– No, no, solo estuve mirando. Pensaba que… ya que te han dado esa paga extra, podriamos comprar unas cuantas cosas para la casa que necesitamos desde hace tiempo. Ya sabes, nada extravagante, pero…

– ?Eso es lo unico que te preocupa? ?El dinero? -Su padre dio un golpe con tanta fuerza en el tocador que las botellas de perfume y otras cosas de chicas cayeron al suelo y se quebraron.

– No, carino, tu sabes que no… Pero ahora que viene el bebe, pense que…

?Zas! ?Cachetazo!

– Calla de una vez con lo del maldito bebe.

Su madre se puso a sollozar.

– Me dijiste que te alegrabas.

Fue como si el tiempo se detuviera, y su pequeno corazon se puso a latir con tanta fuerza, lleno de miedo y de una especie de excitacion que no acababa de entender. ?Que iba a hacer su padre?

Al cabo de unos minutos, su padre se paso la mano por el pelo, que llevaba muy corto.

– Lo siento, carino, no queria… solo que estoy con mucha tension en el trabajo. - Se inclino para besarla en la mejilla enrojecida.

– Lo se, lo se. -Su madre lloraba y lo abrazaba- . Todo ira bien. Yo puedo volver al trabajo y…

El la aparto bruscamente.

– ?Al trabajo? Nunca. Hicimos un trato. Tu cuidas de los ninos y te ocupas de la casa, y yo gano el dinero necesario para vivir.

– Lo se, y me encanta ser tu esposa, de verdad. Pero si nos cuesta llegar a fin de mes, si vamos a perder la casa, si…

?Zas! ?Cachetazo!

– ?Por que quieres volver al trabajo? ?Tiene algo que ver la visita de George Claussen la semana pasada?

– George, yo… me dijo que podia recuperar mi trabajo de antes, si lo queria. Media jornada, mientras los ninos estan en el colegio. Y cuando llegue el bebe…

?Zas! ?Cachetazo!

– Tu y George andais haciendo cosas cuando yo no estoy, ?eh?

– ?No!

?Cachetazo!

– ?A mi no me mientas!

– No te miento. -Sollozos. Mas sollozos. Las chicas solo sabian llorar. Sobre todo su madre. Siempre llorando y su padre siempre cedia. ?Que estupido!

Odiaba a su madre.

– NO volveras a trabajar. No lo necesitamos. Yo me encargare. Siempre te dare lo que necesitas. Me crees, ?no? ?Me crees o no?

– S… si. Lo… lo siento mucho. No quiero volver al trabajo. Eres un marido y un padre estupendo. Te quiero mucho. -Se quedo lloriqueando en el suelo, diciendo tonterias sin parar.

– Ay, carino.

Mientras observaba desde el armario, vio que la rabia de su padre desaparecia mientras levantaba a su madre del suelo y la abrazaba.

– Lo siento, lo siento mucho. No queria… Ya se que no me enganarias. Se que me quieres.

– Claro que te quiero, te quiero -dijo ella entre sollozos, aferrandose a el.

Hicieron el amor en la cama mientras el miraba desde el armario. Habia oido hablar del sexo, pero no sabia de que se trataba.

Ahora lo sabia.

Al comienzo, penso que su padre iba a matar a su madre. Ella grunia y gritaba y el timbre de su voz era muy agudo. Por un momento, quedo desconcertado y penso que su madre estaria muerta, que se iria, junto con ese estupido bebe que llevaba en el vientre.

Pero no murio. Y su padre se disculpaba una y otra vez. Le dijo que la amaba, que amaba al bebe, que amaba a todo el mundo.

?Pringado!

Un pringado.

Tuvo un estremecimiento en la noche. El aire humedo de Portland le recordaba su infancia, y eso le recordaba lo mucho que odiaba a su familia.

Miro por la puerta del patio y sonrio. La familia perfecta para la foto, sentados en el sofa, sonriendo. Solto una risilla. No habia familias perfectas. La gente creia que su familia era perfecta. Al menos durante un tiempo. ?Vaya chiste!

En el interior de la casa, la madre, la senora Gina Harper, divorciada, se incorporo y se desperezo.

Es hora de acostarse, murmuro.

La nina mayor, una adolescente, bostezo y se incorporo lentamente del sofa. La nina mas pequena, de unos cinco o seis anos, protesto. Llevaba el pelo negro y rizado recogido en coletas. Gina Harper la cogio, le hizo cosquillas y se la llevo de la sala. La chica mayor miro hacia donde estaba el con un gesto extrano, luego junto los platos de palomitas y las latas de refresco, apago las luces y siguio a su madre y su hermana.

A el se le acelero el corazon con solo pensar que quizas ella lo habia intuido. Que de alguna manera conocia su destino.

Que ella seria la proxima en morir.

Pero, por supuesto, ella ni siquiera lo habia visto, ni siquiera sabia que estaba en el patio de ladrillos, en el exterior del salon familiar. Se habia preparado con mucho cuidado.

Esta vez habria una pequena discordancia menor con el libro, pero estaba seguro de que la autora lo agradeceria.

Capitulo 7

Rowan durmio a rachas, con las emociones todavia a flor de piel. La pesadilla seguia ahi, aunque ahora estaba despierta, y no tenia que ver solo con los asesinatos de la familia Franklin. Otros demonios de mas de cuatro anos de antiguedad intentaban hacerse un lugar en su memoria consciente. Tenia que luchar con toda su rabia para mantenerlos a raya. Y de tanto esfuerzo, le vino un dolor de cabeza tan punzante que la dejo atontada.

Se tomo dos capsulas de Motrin, un medicamento de receta, y bajo. Michael estaba sentado a la mesa del comedor leyendo los papeles de un archivo.

– ?Que es eso?

El levanto la mirada, fruncio el ceno y cerro la carpeta.

– Tiene un aspecto horrible.

– Gracias. -Desde luego, el no iba a contarle lo de la carpeta. Ella penso que tendria algo que ver con el asesinato de la florista, o con la pobre Doreen Rodriguez. No tenia por que mirar la carpeta, ya habia visto los asesinatos en su imaginacion.

– Le preparare algo de comer.

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