sono el movil este se sento de golpe y, por la calidad de la luz, enseguida se dio cuenta de que se habia quedado dormido. Una rapida mirada al reloj despertador lo confirmo: 07:45.
A su lado, Miranda se desperezo. Con el pelo derramandose sobre la almohada y su largo cuello incitandole a besarla, Quinn no queria otra cosa que volver a hacer el amor con ella.
El movil volvio a emitir su gorjeo. La llamada del deber.
– Peterson -contesto.
– Soy Colleen. Tengo un mal presentimiento acerca de Larsen.
– ?Que ha pasado?
– La directora del departamento de biologia de la fauna salvaje, Sarah Tyne, ha llamado al laboratorio de la universidad en Craig. Eso queda en el noroeste de Colorado. Queria informarse sobre los horarios de Larsen. La ultima vez que se presento fue el lunes.
– El dia despues de que encontramos el cuerpo de Rebecca.
– Asi es. Dijo que pensaba volver para el seguimiento de unos halcones peregrinos. Es su especialidad. Asi que uno del equipo de investigacion salio hacia alli esta manana.
– Y no estaba en su puesto -aventuro Quinn, sintiendo un cosquilleo en el estomago.
– No. Ademas de su piso en Denver, que esta vacio, tiene una caravana perdida en alguna parte. Encontraron sus provisiones para el trabajo de campo, pero nada de Larsen. Intentaron llamarlo por radio, porque se supone que los investigadores tienen que tenerla encendida en todo momento cuando salen fuera. No hubo respuesta.
– ?Habeis averiguado que tipo de coche o camioneta conducia? ?Lo habeis encontrado? -Quinn saco su libreta y anoto un par de datos.
– Conduce una camioneta pero no tenemos los detalles. No lleva la caravana.
– Comprobare con los registros vehiculares. Acercate al lugar y veamos que encuentras. Si aparece, detenedlo. Lanzare una orden de busca y captura. Solo para interrogarlo. No quiero que se asuste. Y hacedlo discretamente. No quiero que le entre el panico y mate a Ashley van Auden. Solo la ha tenido dos dias. Es probable que todavia este viva.
– Vale.
– Si lo encuentras, Colleen, dejamelo a mi -dijo Quinn, y cerro el movil.
– David Larsen -dijo Miranda, con voz apagada-. Parece un nombre tan normal.
El se inclino y, tras apartarle un mechon de pelo, la beso en la frente. Queria aliviarla del dolor, robarle sus recuerdos para que jamas volviera a pensar en David Larsen o en las mujeres que habia matado. Quinn tendria que hablarle a Miranda de montones de buenos recuerdos para reemplazar a los malos. Ya se habian puesto a ello la noche anterior, pero era solo el comienzo.
– ?Estas bien? -pregunto.
– Estare bien.
No sonaba como la Miranda de siempre, pero el no insistio. Lo haria mas tarde.
Volvio a besarla y se levanto de la cama.
– Voy a la oficina del sheriff. ?Quieres que te deje en la universidad?
– Si, tengo que ver como le va a mi gente.
– No vayas a ninguna parte sola.
– No lo hare -dijo. Sonaba distante.
– Miranda, lo encontraremos. No te pondra la mano encima. Y, por primera vez, creo que podremos atraparlo. Antes de que muera Ashley.
– Pienso como tu -dijo ella-. Y no hay nada que quiera mas, excepto… -dijo, y callo -. Nick. Puede que Ashley este viva, pero ?que sabemos de Nick? -Callo porque no podia seguir. Se levanto de la cama y se vistio -. Me voy a duchar y me reunire contigo en el coche, dentro de veinte minutos.
Quinn la detuvo antes de que saliera.
– Pagara por haber matado a Nick.
– Lo se. Pero es como si con eso no bastara.
En la oficina del sheriff, lo primero que hizo Quinn fue hablar con Lance Booker.
– Booker, te tengo que pedir un favor.
– Lo que usted diga.
Buen muchacho. A Quinn no le extranaba que a Nick le cayera bien.
– ?Podrias acompanar a Miranda a la universidad? A cualquier lado adonde vaya, quiero que estes cerca y le sirvas de escolta.
– ?Ha ocurrido algo?
– Tenemos un sospechoso. David Larsen.
– ?El biologo?
– No esta en su puesto, ha tenido una oportunidad para estar en la escena del crimen y hemos descartado a los otros tres sospechosos de la lista. Mi gente esta llevando a cabo una comprobacion de su historial en este momento. Te llamare en cuanto tenga mas informacion. Pero si se siente presionado de alguna manera, puede que haga algo impredecible. Y no quiero que Miranda este a su alcance.
– No me movere de su lado.
– Booker, no divulgues esta informacion. Miranda lo sabe, pero no quiero que la prensa se entere todavia. Hasta que tengamos mas informacion.
– De acuerdo -dijo Booker, y salio.
Quinn entro en el despacho de Nick y no se sorprendio demasiado al ver que Sam Harris se habia aduenado