– Roy, he pensado que querrias saber que, al parecer, hemos encontrado nuestra primera posible prueba.

Grace se disculpo educadamente con el periodista y regreso al desague mientras llamaba a Norman Potting para decirle que tardaria unos minutos en regresar. Era extrano como las cosas que pasaban en la vida te hacian cambiar constantemente, penso. Hacia un rato se moria por salir del desague. Ahora, cuando las alternativas eran estar bajo la lluvia y hablar con Spinella o volver a encerrarse en la furgoneta del SOCO con Norman Potting, de repente parecia que el desague habia sumado muchos puntos a su favor.

21

Octubre de 2007

Fue la companera de habitacion de Abby, Sue, quien cambio su vida sin querer. Se conocieron trabajando en un bar a orillas del rio Yarra en Melbourne y se hicieron amigas al instante. Tenian la misma edad y, como Abby, Sue se habia marchado de Inglaterra a Australia en busca de aventuras.

Una noche, hacia casi un ano, Sue le dijo a Abby que un par de chicos guapos, un poco mayores que ellas pero encantadores, habian estado en el bar charlando con ella. Dijeron que el domingo iban a una barbacoa con un grupo de gente divertida y que la invitaban si estaba libre, que se llevara a una amiga si queria.

Como no tenian ningun plan mejor, fueron. La barbacoa era en la casa elegante de un soltero, un atico de lujo en uno de los distritos mas modernos de Melbourne con unas vistas esplendidas de la bahia. Pero durante esas primeras horas embriagadoras, Abby apenas asimilo lo que la rodeaba, porque se enamoro instantanea y locamente de su anfitrion, Dave Nelson.

Habia unas veinte personas mas en la fiesta. Los hombres, que tenian de diez a sesenta y pico anos mas que ella, parecian extras de una pelicula de gansteres y las mujeres, bastante enjoyadas, parecian todas recien salidas de un salon de belleza. Pero en ellas tampoco se fijo demasiado. De hecho, apenas intercambio una palabra con nadie mas desde el momento en que cruzo la puerta.

Dave era un diamante en bruto alto y delgado de unos cuarenta y cinco anos con un buen bronceado, pelo corto engominado y rostro hastiado que seguramente habia sido guapisimo de joven, pero que ahora parecia bastante curtido, aunque comodo consigo mismo. Y asi se sintio ella con Dave al instante: comoda.

Se movia por el apartamento con una elegancia facil, animal, y estuvo toda la tarde sacando generosamente botellas grandes de Krug. Dijo que estaba cansado porque se habia pasado tres dias enteros seguidos jugando al poquer en un torneo internacional, el Aussie Millions, en el casino Crown Plaza. Habia pagado una cuota de entrada de mil dolares y habia sobrevivido cuatro rondas, en las que acumulo mas de cien mil dolares antes de caer eliminado. Un trio de ases, le habia dicho a Abby compungido. ?Como iba a saber que el tipo tenia dos ases en la mano? Si el tenia tres reyes, dos ocultos, ?por el amor de Dios!

Abby nunca habia jugado al poquer. Pero esa noche, despues de que el resto de los invitados se marchara, Dave la hizo sentar y le enseno. Le habia gustado recibir su atencion, el modo como la miraba todo el tiempo; le decia lo bonita que era, luego lo guapa que era, luego lo bien que se sentia solo estando alli con ella. Sus ojos apenas se apartaron del rostro de Abby durante todas las horas que pasaron juntos, como si no importara nada mas. Tenia unos ojos bonitos, marrones con un toque de verde, vigilantes pero tenidos de tristeza, como si hubiera sufrido una perdida que le dolia en lo mas profundo de su ser. Hizo que quisiera protegerle, mimarle.

Le encantaban las historias que le contaba sobre sus viajes y sobre como habia amasado su fortuna comerciando con sellos raros y jugando al poquer, principalmente por Internet. Manejaba un sistema de apuestas que parecia muy obvio, cuando se lo explico, y muy inteligente.

Las partidas de poquer por Internet se celebraban en todo el mundo, veinticuatro horas al dia siete dias a la semana. Utilizaba las zonas horarias y se registraba en las partidas que se jugaban en lugares donde era de madrugada y la gente estaba cansada y, a menudo, un poco bebida. Observaba un rato y luego se sentaba a participar. Eran ganancias faciles para un hombre que estaba bien despierto, sobrio y alerta.

Abby siempre se habia sentido atraida por hombres mayores y le fascino este tipo que parecia tan duro pero que era un apasionado de los sellos minusculos, delicados y hermosos, y se entusiasmaba al hablarle de sus vinculos con la historia. Para una chica de origen britanico y sobria como ella, Dave era una persona totalmente distinta a cualquiera que hubiera conocido. Y aunque transmitia vulnerabilidad, al mismo tiempo habia algo intensamente fuerte y masculino en el que hacia que se sintiera segura a su lado.

Por primera vez en su vida, infringiendo su propia norma con total despreocupacion, se acosto con Dave esa misma noche. Y se traslado a vivir con el tan solo un par de semanas despues. La llevaba de tiendas, animandola a comprar ropa cara, y a menudo llegaba a casa con joyas o un reloj nuevo o un ramo de flores demencialmente generoso si habia tenido un buen dia en el poquer.

Sue hizo todo lo posible para disuadir a Abby de aquella relacion, aduciendo que era mucho mayor que ella, que tenia un pasado algo incierto y reputacion de donjuan -o, para expresarlo mas cruelmente, que era un follador en serie.

Pero Abby no hizo caso de nada de aquello, y rompio su amistad con Sue y posteriormente con los otros amigos que habia hecho desde su llegada a Melbourne. Le gustaba quedar con el circulo de gente mayor y -en su opinion- mucho mas glamurosa e interesante. Siempre le habia atraido el dinero y estas personas lo gastaban a mansalva.

De nina, cuando llegaban las vacaciones escolares, a veces iba a trabajar con su padre, que tenia un pequeno negocio de alicatado de suelos y banos. Le encantaba ayudarle, pero sentia una atraccion mayor por las casas de la gente rica, algunas realmente increibles. Su madre trabajaba en la biblioteca publica de Hove y la pequena casa pareada donde vivian en Hollingbury con su jardin impecable, que sus padres cuidaban amorosamente, constituia el maximo de sus aspiraciones.

Al crecer, Abby fue sintiendose cada vez mas coartada, y limitada, por la modesta educacion que habia recibido. De adolescente, leyo con avidez las novelas de Danielle Steel, Jackie Collins y Barbara Taylor Bradford y de todas las demas escritoras que relataban las vidas de la gente rica y glamurosa, ademas de devorar las revistas OK! y Helio! todas las semanas de cabo a rabo. Secretamente, albergaba el sueno de poseer una riqueza inmensa y las casas y yates esplendidos en paises calidos que podria permitirse. Anhelaba viajar y sabia, en el fondo, que algun dia llegaria su oportunidad. Cuando tuviera treinta anos, se prometio, seria rica.

Cuando un amigo de Dave fue detenido acusado de cometer tres asesinatos se quedo horrorizada, pero no pudo evitar sentir un escalofrio de emocion. