Sokolovsky.

Agite el brazo saludando al geologo y de pronto vi a Tiurin. Caminaba con cuidado por el suelo al lado del director Parjomenko y hablaba sobre el movimiento. ?No sera que piensa hacer un discurso sobre su filosofia del movimiento…?

Parjomenko se va hacia Zorina. No es la primera vez que veo a esta joven junto a Parjomenko. Menos mal que Kramer no lo ve. El pobre esta aun aislado. Tiurin, con la clasica distraccion de los cientificos, no se dio cuenta que habia perdido a su acompanante y seguia despacio adelante divagando:

— El movimiento es un bien, la inmovilidad, un mal. El movimiento es bueno, la inmovilidad…

El sonido de la orquesta ahogo el discurso del predicador de la nueva filosofia.

Recorri todo el corredor principal, mire en la gran sala, en el comedor, en el estadio, la piscina. Por doquier gente revoloteando, saltando. Por doquier voces sonoras y risas. Pero entre ellos no estaba Tonia… Llegue a ponerme triste y me dirigi al zoolaboratorio a charlar con mi amigo cuadrupedo…

Por fin llego el dia de la fiesta. Para que los innumerables colonos pudieran acomodarse, la fuerza de gravedad en la Estrella se habia anulado casi por completo. Y los reunidos se alojaron regularmente por todo el espacio. Cubrieron las paredes, llenaron las salas al igual que las moscas drosofilas la vitrina de vidrio.

Al final del corredor fue erigida una «estrada». Detras se situo un telon transparente, donde se habia pintado nuestra Tierra, la Estrella Ketz encima y mas arriba, la Luna. En un gran ovalado del transparente se veia la estatua en platino de Konstantin Eduardovich Tziolkovsky. Estaba representado en pose de trabajo: con una tabla de madera y el papel encima de las rodillas. En su mano derecha habia un lapiz. El gran inventor, que habia mostrado al hombre el camino hacia las estrellas, parecia que habia hecho una pausa en su trabajo poniendo atencion en lo que decian los oradores. El artista escultor habia transmitido con extraordinaria fuerza la expresion intensa del rostro del algo sordo viejo y la alegre sonrisa del hombre «que no ha vivido en vano» su larga vida. Esta estatua plata-mate iluminada con efecto, dejaba una impresion imperecedera.

La mesa de la presidencia era sustituida por un aro de oro flotando en el aire. Alrededor de este aro, sujetos a el con las manos, estaban situados los miembros de la presidencia. En el centro, el director Parjomenko. La sala le saludo con exclamaciones y aplausos.

Senti que alguien me tocaba del brazo. Me volvi… ?Tonia!

— ?Tu! — solo pude exclamar yo. Asi, inesperadamente, llame por primera vez de «tu» a Tonia.

Contrariamente a las reglas de Ketz, nos estrechamos las manos.

— ?El trabajo me ha retenido! — dijo Tonia—. He hecho otro descubrimiento. Muy util aqui pero, desgraciadamente, de muy poca utilidad en la Tierra… ?Recuerdas aquella ocasion en que un pequeno asteroide por poco no provoco una catastrofe al traspasar nuestra base? Esto me convencio del hecho que pese a no ser muy probables estos casos, tienen lugar algunas veces. Y yo he inventado…

— ?Entonces, no es un descubrimiento, sino un invento?

— Si, un invento. Invente un aparato que reacciona a la aproximacion del mas pequeno asteroide y automaticamente aparta la Estrella de su camino.

— ?Algo asi como los aparatos que avisan a los barcos de la aparicion en su ruta de los icebergs?

— Si, con la sola diferencia que mi aparato no solo avisa, sino que aparta nuestro «barco» hacia un lado. Luego te lo contare detalladamente… Parjomenko ya empieza su informe.

Se hizo el silencio.

El director felicito a todos con «la terminacion con exitos del ano estelar». Una lluvia de aplausos, y de nuevo silencio.

Luego, haciendo el balance, dijo que la Estrella Ketz, obra de la Tierra, «empieza ya a devolver su deuda a su madre». Dijo que tenia en su haber enormes progresos, que en sus trabajos en los dominios de la astronomia, aerologia, geologia, fisica y biologia, enriquecieron a toda la Humanidad. ?Cuantos descubrimientos cientificos y problemas solucionados! Problemas irresolubles en la Tierra. De inmenso valor son los descubrimientos hechos por Tiurin. Su «Estructura del Cosmos» pasara a la historia de la ciencia como una obra clasica que hara epoca. Su nombre se pondra en la fila de nombres de titanes de la ciencia tales como Newton y Galileo.

