su fortuna.
Molson Verger habia sido un pionero en varias areas del negocio de la carne, en especial en la economica. Sus primeros experimentos para abaratar la alimentacion de los animales eran comparables a los de Batterham cincuenta anos antes. Molson Verger adulteraba la comida de los cerdos con piensos fabricados a partir de las cerdas de los propios animales, plumas de pollo y estiercol en una medida insolita para aquella epoca. Muchos pensaron que era un sonador chiflado cuando en los anos cuarenta suprimio el agua fresca a sus cerdos y la sustituyo por «licor de cloaca», un liquido elaborado con residuos fermentados de los animales, para acelerar el engorde. Las risas se helaron al ver como se multiplicaban sus beneficios, y sus competidores se apresuraron a imitarlo.
El liderazgo de Molson Verger en la industria de la carne no se detuvo ahi. Combatio con arrojo y con sus propios fondos el Acta de Derechos de los Animales, ateniendose siempre al punto de vista estrictamente economico, y consiguio que el mareaje en la cara siguiera siendo legal, aunque le costo caro en cuanto a compensaciones legislativas. Con Mason a su lado, superviso experimentos a gran escala para resolver los problemas de estabulacion, y consiguio determinar cuanto tiempo se podia mantener a los animales sin agua ni comida antes de sacrificarlos sin perdidas de peso significativas.
Fueron investigaciones geneticas patrocinadas por los Verger las que consiguieron que las crias de cerdo belga nacieran con doble musculatura, salvando al mismo tiempo el inconveniente de la perdida de liquidos que habia hecho fracasar a los belgas. Molson Verger compraba sementales en todo el mundo, y patrocinaba varios programas de cria en el extranjero.
Pero los mataderos son basicamente un negocio humano, cosa que nadie comprendia mejor que Molson. Consiguio meter en cintura a los lideres de los sindicatos cuando pretendieron participar en los beneficios con reivindicaciones sobre aumentos de sueldo y mejoras en la seguridad. En este terreno, sus solidas relaciones con el crimen organizado le fueron muy utiles durante treinta anos.
En aquella epoca Mason era muy parecido a su padre. Las mismas cejas negras y brillantes sobre unos ojos azul palido de carnicero, y la misma linea baja en el nacimiento del cabello, ligeramente oblicua de derecha a izquierda. Molson Verger solia coger afectuosamente la cabeza de su hijo y sopesarla entre las manos, como si quisiera confirmar su paternidad a traves de los rasgos fisonomicos, del mismo modo que hubiera cogido la cabeza de un cerdo para averiguar, por la simple estructura de los huesos, su dotacion genetica.
Mason fue un alumno aventajado e, incluso despues de que sus lesiones lo redujeran a permanecer en la cama, era capaz de tomar atinadas decisiones empresariales que sus subordinados convertian en hechos. Fue idea de Mason hijo conseguir que el gobierno de Estados Unidos y las Naciones Unidas hicieran sacrificar todos los cerdos nativos de Haiti, alegando el peligro de que propagaran la peste porcina africana. A continuacion, vendio al gobierno haitiano magnificos cerdos blancos americanos para reemplazar a los autoctonos. Los enormes y delicados animales, enfrentados a las condiciones de vida de Haiti, murieron en un visto y no visto, y hubieron de ser reemplazados una y otra vez con ejemplares de las pocilgas de Mason, hasta que los haitianos optaron por importar los pequenos y resistentes chanchos de la Republica Dominicana.
Ahora, tras una vida de aprendizaje y experiencia, mientras ideaba los instrumentos de su venganza, Mason se sentia como debio de sentirse Stradivarius al acercarse a su mesa de trabajo.
?Que tesoros de informacion y recursos atesoraba Mason en aquella calavera sin rostro! Acostado en su cama, componiendo mentalmente como Beethoven, el sordo genial, recordaba sus visitas a las ferias porcinas acompanando a su padre para estudiar a la competencia. Se acordaba de la pequena navaja de plata de Molson Verger, siempre dispuesto a sacarla del chaleco y clavarla en el culo de un ejemplar para comprobar la profundidad de la grasa, tras lo cual se alejaba de los chillidos ultrajados del animal como si tal cosa, demasiado digno para que nadie se atreviera a echarselo en cara, con la navaja abierta en el bolsillo y el pulgar marcando la medida en la hoja.
Si hubiera tenido labios, Mason habria sonreido al recordar a su padre apunalando a un cerdo de concurso que creia que todo el mundo era amigo, y haciendo llorar al hijo de su dueno. El padre habia aparecido hecho una furia, y los matones de Molson se lo habian llevado fuera de la carpa. Si, aquellos habian sido buenos tiempos, llenos de diversion.
En las ferias, Mason habia visto cerdos de lo mas exotico, procedentes de todos los rincones del mundo. Para su proposito actual, habia hecho una seleccion de lo mejor que conocia.
Mason inicio su programa de cria inmediatamente despues de su iluminacion navidena, y eligio para llevarlo a cabo una pequena granja de cria que los Verger poseian en Cerdena. Habia elegido aquel lugar por su lejania y porque se encontraba en Europa.
Mason creia, y no se equivocaba, que la primera escala del doctor Lecter tras su huida de Estados Unidos habia sido Sudamerica. Sin embargo, estaba convencido de que un hombre con los gustos de Lecter acabaria por asentarse en Europa; por ese motivo, ningun ano dejaba de mandar investigadores al Festival de Salzburgo y a otros acontecimientos culturales.
Esto es lo que Mason envio a sus empleados de Cerdena para que pusieran a punto el escenario de la muerte del doctor Lecter:
El cerdo gigante de los bosques,
El clasico jabali europeo,
Habia adquirido el cerdo de la isla de Ossabaw por su agresividad, y el Jiaxing negro por sus altos niveles de estradiol.
Incurrio en una nota falsa al incluir al babirusa,
En cuanto a la denticion, Mason no tenia mucho donde elegir. Casi todas las clases tenian dientes adecuados para el cometido que deberian cumplir: tres pares de afilados incisivos, un par de bien desarrollados caninos, cuatro pares de premolares y tres pares de trituradores molares, tanto arriba como abajo, lo que hacia un total de cuarenta y cuatro piezas dentales.
Cualquier cerdo es capaz de devorar el cadaver de un hombre, pero para conseguir que se lo coma vivo es necesario cierto adiestramiento. Los sardos de Mason estaban a la altura de la tarea.
Al cabo de siete anos de esfuerzos y un sinnumero de ventregadas, los resultados eran… notables.
CAPITULO 16
Con todos los actores excepto el doctor Lecter presentes en las montanas sardas de Gennargentu, Mason se ocupo a continuacion de aprestar los medios que le permitirian dejar constancia de la muerte del doctor para la posteridad y para su propio placer visual. Habia tomado las disposiciones fundamentales hacia tiempo; ahora bastaba con dar la voz de alerta.
Llevo a cabo tan delicadas gestiones por telefono, a traves de la centralita de la agencia legal de apuestas cercana al Castaways de Las Vegas. Sus llamadas eran diminutos hilos imperceptibles en el entramado de febril actividad que se apoderaba de aquel sitio durante los fines de semana.
La profunda voz de Mason, despojada de oclusivas y fricativas, viajo desde la reserva forestal proxima a la