todavia derecho a vivir? ?Y como escapar de las garras de aquella revolucion?

Amen. Desde tu nacimiento fuiste alcanzado por el pecado original, no podias ser juez, te protegias tomandolo todo a la ligera, mezclandote con aquel grupo de rebeldes. Entonces tuviste cada vez mas claro que debias encontrar un lugar donde refugiarte. So pretexto de hacer investigaciones sobre los dirigentes del Partido, escribias tu mismo un monton de cartas de recomendacion en las que colocabas un sello oficial. Tambien pudiste conseguir una buena suma de dinero para salir en mision y viajar por muchos lugares. Entonces ?por que no intentar descubrir si en este mundo extrano podia existir todavia algun lugar donde pudieras escapar de esta omnipresente revolucion?

En la ciudad de Jinan, situada en la ribera sur del rio Amarillo, llego a un pequeno taller de una callejuela. El objeto de su investigacion era un criminal que habian soltado de un campo de reeducacion por el trabajo. La mujer encargada del taller, de mediana edad, que usaba manguitos en ambos brazos, estaba pegando cajas de carton. Ella le dijo:

– Ese hombre ya no esta en este mundo desde hace tiempo.

– ?Ha muerto? -pregunto el.

– Si no esta en este mundo es que ha muerto.

– ?Como ha muerto?

– ?Vaya a preguntarle a su familial

– ?Su familia todavia vive? ?Quien queda?

– ?A quien esta investigando, a el o a su familia? -objeto la mujer.

El no podia explicarle que el muerto era companero de colegio del dirigente al que estaba investigando, que participaron juntos en un movimiento estudiantil que organizo el Partido en la clandestinidad y luego estuvieron en la carcel bajo el Guomindang. Tampoco podia hablarle de las consecuencias de la logica implacable de la revolucion, no tenia por que gastar saliva, pero aun asi debia encontrar pruebas de la muerte de aquel hombre para que le pagaran los gastos de la mision.

– ?Puede usted poner un sello en mis documentos? -pregunto el.

– ?Que sello?

– Para certificar la muerte de ese hombre.

– Para eso debe ir al comisario de policia, nosotros no damos certificados de fallecimiento.

– De acuerdo. ?Como puedo llegar al rio Amarillo? -pregunto imitando el acento de la mujer, el acento de Shandong.

– ?Que rio Amarillo? -pregunto ella.

– El rio Amarillo, solo hay un rio Amarillo en China. Su ciudad, Jinan, ?no esta al borde del rio?

– ?De que esta hablando? Mi ciudad esta lejos del rio. Nunca he ido. No hay nada interesante alli.

La mujer continuo pegando cajas y no le presto mas atencion.

El proverbio dice «Uno no puede morir sin haber visto el rio Amarillo», y de repente tenia ganas de verlo. Habia pasado a menudo cerca de ese rio tan loado desde tiempos remotos, pero siempre lo habia hecho en tren y, a traves de la sucesion de las monturas de acero del puente, nunca consiguio juzgar su grandeza. Un hombre le dijo que el rio Amarillo todavia estaba lejos de alli, que debia tomar un autobus hasta el pueblo de Luokou y luego caminar un poco antes de llegar a un dique.

Cuando escalo el alto dique de loees [21] totalmente ralo, sin la menor hierba, percibio que la orilla opuesta, tambien de loees, era una zona que se inundaba y no tenia ninguna construccion, ni arbol, solo habia pendientes cenagosas formadas por las crecidas y decrecidas, y, bajo las pendientes, aguas fangosas turbulentas, el lecho del rio que se encontraba por encima de la ciudad. ?El rio fangoso que corria con tanta impetuosidad, de color casi marron, era realmente el famoso rio Amarillo? ?Ahi fue donde nacio la antigua civilizacion china?

En el horizonte, el rio enlodado corria hacia el infinito bajo la luz cegadora del sol. Salvo la sombra negra de un barco de vela que flotaba a lo lejos, no habia el menor rastro de vida. Los que habian compuesto aquellas canciones sobre el rio Amarillo ?lo habrian visto realmente, o las escribieron sin verlo?

A lo lejos, el barco de velas grises remendadas llegaba cabeceando. Un hombre con el torso desnudo lo pilotaba y una mujer que llevaba una chaqueta gris trabajaba en el puente. Estaba lleno de piedras, probablemente para tapar alguna brecha en el dique en caso de inundacion.

