enfadado.
Bajo la pistola, contenta de haberlo irritado. Lo odiaba. Era una amenaza a todo lo que ella habia construido trabajosamente a lo largo de los ultimos veintitres anos. Maldita sea. Ella no necesitaba aquello. Sobre todo, no necesitaba esa confusion, ni a ese hombre que la miraba y parecia saberlo todo acerca de ella.
Era imposible. El no podia saber quien era ella, ni conocer su pasado ni sus pensamientos. Era absurdo pensar eso, se dijo, mientras se dirigia a la puerta lateral.
– Dani no tiene nada que ver con esto. Es un caso cerrado hace mucho tiempo. Roger me prometio que los archivos del caso Franklin estarian aqui hoy y, despues de esas coletas… -La voz se le quebro y Rowan se enfado consigo misma-. Es otra conexion con el caso de los Franklin.
No lo miro. No podia mirarlo. Ya habia dicho mas de lo que era su intencion. ?Como habia conseguido que hablara? Recordo que no habia pronunciado el nombre de Dani en anos. Practicamente toda una vida.
– Espere -dijo John, y le puso una mano en el hombro-. Yo ire primero.
Detestaba ser la mujer protegida, pero dejo que John saliera de la casa, comprobara el perimetro y volviera.
– Todo bien. ?Adonde piensa ir a correr?
– A la playa -Fue lo unico que dijo.
– A mi tambien me gusta el agua -dijo el, asintiendo con la cabeza.
– ?La marina?
– El ejercito.
Ella inclino la cabeza a un lado.
– Usted no pertenece al ejercito. A menos que sea un comando Delta. -Rowan hizo esa afirmacion como si supiera que era un hecho.
– Lo era -dijo el, frunciendo el ceno.
Ella sonrio como si supiera un chiste del que el no estaba enterado.
– Quince kilometros -dijo, y salio por la puerta.
Ella marco el ritmo, y John la siguio a media distancia. Ella supo enseguida que John tenia mucha mas experiencia que su hermano. Cuando Michael la acompanaba a hacer
Muy parecido a lo que haria ella.
Dos crias de una misma camada, penso cuando comenzaba la ultima vuelta. Con Michael habia corrido dos vueltas. Con John corrio tres. No iba a ponerle las cosas faciles y, ademas, sospechaba que el no se lo agradeceria si lo hiciera.
Rowan intentaba olvidarlo mientras corrian, pero le resultaba imposible. La presencia de John la subyugaba, y no podia concentrarse en su propia seguridad. El habia indagado en lo de Dani y no seria tan facil despistarlo como a Michael.
Penso en Michael y sintio una punzada de culpa. Ayer habia querido besarla, y ella no podia compartir sus sentimientos. Michael era un hombre amable, inteligente y atractivo, pero ella no sentia esa… atraccion. Habia aprendido a apreciarlo durante esos pocos dias, pero no de la manera que el esperaba.
Lo estimaba como estimaba a Peter. Como a un hermano.
A John no podria darle largas mucho tiempo si insistia en que ella hablara, aunque no habia ninguna relacion entre su infancia y el asesinato de Dani con lo que estaba ocurriendo en ese momento. Todos los implicados en aquel antiguo episodio estaban muertos. Excepto ella. Y Peter. Incluso a Roger le parecia absurdo pensar en ello.
Sin embargo, John probablemente llamaria a donde fuera en Washington para averiguar que cosas eran vitales para Rowan Smith. Y ella tendria que hacer todo lo posible para impedir que obtuviera las respuestas que buscaba. Si todo llegaba a saberse, no estaba segura de poder reconstruir su vida. Su pasado estaba poniendo en peligro su presente. Tenia que ponerle fin, pero no sabia como.
Cuando dio media vuelta al final de la playa, los pulmones le quemaban y sentia un hormigueo en la piel. El pelo le azotaba la cara y la brisa del mar le daba en las mejillas. Nunca se sentia tan viva como cuando corria. Sobre todo alli, a la orilla del mar. Si no estuviera tan prendida de su cabana en el bosque, pensaria en mudarse a la costa.