Un alto valor recibieron los trabajos del aerologo Kistenko, del geologo Sokolovsky, de la «eminente inventora y experimentadora, camarada Gerasimova», fueron recordados mis modestos trabajos, a mi parecer sobrevalorados.

— Como verdadero heroe conquistador de los espacios siderales, se ha revelado el camarada Evgenev — dijo Parjomenko y empezo a aplaudir a alguien detras de el.

?Evgenev! ?El barba negra! Yo estiro mi cuello para verlo, pero el heroe se esconde. No salio ni por los aplausos.

— Camaradas, el se hace el modesto — dice Parjomenko—. Pero le obligaremos a informar sobre sus extraordinarias aventuras en la zona de asteroides. El jefe de la expedicion debe rendir cuentas ante nosotros.

Evgenev aparecio. Yo en seguida lo reconoci.

— ?Y tu lo hubieras reconocido? — pregunte a Tonia.

Ella sonrio.

— Entre otros sin barba si, pero entre todos estos barbudos, es poco probable, ya que solo lo vi una vez, en forma fugaz, cuando iba hacia el aerodromo.

Evgenev empezo a hablar. Al oir sus primeras palabras, Tonia de pronto se puso palida.

— ?Que te pasa? — exclame yo asustado.

— ?Pero si es Paley! Su voz… ?Pero como ha cambiado! Paley-Evgenev… ?No comprendo nada!

Yo, seguramente palideci no menos que Tonia: tanto me altero esta novedad.

— ?En cuanto termine iremos a verle! — exclamo Tonia en tono decidido.

— Pero… ?No seria mejor que fueras tu sola? Tienen mucho que hablar.

— No tenemos secretos — respondio Tonia—. Asi sera mejor. ?Vamos!

Y en cuanto se apago la ovacion y el barba negra se separo de la «mesa», Tonia y yo nos dirigimos hacia el.

La parte solemne de la reunion terminaba. El «enjambre de moscas» se puso en movimiento. Tocaba la orquesta. Todos cantaban a coro el «Himno de la Estrella». Empezaba el carnaval de flores.

Penetrando con dificultad entre la muchedumbre, pudimos al fin llegar cerca de Paley. Al ver a Tonia, sonrio y exclamo:

— ?Nina! ?Camarada Artiomov! ?Buenos dias!

— Vamos a algun lugar silencioso. Tengo que hablar contigo — dijo Tonia a Paley y tomo un ramo de violetas que flotaban en el aire.

— Y yo tambien — respondio Paley.

Nos dirigimos a un angulo alejado de la sala, pero aun alli habia mucho ruido. Tonia propuso pasar a la biblioteca.

Paley-Evgenev estaba de buen humor. El propuso que nos «sentaramos» en las sillas, a pesar que ellas no nos sostenian en nada. El mismo, con velocidad vertiginosa y destreza singular, tomo una silla que flotaba en el aire y se la puso debajo sujetandola con las piernas, «sentandose». Nosotros seguimos su ejemplo, aunque no con tanta facilidad. Tonia resulto «sentada» un poco de lado, Paley tomo su silla y la puso a su lado. Yo flotaba cabeza abajo en relacion a ellos, pero no queria cambiar mi posicion para no provocar la risa de ellos con mis movimientos desmanados.

— Asi es mas original — dije yo.

Pasaron algunos momentos de silencio. A pesar de su alegria exterior Paley estaba emocionado. Tonia tampoco ocultaba su nerviosismo. En cuanto a mi, mi situacion era completamente embarazosa, violenta. En verdad, yo gustosamente me hubiera marchado, a pesar del interes que tenia para escuchar lo que iban a decirse. Me senti aun mas violento cuando Paley, haciendo un movimiento de cabeza hacia mi, pregunto a Tonia:

— ?El camarada Artiomov es tu prometido?

Crei que me caia. Pero por suerte, aqui no se cae nadie, aunque se desvanezca. ?Que va a responder Tonia? Yo me quede mirandola fijamente.

— Si — respondio ella sin vacilar.

Yo respire mas libremente y me senti mas firme en mi silla «aerea».

— Asi que no me he equivocado — dijo en voz baja Paley y en su voz yo crei sentir tristeza.

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