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Las copas de champan tintineaban en armonia con la sonata de Mozart. Un arpa subrayaba el tono discreto de los comentarios de los invitados. Griffin Scope se movia, serpenteante, entre los negros esmoquines y los deslumbrantes trajes de noche. La gente empleaba siempre la misma palabra para calificar a Griffin Scope: multimillonario. A continuacion podian anadir que era un empresario o un pez gordo o comentar de paso que era alto, que estaba casado, que era abuelo o que tenia setenta anos. Podian tambien anadir algunos datos sobre su personalidad o su arbol genealogico o sobre la etica de sus actividades. Pero la primera palabra -en los periodicos, en la television, en los cotilleos- era siempre aquella que empezaba por la letra «eme»: multimillonario. El multimillonario Griffin Scope.

Griffin habia nacido rico. Su abuelo habia sido industrial desde los primeros tiempos, su padre habia acrecentado la fortuna familiar, Griffin la habia multiplicado por varias cifras. La mayoria de imperios economicos familiares se derrumban antes de la tercera generacion. No asi el imperio Scope. La razon, en gran parte, tenia relacion con la educacion que habia recibido Griffin. Este, por ejemplo, no habia frecuentado instituciones educativas prestigiosas como Exeter o Lawrenceville como muchos de sus iguales. Su padre habia insistido no solo en que Griffin fuera a una escuela publica sino, ademas, en que lo hiciera en la ciudad grande mas proxima, Newark. Su padre tenia oficinas alli, por lo que dar una residencia falsa no supuso ningun problema.

La zona este de Newark no era en aquellos tiempos un mal barrio, hoy sin embargo nadie en sus cabales se atreveria a cruzarla ni siquiera en coche. Entonces habia sido una zona de clase trabajadora, de gente obrera, es decir, mas dura que peligrosa.

A Griffin le encanto el barrio.

Sus mejores amigos de los tiempos del instituto seguian siendolo despues de cincuenta anos. La fidelidad es una virtud que no abunda por lo que, cuando Griffin se tropezaba con ella, se aseguraba de recompensarla debidamente. Muchos de los invitados de esta noche eran amistades de los tiempos de Newark. Entre ellos habia algunas personas que trabajaban para el, si bien tenia el prurito de no actuar con ellos como un jefe convencional.

La gala de esa noche conmemoraba la causa que Griffin Scope distinguia en lo mas profundo de su corazon: la obra benefica en memoria de Brandon Scope, que llevaba el nombre del hijo de Griffin, el que habia muerto asesinado. Griffin habia iniciado el fondo con una contribucion de cien millones de dolares. Sus amigos se apresuraron a aumentar aquel fondo. Griffin no tenia un pelo de tonto. De sobra sabia que la contribucion de muchos pretendia ganarse sus favores. Pero habia algo mas. Durante su corta vida, Brandon Scope habia sabido llegar al corazon de la gente. Habia disfrutado de una suerte y un talento que parecian innatos, poseia un carisma casi sobrenatural. La gente se sentia atraida hacia el.

Su otro hijo, Randall, no era mas que un buen chico camino de convertirse en un buen hombre. Pero Brandon… Brandon tenia magia.

El dolor surgio de nuevo. Ni que decir tiene que estaba presente siempre a traves de los apretones de manos y las palmadas en el hombro; aquella profunda pena permanecia junto a el, tan pronto en la mano posada en la espalda como en las palabras murmuradas al oido recordandole que la amistad era de por vida.

– ?Magnifica fiesta, Griff!

Griffin daba las gracias y continuaba saludando a la gente. Las mujeres, maravillosamente peinadas y con vestidos de noche que hacian resaltar sus bellos hombros desnudos, armonizaban con las esculturas de hielo -la aficion favorita de la esposa de Griffin, Allison- y que iban derritiendose lentamente sobre los manteles de lino importados. La sonata de Mozart se troco por una de Chopin. Camareros con guantes blancos hacian la ronda con bandejas de plata cargadas de gambas de Malasia, solomillo de Omaha y un popurri de entremeses rellenos indefectiblemente de tomates secos.