Bajo a la orilla, que estaba cada vez mas turbia. Luego se quito los calcetines y los zapatos, se los quedo en la mano y entro en el agua descalzo, hundiendose en el lodo viscoso. Se inclino para meter el brazo dentro del agua y lo saco cubierto de barro, que cuajo con el sol como si fuera una costra. «Bebe un trago de agua del rio Amarillo», escribio un poeta revolucionario. Jamas un ser humano podria beber aquella sopa amarilla y hasta a los peces les debia de costar vivir ahi. Era evidente que incluso las miserias y calamidades eran dignas de ser cantadas. Aquella inmensa corriente de fango casi muerto lo dejo estupefacto, sintio un gran vacio. Varios anos mas tarde, un alto funcionario del Estado declaro que habria que poner una estatua monumental en el curso superior del rio Amarillo dedicada al alma de la nacion. Probablemente aquel proyecto ya lo hayan realizado.

En una pequena estacion de la orilla norte del Yangzi, el tren paro accidentalmente pasada la medianoche. Las personas estaban encerradas en los vagones asfixiantes, en los que los ventiladores zumbaban sin parar. El olor agrio de la transpiracion hacia que el ambiente fuera todavia mas irrespirable y denso. Al cabo de unas horas, anunciaron por el altavoz que en la siguiente estacion estaban teniendo lugar enfrentamientos armados y que la via estaba llena de rocas; no sabian cuando se reanudaria el servicio. Los pasajeros rodearon a los empleados del tren para protestar. Las puertas se abrieron y todo el mundo pudo bajar. El fue a lavarse al borde de un arrozal; luego se tumbo sobre la hierba y se quedo contemplando el cielo estrellado. Las protestas de los pasajeros disminuyeron, solo oia el croar de las ranas y se quedo dormido. Su ninez le vino a la memoria, penso en cuando se quedaba contemplando la noche, tomando el fresco sobre una tumbona de bambu. Aquellos recuerdos de infancia eran todavia mas lejanos que las estrellas que cintilaban en el cielo.

30

Una hilera de sacos de cemento apilados a la altura de un hombre atravesaba la calle, con saeteras para disparar con escopeta. Delante de la barricada habia un batiburrillo de barreras, hormigoneras, grandes marmitas para calentar el alquitran, rollos de alambre de espino. En medio de la calzada, una abertura permitia el paso de las personas, de una en una. Cortaron la circulacion, los trolebuses desengancharon sus troles, y una fila de siete u ocho, vacios, aparcaban al lado de la encrucijada. Sin embargo, las aceras estaban llenas de peatones y habitantes de los alrededores; los ninos intentaban ver por encima de las personas agrupadas. Sobre las aceras protegidas por barreras metalicas, habia mujeres con sus hijos en brazos, ancianos en camiseta y pantuflas que se abanicaban con calanas de juncos, para ver que ocurria. ?Estaban esperando el inicio de los combates? Prorrumpian suposiciones de todos los lados, se hablaba del Hongzongsi, o del Gezong. [22] Lo que estaba claro era que alli se enfrentarian a muerte las dos facciones. Ignoraba que faccion controlaba las calles de la plaza de la estacion y se separo decididamente de la gente para dirigirse hacia la barricada.

Detras de la abertura que habia en los alambres de espino, unos trabajadores con un brazalete, un casco de seguridad de mimbre y una barrena en la mano cortaban el paso. Mostro su carne de trabajo, el guardia echo un vistazo y le indico que entrara. De todos modos, no era del lugar, era ajeno a aquella lucha entre las dos facciones. Avanzo por el medio de la avenida desierta, bajo el sol cegador que hacia que se fundiera el asfalto. «Es poco probable que pierdan la cabeza en pleno dia», se dijo a si mismo.

«?Bang!» Un estallido seco corto la calma asfixiante que entorpecia a las personas. Tardo un poco en comprender que se trataba de un disparo y examino cada lado de la calle. Habia un eslogan escrito con gruesos caracteres en el muro de la fabrica: «Luchemos hasta la ultima gota de sangre para proteger la linea proletaria revolucionaria del Presidente Mao». Entonces lo relaciono con el estallido y echo a correr, pero se paro de inmediato para que no diera la sensacion de que tenia especiales motivos para huir y se convirtiera en el blanco de algun fusil. Se subio a la acera con paso decidido y camino siguiendo el muro.

Le era imposible saber de donde venia el disparo. ?Era para prevenir a los peatones o habian disparado

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