nauseas. Estaba perdido. La sola idea de que ella estuviera en manos de Bobby MacIntosh le impulsaba a golpear a alguien.
O matar a alguien. Sobre todo, a ese hijo de puta que se la habia llevado.
Ahora lo recordo. Por el rabillo del ojo, John habia visto a Rowan salir corriendo despues de mirar su reloj. Les daria esos tres minutos. Si no tardaba tanto en desmontar la carga de Tess, podria seguirla.
Quinn Peterson se habia acercado a inspeccionar los explosivos en la furgoneta.
– ?Peterson! No los toques, a menos que sepas como desmontarlos -advirtio John, con voz tensa, mientras aflojaba la ultima placa.
– No -dijo el, con la voz igual de tensa que John-. Solo queria comprobar la carga.
Buena idea. John siguio manipulando la bomba de Tess, algo mas aliviado al ver que el mecanismo de seguridad era estandar. Noventa segundos. Y saldrian corriendo.
Salvo que el tenia la intencion de correr para seguir a Rowan.
Al cabo de unos segundos, Peterson lanzo una sonora imprecacion.
– ?Tiene todo un arsenal aqui dentro! Esta conectado a un detonador por control remoto.
– ?No tiene cuenta atras? -pregunto John.
– No.
– No tenia ninguna intencion de darnos diez minutos -afirmo Tess, que hacia lo posible por controlar sus sollozos-. Te lo he dicho, por favor, John.
– Calla. Casi he acabado. Y cuando te avise, echate a correr lo mas rapido que puedas.
Quedaban dos minutos. John le pidio a Collins que le avisara cada diez segundos. Cada intervalo parecia tan largo que John tenia la sensacion de que el tiempo se habia detenido, atrapandolo en aquel infierno entre arriesgar la vida de Tess y temer que Bobby matara a Rowan en cuanto la tuviera al alcance.
– Diez.
Clic. Quedaban cinco cables. ?Cual era el orden? La derecha, la derecha. Estandar. Clic. Cuatro cables. Separados. Aflojar el interruptor. Clic. Tres cables.
– Veinte.
Rowan, por favor, ten cuidado. Mantente alejada de el. En cuanto pasen los tres minutos, tienes que correr. Bobby hara volar la furgoneta. Pase lo que pase, la volara, y tu tienes que correr rapido. Se que puedes hacerlo, penso, concentrado.
– Treinta.
Clic. Clic. Quedaba un cable, pero tenia su truco. Si cortaba el cable equivocado… no, el sabia. Tenia que ser el blanco. Estaba conectado… mierda, volver a comprobar. Blanco, beis, negro. ?El negro? No, decididamente era el blanco. Conectado ahi. No cortar demasiado cerca del interruptor.
– Cuarenta -aviso Collins. Se volvio hacia Peterson-. ?Quinn! Vuelve aqui.
John se preparo para lo peor.
Clic.
Nada.
– Lo tengo -dijo, en voz baja. Le ayudo rapidamente a Tess a deshacerse de la chaqueta y la dejo caer suavemente al suelo.
– Cincuenta -dijo Collins.
– ?Peterson! Esta despejado. ?Corre! -John cogio a Tess. Tenian un minuto y diez segundos y John intuia que Bobby MacIntosh no les daria ni un segundo mas.
?Doscientos metros? No, no alcanzarian a cruzar dos campos de futbol. Esperaba que con cien metros estuvieran a salvo.
La explosion sacudio el suelo y lanzo despedida a Tess. John sintio que se elevaba y volaba por el aire. Y luego todo estaba oscuro.
Ahora se despejo la cabeza de la pesadilla que acababan de vivir y miro su reloj, que curiosamente estaba intacto. Todavia no eran las siete.
– Voy a encontrar a Rowan -dijo.
– Flynn, tenga cuidado. Tenemos a todos los equipos disponibles buscandola. -Roger Collins cogio el transmisor-. Agente Thorne, ?esta disponible?
– Si, senor.
– ?Como esta Francie? ?Esta…? -Roger trago saliva y miro a John.
– El chaleco antibalas le ha salvado la vida. La estan examinando los sanitarios y necesitara una pequena intervencion, pero saldra adelante.
– Gracias a Dios -dijo Roger, con un suspiro de alivio-. Thorne, traiga un coche y venga a buscar a Flynn. Ayudelo en todo lo que pueda.
– Llegare en dos minutos. Fuera.
– Gracias -dijo John, y lo decia de todo corazon.
– Encuentrela. Antes de que Bobby… antes de que la mate.
– La encontrare.
Pero no tenia ni idea de por donde empezar.
El padre Peter O'Brien llego al aeropuerto de Burbank despues de las ocho de la noche y de diez horas de viaje. No habia tenido oportunidad de dormir. En el vuelo de Boston a Chicago se sento junto a una viuda de noventa anos que le pidio que rezara el rosario con ella, los quince misterios. Cada diez avemarias, pedia por que Rowan estuviera a salvo y por el alma de Bobby.
En Chicago tuvieron un retraso de tres horas debido a problemas de seguridad. Comio en la cafeteria del aeropuerto y acabo siendo el blanco de las pullas de una joven pareja que veia numerosas carencias en su Iglesia. En el vuelo de conexion viajo junto a una mujer a la que le habian diagnosticado cancer de mama en etapa avanzada, y se sintio humilde frente a su fuerza de caracter y a su discreta confianza en que Dios se serviria de sus medicos para sanarla. No era catolica, pero su fe era solida y a Peter le dio esperanzas.
Era un viaje largo, y se quedo dormido unos cuarenta minutos antes de llegar a Burbank. Intento ponerse en contacto con Roger Collins para avisarle del retraso, pero sin exito. Al llegar, lo volvio a llamar. Seguia sin contestar.
Roger le habia dicho con claridad que si no podia dar con el, era porque algo habia salido mal.
Saco la nota que habia escrito despues de su conversacion con el director adjunto del FBI la noche anterior.
Flynn protegia a Rowan. Pero dado que no podia encontrar a Roger, Peter empezo a temer que Rowan estuviera en peligro.
Marco el numero. Despues del tercer timbre, aumento su inquietud. Hasta que alguien contesto.
– Flynn.
– John, soy Peter O'Brien.
– ?Que ocurre?
– Estoy en el aeropuerto de Burbank. Se suponia que Roger tenia que venir a buscarme, pero no puedo dar con el.
– Roger esta en el hospital con la espalda rota -dijo John, despues de una pausa-. ?Por que ha venido?
Peter se santiguo.
– Roger penso que podria ayudar en la negociacion con Bobby, si llegabamos a ese punto. Bobby no sabe que yo estoy vivo.
– Tiene a Rowan.
– Dios mio -dijo Peter, cogiendose de un lado de la cabina telefonica-. ?Donde?
– No tengo ni idea. Ahora me dirijo al cuartel general del FBI, pero pasare por ahi a recogerlo. Creo que Roger quiza tenga razon. Puede que desconcierte a MacIntosh. Si logramos encontrarlo. Espereme a la salida de la terminal.
Oscuridad. Frio. Mucho frio.
Rowan intento abrir los ojos pero los parpados le pesaban como sacos de arena mojada. Hasta el mas