Se acerco a Linda Beck, la muchacha que estaba al frente de la obra benefica de Brandon. El padre de Linda era uno de sus antiguos companeros de Newark y ella, como tantas otras personas amigas, se habia incorporado a las poderosas empresas de los Scope. Habia empezado a trabajar para varias empresas Scope cuando todavia iba al instituto y tanto ella como su hermano se habian costeado su educacion gracias a becas Scope.

– Estas deslumbrante -le dijo Scope, pese a que le noto aspecto de cansancio.

Linda Beck le sonrio.

– Gracias, senor Scope.

– ?Cuantas veces te he dicho que me llames Griff?

– Centenares -dijo ella.

– ?Como esta Shauna?

– Un poco pachucha.

– Dale recuerdos.

– Lo hare, gracias.

– Tendriamos que vernos la semana que viene.

– Llamare a su secretaria.

– De acuerdo.

Griffin le pellizco la mejilla y en aquel mismisimo momento descubrio en el vestibulo a Larry Gandle. Larry iba despeinado y tenia cara de sueno, aunque a decir verdad era su aspecto de siempre. Aunque se hubiera puesto un traje cortado por Joseph Abboud, una hora despues habria tenido la pinta de haberse peleado con alguien.

A Larry Gandle no se le esperaba en la fiesta.

Los ojos de los dos hombres se encontraron. Larry hizo un gesto de asentimiento y se alejo. Griffin aguardo un momento y siguio despues a su joven amigo por el pasillo.

Tambien el padre de Larry, Edward, habia sido un viejo companero de Griffin en los tiempos de Newark. Hacia doce anos que Edward Gandle habia muerto a consecuencia de un repentino ataque cardiaco. ?Lastima! Edward era un tipo excelente. Desde entonces su hijo ocupaba su puesto como asesor de maxima confianza de los Scope.

Los dos hombres entraron en la biblioteca de Griffin. La biblioteca habia sido en otro tiempo una estancia maravillosa con muebles de roble y caoba y con las paredes cubiertas de estanterias y globos terraqueos antiguos desde el suelo hasta el techo. Hacia un par de anos que Allison, cediendo a un antojo posmoderno, habia decidido que la sala precisaba una radical remodelacion. Asi pues, se habian retirado de ella las estanterias de madera y la habitacion era ahora blanca, elegante y funcional, aunque sin perder el calor propio de un cubiculo de trabajo. Allison se sentia tan orgullosa de su obra que Griffin no habia tenido valor para confesarle lo mucho que aquella habitacion le desagradaba.

– ?Ha habido algun problema esta noche? -pregunto Griffin.

– No -respondio Larry.

Griffin indico a Larry que se sentara, pero Larry no le obedecio y comenzo a pasearse de un lado a otro.

– ?No ha ido bien? -pregunto Griffin.

– Teniamos que asegurarnos de que no quedaran cabos sueltos.

– Eso por supuesto.

Como Randall, el hijo de Griffin, habia sido objeto de un ataque, Griffin se veia obligado a devolver el golpe. Aquella era una leccion que no olvidaria nunca. No es posible quedarse sentado si tu o uno de los tuyos es objeto de una agresion. No habia que actuar como el gobierno, con sus «respuestas proporcionales» y otras monsergas. Si alguien te ataca, hay que dejar a un lado la misericordia y la piedad y acabar con el. Y hasta abrasar la tierra si se tercia. Y asunto concluido. Los que rechazaban esta filosofia por considerarla excesivamente maquiavelica eran los que normalmente provocaban mayores destrucciones.

En resumidas cuentas, que si uno se apresuraba a eliminar el problema, habia mucho menos derramamiento de sangre.

– ?Que hay de malo, pues? -pregunto Griffin.

Larry seguia paseandose de aqui para alla. Se froto la parte frontal de la calva. A Griffin no le gusto ni pizca su actitud. Larry no era de los que pierden facilmente las riendas de la situacion.

– Sabes que no te he mentido nunca, Griff -dijo.

– Lo se.

– Pero a veces es preciso el… aislamiento.

– ?El aislamiento?

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