y que no podria venir. Se pregunto si Luo lo habria hecho expresamente para dejarlos solos. Entraron en la sala. En la oscuridad tomo la mano de Wuzi y se sentaron en dos asientos aislados. El no presto la menor atencion a la pelicula durante toda la sesion. No paraba de pensar en la dulce mano de la chica. Sentia como le corria el sudor. Pensaba que, ya que todos los chicos le habian metido mano, ?por que el no podia hacer lo mismo? Nunca habia tocado a ninguna chica antes; aunque, por supuesto, el amor al que aspiraba era diferente.

Cuando estaba estudiando en segundo ciclo de secundaria, se enamoro de una chica mas joven que el, con la que solo hablo durante un baile en la fiesta de fin de ano. Durante toda la noche, no paro de seguir a la chica, que llevaba una blusa de flores azules sobre fondo rojo. Dondequiera que ella fuera, alli iba el. Despues de la fiesta ya amanecia, o quiza fuera el reflejo de la nieve bajo las farolas, siguio a la muchacha durante todo el camino de regreso. Ella caminaba delante riendose con sus companeras y a veces se volvia. El sabia que hablaban de el.

No creia que se pudiera tocar a una chica asi. Cuando salio del cine con Wuzi, evito la avenida y se metio por una callejuela, de la mano de la muchacha. Ella era muy docil. Caminaba con la cabeza gacha mirandose los zapatos y a veces chutaba algun pedrusco. Cuando llegaron a un rincon al que no daba la luz de las farolas, tomo el brazo de Wuzi para atraerla hacia el. Ella nego con la cabeza y lo miro con los ojos bien abiertos, luego dijo:

– Los chicos sois muy malos.

El dijo que el no era asi, solo queria besarla.

– ?Por que? -pregunto alzando los ojos y dejandolos bien abiertos.

La solto y le dijo que todavia no habia besado a ninguna chica. Wuzi le dijo que dejara que se lo pensara. El bajo la cabeza y no esperaba que ella le dijera:

– Bueno, pero solo una vez.

Apoyo su boca contra los labios apretados de la chica y se separo de inmediato. Wuzi tenia los ojos cerrados, abrio la boca levemente, entonces el la beso de nuevo, saboreando esta vez los labios suaves y carnosos. Dirigio la mano hacia un seno de la muchacha por debajo de la ropa, la joven murmuro:

– No me hagas dano…

Deslizo la mano bajo la ropa y la desplazo sobre los senos en punta, pero no quiso, y ni siquiera se le paso por la cabeza, plantear hacer el amor a una chica que realmente no amara. Era imposible que lo pensara en aquel momento, esa chica solo le parecia generosa.

Unos dias despues, recibio una carta de Wuzi en la universidad. Con un estilo muy sencillo, le preguntaba si volveria a pasar alli las vacaciones del proximo verano.

Aquel verano no pudo volver a su casa, era la epoca de la gran escasez que siguio al «Gran salto adelante». Durante las vacaciones, los estudiantes tenian la obligacion de prestar un servicio voluntario, que consistia en ir a las colinas del oeste a hacer agujeros para plantar arboles. Todos padecian hidropesia y desnutricion, pero tenian que comportarse como «buenos hombres» y «hacer buenas obras», aunque fueran cosas estupidas. Y asi dono sus dias libres. Durante aquellas vacaciones de verano, se arrepintio de no haber llegado mas lejos cuando estuvo con Wuzi.

16

En el taxi, camino al aeropuerto, no habeis hablado casi nada. Os habeis dicho todo lo que teniais que deciros, y ademas tampoco es el mejor lugar.

En el momento de pasar la aduana, ella te estrecha en sus brazos con dulzura, como una amiga, como ya te ha dicho. Te da un beso breve y se va, sin volverse.

Te has fijado que tiene unas ojeras muy pronunciadas, aunque este maquillada. Seguramente tu tampoco debes de tener muy buena cara. Habeis pasado varios dias seguidos sin dormir, tres noches en blanco, desde que os visteis en el teatro. Durante esos dias y esas noches no habeis parado de hacer el amor, hasta la extenuacion, hasta caer rendidos el uno sobre el otro. Tu tambien estas agotado. Despues de este frenesi repentino y esta separacion tan sencilla, como si fuerais dos simples amigos, no sabeis si alguna vez os volvereis a ver.

