interior.

Rowan habia visto cientos de escenas de crimenes. Habia visto lo Peor que el hombre podia hacerle a sus congeneres. Siempre duena de sus emociones, sabia sepultarlas en lo mas profundo de si misma, mas alla de su alma. Sin embargo, esta vez le estaba costando mucho tomar distancias con la escena del crimen. Por algun motivo, este asesinato era diferente. Familiar.

Se detuvo en el vestibulo de la impecable casa. Limpia, comoda, muebles caros, maderas lustrosas. Reinaba una perturbacion general asociada a la presencia policial pero, aparte de eso, la casa estaba perfectamente ordenada. El olor de un detergente con esencia de limon se mezclaba con ese olor a cobre que ella conocia demasiado bien, el olor metalico de la sangre ya insinuandose en su olfato, en su boca. Cerro los ojos y se armo de valor.

?Por que le costaba tanto seguir adelante?

– Agente Smith, ?se encuentra bien?

La voz de Tom interrumpio su vacilacion. Enseguida abrio los ojos y asintio con un gesto de la cabeza.

– Claro que si, solo estaba pensando. ?Quienes eran las victimas?

Tom consulto su bloc de notas.

– Karl y Marlena Franklin y sus hijos. Se sospecha que los asesinatos precedieron a un suicidio, pero por ahora los tecnicos solo han inspeccionado la escena para fotografiarla.

Ella asintio con un gesto y siguio su inspeccion del lugar. La escalera empezaba en el vestibulo, y subia en una elegante curva hacia la segunda planta. Distribuidas por la pared, habia fotos de una familia conforme iba creciendo, dispuestas peldano a peldano y ano tras ano. La madre y el padre, de pelo oscuro y ojos azules. Juntos con un bebe. Juntos con un pequeno y un bebe. Con un pequeno y otro en su primer dia de parvulario. Con dos pequenos y un bebe. Con dos ninos mayores, otro que daba sus primeros pasos, y un bebe. Pelo castano, ojos azules, una familia atractiva.

Con tres ninos y la pequena, todavia bebe.

En lo alto de la escalera se encontraba el ultimo retrato de familia. Tres ninos, el mayor de unos doce anos. Una pequena, de unos tres anos, con coletas oscuras y cintas rojas en el pelo.

Coletas y cintas.

?Corre! Fue su mente la que grito, pero ella se sentia obligada a avanzar. Oia hablar a Tom, pero no escuchaba lo que decia.

?Corre!

Tenia los pies clavados en aquella casa demasiado familiar.

En la primera habitacion solo habia sangre en la cama. El hijo mayor, seguidor de los Packers, tenia trofeos en las estanterias y las paredes. Segunda habitacion. Literas, mas sangre. El olor y el sabor se le metian en los pulmones y tuvo una arcada.

– Rowan.

La voz venia de lejos. Ella se adelanto para apartarse de Tom.

– ?Rowan!

Empujo la ultima puerta, sabiendo que encontraria antes de abrirla.

La habitacion de la pequena, decorada con cortinas rosadas y blancas, llena de osos de peluche y munecas. Alguien habia dejado algo de comer en el suelo, junto con un juego de te del elefante Babar con sus invitados. Un oso de peluche, una jirafa y Babar tomando el te alrededor de la mesa. Era el juego del dia anterior.

Una silla vacia, donde se habria sentado la pequena.

Dani.

La pequena quiza dormia. Habria dormido hasta que le arrebataron la vida. La sangre empapaba su edredon blanco. Dios mio, ?Como podia haber tanta sangre en un cuerpo tan pequeno?

Coletas.

Dani.

Grito.

John tomaba el cafe en el comedor escuchando lo que le contaba Michael acerca de la investigacion de la policia y el papel del FBI. Menos de media hora antes, Rowan se habia quedado dormida sobre el sofa en el salon contiguo. Cuando John la vio por primera vez, parecia agotada. Seguramente no habia conseguido conciliar el sueno las ultimas noches por culpa de la presion que el asesino ejercia sobre ella.

Rowan dejo escapar un gemido y el y Michael se levantaron al unisono. Se quedaron mirando un momento, John suspiro y volvio a sentarse.

– Es tu caso -dijo, aunque no estaba seguro de que su decision fuera la mas indicada. Michael se habia ocupado de las medidas de seguridad como el profesional que John veia en el, pero cada vez que miraba a Rowan una suavidad se aduenaba de su rostro. Una expresion familiar, penso John, de no hacia mucho, cuando Michael se habia enamorado de Jessica Weston, la embustera.

Michael se acerco al sofa con paso cauto mientras Rowan daba vueltas en su sueno.

– Rowan -dijo, con voz queda.

De pronto, Rowan dejo escapar un grito y su cara se transformo en el vivo retrato del terror, mientras se debatia entre la pesadilla y la vigilia.

– ?Rowan! ?Rowan! ?Despierte! -Michael se sento detras de ella y casi la cogio en su regazo; intentaba sujetarle los brazos que ella agitaba en el aire. Desde el otro lado de la sala, hasta John podia ver lo tensa que estaba, con los brazos atrapados y temblando, casi un abrazo en el vacio.

– ?Dani, Dani! -grito, sumida en su pesadilla.

– ?Que le pasa? -pregunto Tess, inquieta, y se incorporo del rincon de trabajo donde se habia instalado con los ordenadores.

– Una pesadilla -dijo Michael, con voz grave.

?Quien es Danny?, penso John, frunciendo el ceno. Observaba de brazos cruzados, aunque tambien se habia incorporado.

Rowan se fue calmando con las palabras que Michael le susurraba al oido mientras la atraia hacia el, le acariciaba el pelo y se lo alisaba por la espalda. Rowan se sacudia con violentos sollozos, pero en absoluto silencio.

– Rowan…

– Lo siento, lo siento. -Se giro hacia el pecho de Michael y su sollozo apagado le llego a John al corazon.

Pero John tenia que ir al fondo de ese asunto.

– ?Quien es Danny? -pregunto, y su voz sono mas dura de lo que hubiera querido.

Ella levanto la cabeza y le lanzo una mirada llena de rabia, los ojos rojos con las lagrimas no derramadas.

John hizo caso omiso de las senas que Michael le hacia para que se callara. Habia algo en todo aquello que era importante.

Rowan se aparto de Michael, busco algo en la espalda y saco la Glock de su funda. Comprobo la municion, devolvio el arma a la funda y se quedo parada en medio del salon. John vio que controlaba el terror de la pesadilla y al mismo tiempo concentraba toda su rabia en el. ?Por que? Solo habia hecho una pregunta evidente. Una pregunta que deberia haber hecho Michael en lugar de estar ahi consolandola.

En el fondo de su corazon, John tambien queria abrazar a Rowan. Pero, a diferencia de su hermano, sabia dejar los sentimientos a un lado cuando habia vidas en juego.

– Tengo que llamar a mi jefe. Mi ex jefe -se corrigio-. He tenido un recuerdo de un caso en que trabaje. Mi ultimo caso. Me pregunto si no habra algun tipo de conexion. -Rowan sacudio la cabeza y cerro los ojos-. No lo entiendo -dijo, como si hablara consigo misma-, pero ?por que, si no, sonaria con el asesinato de los Franklin ahora?

– ?El asesinato de los Franklin? -inquirio John.

Ella abrio los ojos y lo miro.

– Un caso brutal, de asesinato y suicidio. O al menos eso pensamos en aquel momento. Habia ciertas dudas, pero yo no participe en la investigacion. Necesito estudiar el caso, pero no esta en la caja de archivos que me ha

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