– No te preocupes.

– Lo siento. ?Donde trabajas, Sam?

– En Homicidios.

Fallon lanzo una carcajada desdenosa de borracho.

– Vaya, un tipo importante; demasiado bueno para llevar uniforme.

Kovac exhalo un suspiro y se incorporo. Echo un vistazo a las fotografias que habia al otro lado de la habitacion. Fallon tenia dos hijos. El menor, Andy, era policia y habia trabajado en Atracos durante un tiempo. Las fotos vueltas del reves eran las suyas, segun descubrio Kovac al levantarlas.

Era un chaval apuesto, de constitucion atletica. En una de las fotos llevaba uniforme de beisbol. Tenia cuerpo de base de beisbol, compacto y felino. En otra foto lucia su uniforme de policia el dia en que se habia graduado en la academia. El orgullo de Mike Fallon, el hijo que continuaba la tradicion familiar.

– ?Como esta Andy?

– Esta muerto -replico Fallon.

– ?Que? -exclamo Kovac, volviendose hacia el con brusquedad.

Fallon aparto la mirada. A la luz de la lampara ofrecia un aspecto fragil, de piel palida y apergaminada.

– Para mi esta muerto -musito.

Acto seguido cerro los ojos y perdio el conocimiento.

La tristeza y fatalidad de las palabras de Mike Fallon atormentaron a Kovac durante todo el trayecto de vuelta a Patrick's, donde dejo a Liska para que disfrutara del final de la fiesta. La dejo delante del bar y condujo por calles laterales desiertas que empezaban a cubrirse de nieve, alejandose cada vez mas del centro para acercarse a su barrio de tintes vagamente cutres.

El paseo estaba flanqueado por arboles viejos cuyas raices abombaban las aceras como sucedia con las autopistas de Los Angeles despues de un terremoto. Las casas estaban construidas muy juntas, algunas grandes y divididas en pisos, otras mas pequenas. Un lado de la calle aparecia lleno de una variopinta seleccion de coches, mientras el otro permanecia despejado para las maquinas quitanieves.

La casa contigua a la de Kovac estaba tan sobrecargada de ornamentos navidenos que parecia a punto de ceder por el peso de las luces de colores. Sobre el tejado se posaban un Papa Noel y un reno de plastico. Otro Papa Noel bajaba por la chimenea, y un tercero estaba en el cesped, contemplando a los otros, mientras a menos de un metro los Reyes Magos se acercaban al pesebre para ver al Nino Jesus. La potente luz de vanos focos iluminaba el jardin entero.

Kovac se dirigio hacia su casa arrastrando los pies y entro sin molestarse en encender las luces, pues le sobraba con la iluminacion del vecino. Su casa no se diferenciaba mucho de la de Mike Fallon en el sentido de que contenia muy pocos muebles. Tras el ultimo divorcio se habia quedado tan solo con los muebles que su ex descarto, y nunca se habia preocupado de comprar mas o sustituirlos. Tambien el era un mueble descartado, de modo que la situacion se le antojaba muy apropiada. Su mayor derroche en los ultimos cinco anos habia consistido en comprar el acuario, un patetico intento de incorporar otros seres vivos a su hogar.

No habia fotografias de hijos ni otros familiares. Dos matrimonios fracasados no eran precisamente motivo de vanagloria. Tenia un monton de malos recuerdos y una hija a la que no veia desde que era un bebe. Suponia que, en cierto modo, estaba muerta para el, pero mas bien tenia la sensacion de que nunca habia existido. Tras el divorcio, la madre de su hija habia vuelto a casarse con vergonzante precipitacion, y la nueva familia se habia trasladado a Seattle. Kovac no habia visto crecer a su hija, no la habia visto practicar deportes o ingresar en el cuerpo de policia siguiendo la tradicion familiar. Con el tiempo habia aprendido a no pensar en las oportunidades perdidas… casi nunca.

Subio a su dormitorio, pero no tenia interes alguno por acostarse. La cabeza le dolia horrores. Se sento en el sillon situado junto a la ventana y contemplo los llamativos adornos navidenos del vecino.

«Para mi esta muerto», habia dicho Mike Fallon sobre su hijo.

?Que podia impulsar a un hombre a decir semejante cosa de un hijo que, a todas luces, habia sido el mayor orgullo de su vida? ?Por que cortar ese vinculo cuando tenia tan poco a que aferrarse?

Kovac saco los chicles de nicotina del bolsillo, arrojo el paquete a la papelera, abrio el cajon de la mesilla de noche, saco un paquete medio vacio de Salem y encendio uno.

?Quien se lo prohibia?

Capitulo 3

La fotografia posee una cualidad artificial. La mayoria de la gente habria echado un breve vistazo, experimentado un horror inmediato y concluido que debia de tratarse de una broma macabra.

Pero el fotografo no es la mayoria de la gente.

Al examinar el retrato, el artista siente un sobresalto momentaneo, seguido de una complicada mezcla de emociones. Horror, fascinacion, alivio, culpa… Y bajo esa primera capa, una dimension mas tenebrosa de agitacion, control… poder. Sentimientos aterradores, espeluznantes.

Quitar una vida confiere un enorme poder. Quitar una vida… una expresion que implica arrebatar la energia de otro ser vivo e incorporarla al propio ser. Se trata de una idea seductora en cierto sentido siniestro, una idea capaz de crear adiccion en cierta clase de personas, las personas que matan por placer.

Pero yo no soy asi. Nunca podria ser asi.

Pero al tiempo que piensa esa afirmacion, surca su mente el recuerdo de otra muerte. Violencia, movimiento, sangre, ruido blanco en los oidos, un ensordecedor grito interno que nadie puede oir. Luego el silencio, la quietud y la terrible comprension. Eso lo he hecho yo.

Y de nuevo la agitacion… el poder…

Los oscuros sentimientos reptan por el alma como serpientes sinuosas y relucientes, seguidas de un espasmo de conciencia. El miedo ruge como una inundacion.

El fotografo contempla la imagen de un cadaver oscilando al final de una soga, la imagen reflejada en el espejo sobre el que se ven dos palabras garabateadas: «Lo siento».

Lo siento tanto…

Capitulo 4

– Andy Fallon ha muerto.

Liska dio la noticia a Kovac junto a la entrada de las oficinas del Departamento de Investigacion Criminal.

Kovac se quedo sin aliento.

– ?Que?

– Andy Fallon ha muerto. Un amigo lo encontro esta manana. Parece un suicidio.

– Dios mio -mascullo Kovac, tan desorientado como aquella manana, al levantarse de la cama con rapidez excesiva para su cabeza dolorida.

Recordo a Mike Fallon, fragil y palido, recordo sus palabras. Para mi ha muerto.

– Dios mio -repitio.

Liska lo miraba con expresion expectante.

Kovac procuro recobrar la compostura.

– ?Quien lo lleva?

– Springer y Copeland -repuso su companera, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie la oia-. Bueno, lo llevaban, porque he creido que te interesaria y me he hecho con el asunto.

Вы читаете Sospecha
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату