minimo esfuerzo le producia un horrible dolor de cabeza. Intento respirar hondo pero algo le presionaba el pecho. Los dedos de manos y pies comenzaron a cobrar vida cuando intento moverlos, y el cosquilleo se convirtio en dolor.
De pronto se dio cuenta de que estaba atada como un cerdo, con los brazos y piernas doblados por detras y sujetos. No era nada raro que le doliera tanto.
Olia a vomito. Era muy probable, penso, al recordar el dolor del dardo con el sedante que le habia disparado. Una fuerte dosis de narcotico ponia enfermo a cualquiera. Al principio, penso que el frio era el efecto secundario del sedante, pero el suelo estaba frio. Al otro lado del muro se oia el vago zumbido de un aparato de aire acondicionado. Alguien lo habia puesto a toda marcha. Rowan se estremecio a pesar suyo.
Tenia la boca seca y con mal sabor. El cuerpo entero le dolio en cuanto se movio, apenas, intentando liberarse de los nudos. Cuando volvio a recuperar el tacto en los dedos, palpo una cuerda de nailon. Cuanto mas tiraba, mas se apretaba la cuerda. Asi que dejo de moverse.
Al menos estaba viva. Viva y pensando.
Cuando lo habia visto por primera vez con la escopeta en las manos, se habia quedado helada. Aquel era su hermano, que no habia visto en mas de veinte anos. Su aspecto era totalmente diferente. Penso que no lo habria reconocido en la calle. Ahora tenia cuarenta y un anos, y era un hombre. Llevaba el pelo corto, casi rapado. Su cara era mas llena, y su cuerpo mas ancho. Incluso parecia mas alto, lo cual no era raro. Muchos chicos seguian creciendo hasta el final de la adolescencia y cumplidos los veinte anos.
Pero era el.
Y entonces pulso el boton y su vida entera salto por los aires.
John tenia que estar muerto. Era imposible que hubiera escapado tan rapido. Rowan sintio la fuerza de la explosion a casi medio kilometro.
Lo primero que experimento fue culpa, y despues una profunda tristeza, una tristeza fisica que empezo como un dolor en el pecho y luego se difundio y le provoco un gran cansancio. El cuerpo le pesaba y el corazon apenas le latia.
No le habia dicho a John que lo amaba.
Y el se habia ido a la tumba sin saber lo importante que habia llegado a ser para ella en tan breve tiempo. Y ella no habia querido decir adios, ahora que el era una parte indisoluble de su vida. De su alma.
Bobby le habia robado a John. Su futuro, por incierto que fuera, habia sido destrozado sin vacilar por aquella unica persona que sabia destruir sin piedad.
Tuvo que reprimir un sollozo repentino, y el dolor le hizo temblar y sintio el corazon que latia dolorosamente en su pecho. ?Para que vivir ahora? ?Para recordar a todos los que Bobby habia matado? ?A su madre? ?A sus hermanas? ?A Michael y Tess?
A John.
De su garganta escapo otro sollozo, que se convirtio en gemido. Tenia la mejilla apoyada en el duro suelo. Estuvo escuchando, esperando que Bobby viniera a matarla. Ya no le quedaba nada por que vivir. Pero lo unico que oia era el ruido apagado y monotono de las olas rompiendo en la playa, alla abajo.
Las olas. El mar. Aquel ritmo familiar la calmaba. Estaban en la costa. Respiro hondo, ignorando el dolor agudo en el pecho. La casa olia a humedad y a rancio. A cerrado. A aromas artificiales de desinfectante en una casa nunca usada.
A medida que el efecto del sedante fue menguando, los parpados le pesaron menos y consiguio abrir los ojos. Estaba completamente oscuro, y no veia nada. Pero tuvo la impresion de que se encontraba en una habitacion grande de techo alto. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, percibio ligeros cambios en los matices del negro. Unas cortinas que tapaban una ventana. Era la direccion del oceano.
Una casa nunca habitada. ?La casa de al lado? ?Era posible que Bobby hubiera ocupado todo ese tiempo la casa vacia del vecino? La inmobiliaria la ventilaba una vez a la semana pero, aparte de eso, nunca venia nadie.
Si hubiera estado en la casa contigua, se habria enterado de los cambios de turno de los agentes del FBI. Habria visto a Michael. A John. Habria reconocido a todos los que la visitaban. Sabria como llegar a Tess.
