Con unos movimientos de la cabeza, dijo:
– ?Medicos! Siempre los peores clientes -se echo hacia atras un mechon de cabellos-. Pues ha sido una tonteria por su parte, pero no irremediable. ?Dice que no habia visto nunca esas fotografias?
– Nunca.
– Pero cuando ellos se lo han preguntado, al final se ha quedado usted con la boca cerrada.
– Si.
– Mejor -dijo asintiendo con la cabeza-. ?Es verdad esa historia que les ha contado sobre que todas esas marcas en el cuerpo eran resultado de un accidente de coche?
– ?Como dice?
Crimstein cerro su agenda.
– Mire… se llama Beck, ?verdad? Shauna me ha dicho que todo el mundo le llama Beck o sea que supongo que no le importa que yo tambien le llame Beck.
– No, no me importa.
– Muy bien. Mire, Beck, usted es medico, ?no es asi?
– Si.
– ?Le gusta que lo cuiden cuando esta enfermo?
– Me dejo cuidar.
– Pues a mi no me va. No me va nada. A usted le gustan los mimos, que le den sopitas, que alquilen a Richard Simmons. Bien, pues nosotros vamos a saltarnos todos los «usted perdone» y todos «lo siento mucho» y toda esta basura que no sirve para nada, ?de acuerdo? Y usted limitese a contestar mis preguntas. ?Es verdad la historia del accidente de coche que les ha contado? ?Si o no?
– Si.
– Se lo digo porque los federales comprobaran todos los detalles. Esto ya lo sabe, ?verdad?
– Lo se.
– Perfecto, entonces hemos dejado aclarado este punto -Crimstein hizo una profunda aspiracion-. A lo mejor su esposa tenia algun amigo y fue este quien saco las fotos -dijo a manera de tanteo-. Supongamos que lo hiciera por el seguro o por alguna otra razon. Por si por ejemplo, se le ocurria, poner una demanda. Esto cuadraria en el caso de que necesitaramos dilucidar este detalle.
A mi no me cuadraba en absoluto, pero me guarde la opinion.
– Por fin, pregunta numero uno: ?Donde estaban estas fotografias, Beck?
– No lo se.
– Preguntas dos y tres: ?Como las han conseguido los federales? ?Por que aparecen ahora?
Movi negativamente la cabeza.
– Y lo mas importante de todo: ?Que quieren cargarle? Su mujer murio hace ocho anos. Me parece un poco tarde para querer cargar las baterias conyugales. -Se recosto en el asiento y se quedo uno o dos minutos pensativa, despues levanto la vista y se encogio de hombros-. No importa. Hare unas cuantas llamadas y descubrire que pasa. Entretanto, no cometa ninguna tonteria. No diga nada a nadie. ?Me ha comprendido?
– Si.
Volvio a recostarse hacia atras y se quedo pensativa un momento mas.
– Esto no me gusta -dijo-, no me gusta ni pizca.
11
El 12 de mayo de 1970, Jeremiah Renway y tres de sus companeros radicales provocaron una explosion en el departamento de quimica de la universidad Eastern State. Del Weather Underground surgieron rumores que aseguraban que unos cientificos militares utilizaban los laboratorios de la universidad para fabricar una forma de napalm mucho mas potente. El grupo de cuatro estudiantes, que en un arranque de originalidad se adjudicaron el nombre de «Grito de Libertad», decidieron emprender una accion publica y al mismo tiempo espectacular.
En aquel entonces, Jeremiah Renway no sabia si el rumor era cierto. Ahora, transcurridos mas de treinta anos, lo ponia en duda. Pero no importaba. La explosion no provoco ningun dano en los laboratorios, pero dos agentes de seguridad de la universidad tropezaron con el paquete sospechoso y, cuando uno lo recogio, le estallo en las manos y mato a los dos hombres.
Ambos eran padres de familia.
Uno de los companeros de Jeremiah, o sea un «luchador por la libertad», fue detenido dos dias despues. Aun seguia en la carcel. El segundo murio de cancer de colon en 1989. La tercera, Evelyn Cosmeer, fue detenida en 1996. Seguia en la carcel cumpliendo una condena de siete anos de reclusion.
