el cercano Eastbourne, para saber si se encontraba bien mientras fingia ante ella que seguia en el extranjero y estaba perfectamente. Casi igual de importante era que el telefono le permitia estar en contacto con Dave y, de vez en cuando, mandarle fotos. Resultaba dificil estar separada tanto tiempo de alguien a quien amabas.

De repente le asalto un pensamiento: ?habria ido a visitar a su madre? Pero aunque lo hubiera hecho no habria conseguido su numero. Siempre tenia cuidado y lo ocultaba. Ademas, cuando la llamo ayer, su madre no comento nada y parecia estar bien.

?La habria seguido, habria visto donde habia comprado el movil y habria conseguido asi el numero? No. Imposible. Lo adquirio en una tienda pequena en un callejon junto a Preston Circus, donde pudo asegurarse doblemente de que nadie la observaba. Al menos lo mejor que pudo.

?Estaba ahora en el edificio? ?Y si era el responsable de que estuviera atrapada aqui dentro y estaba utilizando el tiempo para entrar en su piso…? ?Y si estaba ahora en el piso, registrandolo?

?Y si encontraba…?

Era improbable.

Volvio a mirar la pantalla.

Las palabras la asustaron mas y mas. El miedo se arremolinaba en su interior. Se levanto presa del panico, volvio a pulsar el cursor cuando la luz se apago e introdujo los dedos en la ranura entre las puertas por millonesima vez, intentando abrirlas con todas sus fuerzas, llorando de frustracion.

No se movieron.

«Por favor, por favor, abrios. Dios mio, abrios, por favor.»

El ascensor volvio a balancearse energicamente. Le vino a la mente la imagen fugaz de unos submarinistas en una jaula contra tiburones con un gran tiburon blanco golpeando los barrotes. Asi era el: un gran tiburon blanco, un depredador frio e insensible. Debia de estar loca cuando acepto hacer esto, decidio.

Si en algun momento de su vida le habia faltado la determinacion para triunfar y habria regalado de buena gana todo lo que tenia para dar marcha atras en el tiempo, era ahora.

20

Octubre de 2007

?Las moscardas y moscas azules -o «moscas de culo azul», como las llaman en Australia- pueden oler un cadaver a veinte kilometros de distancia, asi que tienen bastantes cosas en comun con los periodistas de sucesos, le gustaba decir siempre a Grace a los miembros de su equipo. Las moscas se alimentan de las proteinas fluidas de las excreciones que emanan de los cuerpos en descomposicion; en eso tampoco se diferenciaban demasiado de los periodistas de sucesos, le encantaba anadir.

Y no era ninguna sorpresa que en estos precisos momentos ya hubiera uno delante de la puerta de la furgoneta del SOCO, el reportero de sucesos mas persistente del Argus -y el mejor informado, habia que decir-, Kevin Spinella. Demasiado bien informado, a veces.

Grace le dijo al vigilante de la escena del crimen que le habia llamado por radio para informarle de la presencia del periodista que hablaria personalmente con Spinella, asi que salio a la lluvia, aliviado por alejarse del aliento fetido de Norman Potting. Mientras se acercaba al reportero, observo a dos fotografos merodeando por el solar.

Spinella no llevaba paraguas, tenia las manos en los bolsillos y vestia una gabardina empapada de detective privado con trabillas y cinturon y con el cuello subido. Era un hombre menudo de rostro delgado, veintipocos anos y ojos atentos, y masticaba afanosamente un chicle. Tenia el pelo negro y fino, peinado y engominado hacia delante, apelmazado por la lluvia.

Grace vio que debajo del abrigo el reportero llevaba un traje oscuro y una camisa que le quedaba una talla grande, como si todavia no hubiera crecido lo suficiente para llenarla. El cuello le caia descuidado, a pesar de llevar apretado el nudo grande y torpe de la corbata de poliester carmesi. Sus ostentosos zapatos negros estaban cubiertos de barro endurecido.

– Llegas un poco tarde, viejo amigo -dijo Grace a modo de saludo.

– ?Tarde? -El periodista fruncio el ceno.

– Las moscardas te han ganado por anos.

Spinella le ofrecio la sonrisa mas minima, como si no estuviera seguro de hasta que punto Grace le estaba tomando el pelo.

– Me preguntaba si podria hacerle unas preguntas, comisario.

– Celebrare una rueda de prensa el lunes.

– ?Puede avanzarme algo mientras tanto?

– Yo creia que quiza podrias decirme algo tu. Normalmente pareces mejor informado que yo.

De nuevo, el periodista parecio no estar seguro de su actitud. Con una sonrisa timida de reconocimiento dijo:

– He oido que han encontrado un esqueleto, una mujer, en un desague justo alli, en la obra. ?Es correcto?

El modo informal en que formulo la pregunta, como si fueran restos sin ninguna importancia, enfurecio a Grace. Pero no debia perder los nervios, no ganaba nada enfadandose con Spinella; vista su experiencia con la prensa, siempre era mejor ser mesuradamente amable.

– Los restos son humanos -contesto-. Pero de momento no hemos podido determinar el sexo de forma concluyente.

– He oido que no hay duda de que es una mujer.

Grace sonrio.

– ?Ves? Ya te he dicho que estabas mejor informado que yo.

– Entonces… mmm… ?Lo es?

– ?En quien quieres confiar, en tus fuentes o en mi?

El periodista se quedo mirando a Grace unos instantes, como si intentara leerle el pensamiento. Se formo una gota encima de su nariz, pero no intento secarla.

– ?Puedo preguntarle algo mas?

– Si es rapido…

– He oido que el lunes empieza a trabajar un nuevo companero en Sussex House, un policia de la Met, ?es el comisario Pewe?

Grace noto que se tensaba. Un comentario petulante mas e iba a quitarle esa gota de la nariz de un punetazo.

– Has oido bien.

– Tengo entendido que la Met es el primer cuerpo de policia del Reino Unido que va a reducir la burocracia.

– ?Ah, si?

La sonrisa maliciosa del reportero era casi insoportable, como si conociera todo tipo de secretos que no queria revelar. Por un momento absurdo, Grace incluso penso que tal vez Alison Vosper le hubiera filtrado informacion confidencial.

– Estan contratando a funcionarios civiles para registrar las detenciones y que sus agentes puedan volver directamente a patrullar, en lugar de pasarse horas rellenando formularios -dijo Spinella-. ?Cree que el departamento de investigacion criminal de Sussex aprendera algo del comisario Pewe?

Conteniendo el enfado, Grace fue cuidadoso con su respuesta.

– Estoy seguro de que el comisario Pewe sera un miembro valioso del equipo del Departamento de Investigacion Criminal de Sussex -contesto.

– Puedo citar sus palabras, ?verdad? -La sonrisa era cada vez peor.

«?Que es lo que sabes, mierdecilla?»

La radio de Roy se activo. Se la acerco al oido.

– ?Roy Grace?

Era uno de los miembros del SOCO que estaban en el tunel, Tony Monnington.

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