que descubrimos?

Lo sabia, pero negue con un gesto.

Carlson se tomo tiempo antes de decir lo que pensaba decir.

– El arma de su padre, la que usted heredo, fue la que mato a Brandon Scope.

Se abrio una puerta y en el vestibulo entro una madre con su hijo. El chico estaba lloroso, los hombros caidos en actitud de desafio adolescente. La madre tenia los labios fruncidos, aunque mantenia alta la cabeza como diciendo que no queria saber nada del asunto. Se acercaron al ascensor. Carlson dijo algo a traves de su transmisor-receptor y nos apartamos de los botones del ascensor, sumidos en un reto silencioso.

– Agente Carlson, ?usted cree que soy un asesino?

– ?Quiere que le diga la verdad? -dijo-. Pues ya no estoy seguro.

Encontre curiosa su respuesta.

– Usted sabe muy bien que no estoy obligado a hablar con usted. En realidad, puedo llamar a Hester Crimstein ahora mismo y evitar lo que usted pretende hacer.

Se molesto un poco, pero no hizo nada por desmentir mis palabras.

– Digame que quiere.

– Que me de dos horas.

– ?Para que?

– Dos horas -repeti.

Se quedo pensativo.

– Con una condicion.

– ?Cual?

– Que me diga quien es Lisa Sherman.

La pregunta me dejo totalmente desconcertado.

– No conozco el nombre.

– Parece que usted y ella pensaban abandonar el pais en avion esta noche.

Elizabeth.

– No se de que me habla -dije.

Sono el ascensor. Se abrio la puerta. La madre de labios fruncidos y el adolescente desplomado se colaron dentro. La mujer se volvio a mirarnos. Le indique que mantuviera abierta la puerta.

– Dos horas -dije.

Carlson asintio a reganadientes con la cabeza y yo, raudo, salte dentro del ascensor.

40

– ?Llegas tarde! -exclamo el fotografo, un tipo bajisimo que hablaba con fingido acento frances y que grito a Shauna-: Y con esa facha que… comment dit-on?… pareces salida de la cisterna del retrete.

– Tu tienes la palabra, Frederic -le espeto Shauna, sin preocuparse de si aquel era o no su nombre-. ?De donde eres? ?De Brooklyn?

El sujeto levanto las manos al cielo.

– En esas condiciones no puedo trabajar -exclamo.

Aretha Feldman, la agente de Shauna, se adelanto.

– No te preocupes, Francois. Nuestro maquillador hara maravillas. Siempre esta asi de horrible cuando llega. Enseguida volvemos.

Aretha agarro a Shauna por el codo sin dejar un momento de sonreir. Y le dijo sotto voce:

– ?Se puede saber que cono te pasa?

– Estoy harta de toda esta mierda.

– Mira, no te hagas la prima donna conmigo, ?quieres?

– No se si sabes que he pasado muy mala noche, ?esta claro?

– No esta claro. Sientate en esa silla y que te maquillen.

El artista maquillador solto un bufido de horror al ver a Shauna.

– ?Que son esas bolsas que tienes bajo los ojos? -grito-. ?Es que vamos a hacer un rodaje para Samsonite?

– ?Ja, ja! -dijo Shauna acercandose a la silla.

– ?Ah! -dijo Aretha-. Ha llegado esto para ti -y le tendio un sobre.

Shauna lo miro de reojo.

– ?Que es?

– Ni idea. Hace diez minutos que lo ha traido un mensajero. Ha dicho que era urgente.

Tendio el sobre a Shauna, que lo cogio y le dio la vuelta. Miro el garabato familiar en la parte delantera del sobre; simplemente la palabra «Shauna», y sintio que se le encogia el estomago.

Sin apartar los ojos de la caligrafia, Shauna dijo:

– Dame un segundo.

– No es el momento…

– Solo un segundo.

El artista del maquillaje y la agente se hicieron a un lado. Shauna abrio el sobre. Salio del mismo una tarjeta sin otra indicacion que la caligrafia familiar que figuraba en el exterior. Shauna la cogio. Era una nota breve:

«Ve al lavabo de senoras».

Shauna trato de que su respiracion fuera normal. Se levanto.

– ?Pasa algo? -dijo Aretha.

– Tengo pis -dijo con una voz tan tranquila que hasta ella misma se sorprendio-. ?Donde esta el sitio?

– Al final del pasillo a la izquierda.

– Vuelvo enseguida.

Dos minutos mas tarde, Shauna empujo la puerta del cuarto de bano. Pero no cedio. Llamo con los nudillos.

– Soy yo -dijo, despues espero.

Unos segundos mas tarde oyo que corrian el pestillo. Mas silencio. Shauna hizo una inspiracion profunda y volvio a empujar. La puerta se abrio de par en par. Entro y se quedo inmovil. Alli, al otro lado de la habitacion, de pie delante de sus ojos, habia un fantasma.

Shauna ahogo un grito.

Llevaba una peluca morena, estaba mas delgada, con gafas de montura metalica… nada podia enmascarar lo que era evidente.

– Elizabeth…

– Cierra la puerta por dentro, Shauna.

Shauna obedecio sin pararse a pensar. Dio media vuelta y se acerco mas a su vieja amiga. Elizabeth retrocedio.

– Por favor, tenemos poco tiempo.

Tal vez por primera vez en su vida, Shauna no tenia palabras para expresarse.

– Tienes que convencer a Beck de que estoy muerta -dijo Elizabeth.

– Ya es un poco tarde.

Elizabeth recorrio el espacio con la mirada como quien busca una escapatoria.

– He cometido el error de volver. Un error estupido. No puedo quedarme. Tienes que decirselo…

– Hemos visto la autopsia, Elizabeth -dijo Shauna-. No hay manera de volver a encerrar el genio en la botella.

Elizabeth cerro los ojos.

– ?Que demonios ha ocurrido? -pregunto Shauna.

– Volver ha sido una equivocacion.

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