Rechazo esa idea en cuanto se le ocurrio. Demasiada gente. Y, ademas, detestaba esa casa que habia alquilado. Demasiada luz, demasiado blanca, demasiado expuesta.
Pero en la playa se sentia en paz. Sabia que siguiendo la costa, al norte de San Francisco, habia unas casas frente al mar pero aisladas. Demasiado frio para nadar, pero ella no necesitaba nadar. Solo necesitaba ese penetrante aire salado, el ancho mar siempre agitado y la playa plana y humeda. Cuanto mas frio, mejor. Tener frio era estar vivo.
Empezo a subir las escaleras de madera que iban de la playa hasta el balcon de la casa cuando John se le acerco, la cogio por el brazo y la hizo girarse. Quedaron cara a cara, ella un peldano por encima de el.
John respiraba con dificultad, y Rowan se alegro. A ella tambien le costaba respirar, pero no habia aflojado durante toda la carrera. La resistencia era clave.
El sudor le habia pegado la camiseta al pecho, delineando unos musculos sutiles y firmes. Su cara parecia inexpresiva, pero sus ojos verde oscuro brillaban. ?Era rabia? ?Frustracion?
?Anoranza?
Rowan parpadeo y la sensacion ya no estaba. John fruncio el ceno al mirarla, y ella se fijo en sus labios… unos labios generosos que daban ganas de besar. Todo su rostro reflejaba una sutil virilidad, la de un hombre que se sentia comodo consigo mismo, que conocia su lugar en el mundo, que no era precisamente un lugar inferior. En su mandibula cuadrada asomaba un hoyuelo, y no se habia afeitado. Tenia una barba condenadamente sexy.
Rowan volvio a mirarlo a los ojos y deseo no haberlo hecho. Volvio a sentir que John veia sus mas reconditos pensamientos.
Trago saliva sin darse cuenta.
– Usted cree que tiene las cosas bajo control -dijo el, con voz grave, ronca, dura como su barba. John se inclino hacia delante, con el pecho todavia agitado tras la carrera de quince kilometros-. Averiguare que es lo que nos oculta. Y le aseguro, Rowan, que si se trata de un estupido juego del FBI y mis hermanos resultan heridos, usted pagara por ello.
Rowan siguio mirandolo con rostro inexpresivo, pero sintio que una corriente de rabia y temor se disparaba con sus palabras.
– Ninguno de mis secretos tiene nada que ver con esto. -Mientras lo decia, temio estar equivocada. ?Como, si no, sabia el asesino lo de las coletas?
Tenia que ser una coincidencia.
Por eso habia renunciado al FBI despues del asesinato de los Franklin. Aquellas malditas coletas la perseguian en sus suenos. No conseguia ver las cosas con claridad, no podia investigar un crimen tan cercano a ella. No podia ser imparcial, asi que decidio renunciar.
John la miro con un dejo dubitativo y ella desvio la mirada para no tener que enfrentarse a la de el. El estiro la mano y le hizo girar la cara. Ella le lanzo un golpe de karate en el brazo y el la solto con una mueca de dolor. Rowan aprovecho para liberarse de un tiron.
– No me toque -mascullo entre dientes.
El alzo las manos como diciendo «tranquila, no la tocare» y con un gesto le dijo que se situara a sus espaldas. Ella obedecio de mala gana, pero desenfundo su arma, sintiendo que el ritmo cardiaco se regularizaba nada mas empunar el metal con ambas manos. Su pistola la anclaba a la realidad. John miro su Glock de reojo, asintiendo con un gesto casi imperceptible, un asomo de sonrisa.
Ella fruncio el ceno cuando el le dio la espalda y comenzo a subir las escaleras. ?Que pasaba con John Flynn?
Cuando Rowan entro por la puerta lateral, lo primero que vio fue a Michael apoyado contra el aparador con una taza humeante de cafe en la mano. Su actitud relajada contradecia su semblante serio, pero al verla a ella, su mirada se volvio calida.
Rowan sintio el peso de la culpa en las tripas.