Al salir del aeropuerto el sol te molesta a los ojos, un vapor caliente sube del suelo, las personas que esperan un taxi forman una larga cola, y tu estas hecho polvo. Una vez dentro del vehiculo, el conductor te pregunta adonde quieres ir. Durante un momento dudas; luego, sin pensartelo demasiado, dices «A Zungwan», el barrio mas animado de la ciudad. No tienes ganas de quedarte en el hotel, de volver a encontrar una cama vacia. La imagen de su cuerpo desnudo esta demasiado ligada a esa habitacion, a esa cama, a tus sentimientos; ya te habias acostumbrado a hablarle, a decirle lo que sentias. En realidad era lo mismo que te decias para tus adentros, pero, al estar alli, se habia convertido en tu companera, y acababas hablando para ella. Consiguio entrar en lo mas profundo de tu ser. Tu poseiste su cuerpo, pero ella poseyo tu corazon.

– ?A que lugar quiere ir de Zungwan?

El conductor se ha dado cuenta de que vienes del continente y te hace la pregunta en chino mandarin, aunque con bastante dificultad.

Estabas con los ojos cerrados, medio dormido; miras a tu alrededor y preguntas:

– ?Ya hemos llegado?

– Si, ?a que calle le llevo?

El taxista ha parado el coche y, a traves del retrovisor, ves su cara de fastidio, porque no tiene ganas de dar vueltas para llevarte a un destino que ni siquiera tu pareces tener claro. Pagas y te bajas. La calle esta cercada de grandes edificios y en ese momento no sabes donde estas. Empiezas a caminar hacia ningun lugar en concreto. Curiosamente, hay poca gente en la calle. Es raro, porque este barrio suele ser uno de los mas movidos de la ciudad. Hoy hay pocos coches y pasan a toda velocidad, sin formar los habituales atascos. Te das cuenta de que las tiendas estan cerradas; solo los escaparates siguen igual. Los altos edificios tapan buena parte del sol, que tan solo ilumina la mitad de la calzada. Te sientes como un sonambulo en pleno dia.

Recuerdas que ella dijo que tenia que volver a Francfort el lunes. Su empresa tenia una reunion de negocios con los socios chinos. En ese momento te das cuenta de que es domingo. Durante la manana de ese dia de descanso, las familias o los amigos quedan para comer en todo tipo de restaurantes, es un placer para los habitantes de Hong Kong, siempre tan ocupados.

Con los ensayos, las representaciones, las comidas, las cenas, las citas y las entrevistas, desde hace un mes, todavia no has tenido la ocasion de estar solo, sin nada que hacer, deambulando por las calles del centro. Estas empezando a familiarizarte con la ciudad, pero crees que es posible que no puedas volver, como tambien es posible que no vuelvas a ver nunca mas a Margarita. Te gustaria poder tenerla mas cerca, mostrarle sin tapujos tus sufrimientos, entregarte, de ese modo, al placer.

Esa ultima noche ella te pidio que la violaras; no era un juego sexual, quiso que la ataras de verdad, que le ataras las manos, que la golpearas con el cinturon, que golpearas ese cuerpo que detesta, esa carne violada, vendida, que ya no le pertenecia; queria transmitirte esa sensacion.

Le ataste las munecas con sus medias, tomaste el cinturon por la hebilla metalica y la golpeaste muy flojo dos veces. En la oscuridad te echaste a reir; debias hacerle entender que se trataba de un juego. Ella deseaba que la humillaran sexualmente, tambien se rio.

Pero no era lo que ella queria, queria que la golpearas de verdad. Empezaste a darle golpes cada vez con mas fuerza. Oias los azotes del cinturon sobre su carne, esa carne que se encogia, pero no te decia que pararas. No sabias hasta donde aguantaria. De pronto, lanzo un grito de miedo, e inmediatamente tiraste el cinturon al suelo y empezaste a acariciarla. Te llamo cerdo, se solto una mano y se sento. Le pediste perdon, se tumbo en la cama, tu te tumbaste sobre ella, notaste en tu rostro las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas, y tus lagrimas se juntaron con las de ella. Le dijiste que no podias violarla, que ya no estabas excitado.

Ella dijo que no podias comprender su sufrimiento, el sufrimiento por haberse hecho mujer demasiado pronto, despues de la violacion, y que lo unico que querias de ella era la satisfaccion sexual.

Tu le dijiste que la amabas, que justamente por eso no podias violarla, detestabas la violencia.

Ella dijo que tus lagrimas se lo demostraban, que, al llorar, eras mas sincero, y se mostro dulce y calida. Estuvo acariciando tu cuerpo desnudo durante un buen rato.

Eres toda una mujer, le dijiste. No, una mujer desvergonzada, dijo ella. Tu le dices que no, que es una buena

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