La habia estado vigilando.
Habia visto como le afectaba cada uno de sus golpes. Bobby se habia entretenido con su juego, usandola. Era lo que le gustaba. El control y el poder. ?Cuanto habia durado? ?Habria conocido su cabana de Colorado? ?La habria seguido hasta Malibu? ?Habria ido al estudio para ver como trabajaba?
?Habria entrado en su casa y revisado su ropa? ?Su ordenador? ?Sus papeles? ?Cuan cerca habia estado sin que ella lo supiera? Habia entrado en su casa para robar una edicion de prueba de su libro. ?Cuando? ?Mientras dormia? ?Mientras trabajaba? ?Mientras salia a correr por la playa?
El vacio de su alma se fue llenando lentamente de una ira negra que se derramaba, caliente, hasta que Rowan sintio que le devolvia el calor al cuerpo. Bobby habia tenido el control todo ese tiempo. Ella no habia sido mas que un peon, respondiendo a sus jugadas en el tablero de ajedrez que el habia creado. Bobby habia ganado en todas y cada una de sus jugadas, excepto con aquella valiente prostituta en Dallas. Ahora venia el ultimo giro de tuerca.
Ella lo detendria.
Tenia que encontrar una manera de llevarlo a su terreno. Bobby no la mataria enseguida. Si fuera esa su intencion, ya lo habria hecho. La habria matado de un disparo en la espalda en lugar de adormecerla. Gracias a eso, gracias a que Bobby tenia esa inclinacion a jugar con su mente, tenia una posibilidad.
Sobrevivir ya no significaba nada para ella. Pero su muerte tendria algun sentido si conseguia arrastrarlo consigo al infierno.
Oyo pasos en un suelo de madera. Escaleras. Era el que subia a verla.
El corazon le latia tan estruendosamente que ahogaba sus pensamientos. Empezo a sudar a pesar del aire acondicionado a todo meter.
Las luces se encendieron y ella cerro los ojos con fuerza, pero la subita luminosidad le provoco un dolor que le sacudio la cabeza por dentro.
– Hola, Lily, se que estas despierta.
Oyo a su hermano cruzar la habitacion hacia ella. Bobby la cogio del pelo y le dio un fuerte tiron. Ella intento abrir los ojos, pero la luz la cegaba.
El rio, y le solto la cabeza. La desato, tirando con fuerza de la cuerda mientras lo hacia, pero ella se nego a llorar. No le daria la satisfaccion de romperla. Cuando tuvo las extremidades libres, la sangre le fluyo a las manos y los pies con una rapidez dolorosa. Intento levantarse, pero no lo consiguio y se derrumbo sobre el suelo con la respiracion entrecortada.
– Ya te dejare reponerte, Lily. No seria tan divertido matarte ahora cuando ni siquiera tienes una oportunidad. -La voz le habia envejecido, pero conservaba ese tono provocador de su adolescencia.
– Yo… te… matare. -Con la respiracion entrecortada, Rowan mascullo una maldicion.
El volvio a reir.
– Esta bien que tengas una esperanza. Disfrutala mientras todavia te queda algo. Yo… tengo que preparar algunas cosas para ti ahi abajo. Asi que relajate mientras puedas.
Lo oyo cruzar la habitacion, cerrar la puerta y correr el cerrojo, Bobby dejo la luz encendida y ella abrio lentamente los ojos. Estaba en medio de una habitacion grande. Aunque todavia tenia la vision borrosa, distinguio los pies de una cama y un cubrecama de color celeste, a unos tres metros.
Poco a poco consiguio ponerse a cuatro patas, sin hacer caso del dolor en el pecho ni de las pulsaciones del hombro, ahi donde le habia dado el dardo, ni del cosquilleo doloroso de pies y manos. Conservo esa posicion bastante rato, hasta que pasaron las nauseas y consiguio sentarse.
La vision se le aclaro y tuvo la impresion de que habia alguien tendido en la cama. ?Quien seria? Los propietarios de la casa solo venian al final del verano y en otono. Se habrian dado cuenta si alguien de la inmobiliaria no hubiera vuelto.
Se incorporo, ignorando la sensacion de mareo, un efecto secundario del sedante.
– ?Hola? -pregunto, con un graznido de voz, y carraspeo.