Jeremiah se perdio en el bosque aquella misma noche y ya no se aventuro a abandonarlo nunca mas. Rara vez topaba con seres humanos, no escuchaba la radio ni veia la television. Durante aquel tiempo solo utilizo el telefono una vez… y fue porque se trataba de una urgencia. Su unica conexion real con el mundo exterior eran los periodicos, aunque lo que publicaron con respecto al suceso ocurrido en aquel bosque hacia ocho anos no tenia nada que ver con la realidad.
El padre de Jeremiah, que habia nacido y se habia criado al pie de las montanas del noroeste de Georgia, habia ensenado a su hijo todo tipo de tecnicas de supervivencia, aunque la leccion fundamental que quiso inculcarle fue simplemente esta: confia en la naturaleza, no en el hombre. Jeremiah la olvido durante breve tiempo. Y ahora lo pagaba.
Temiendo que lo buscasen en su tierra natal, Jeremiah se refugio en los bosques de Pensilvania. Estuvo merodeando durante un tiempo y acampando en un sitio diferente cada noche o cada dos noches hasta descubrir la comodidad y seguridad relativas del lago Charmaine. En el lago estaban las viejas literas del campamento en donde se podia descansar cuando el tiempo era muy malo. El lago era muy poco frecuentado, los pocos visitantes acudian en verano y, aun entonces, solo lo hacian los fines de semana. Cazaba ciervos y se alimentaba con su carne sin grandes problemas. En los contados dias del ano en que la gente acudia al lago, Jeremiah se escondia o se trasladaba mas al oeste.
O se dedicaba a observar.
Para los ninos que solian visitar el lago, Jeremiah Renway era el coco.
Jeremiah permanecio inmovil vigilando a los agentes que se movian en la oscuridad vestidos con sus anoraks oscuros. Los anoraks del FBI. La vision de aquellas letras en grandes caracteres amarillos seguia helandole el corazon.
Nadie se habia preocupado de inspeccionar la zona, tal vez porque era tan remota. No descubrieron a Renway cuando encontraron los cadaveres. Si, los dos hombres estaban bien enterrados y en lugar profundo, pero Renway sabia lo que ignoraba la mayoria, es decir, que a los secretos no les gusta estar enterrados. Su antigua companera de delitos, Evelyn Cosmeer, que se habia transformado en la perfecta mama aburguesada de Ohio antes de que la detuviesen, tambien lo sabia. A Jeremiah no se le escapaba lo ironico de la situacion.
Permanecio escondido entre la maleza. Sabia mucho de camuflaje. No lo descubririan.
Recordo aquella noche de ocho anos atras, la noche en que murieron los dos hombres: los subitos disparos, el ruido de las palas rasgando en la tierra, los grunidos de los que excavaban. Incluso se planteo la posibilidad de informar a las autoridades de lo ocurrido… contarselo todo.
De manera anonima, por supuesto.
Al final, no se arriesgo. No era destino para nadie, eso Jeremiah lo sabia, vivir en una jaula, aunque habia quien superaba la prueba. Jeremiah no podria hacerlo. Un primo suyo llamado Perry estuvo ocho anos encerrado en una penitenciaria federal. Los paso recluido en una minuscula celda veintitres de las veinticuatro horas del dia. Una manana Perry intento quitarse la vida precipitandose de cabeza contra la pared de cemento.
El habria podido ser Jeremiah.
Asi pues, decidio que mantendria cerrada la boca y no haria nada. Y asi ocho anos.
Pero penso mucho en aquella noche. Penso en la muchacha desnuda. Penso en los hombres que estaban al acecho. Penso en la escaramuza que se organizo en torno al coche. Penso en el ruido obsesivo y humedo de la madera al restregarse contra ella la carne desnuda. Penso en el hombre abandonado a la muerte.
Y penso en las mentiras. Las mentiras, sobre todo, lo tenian obsesionado.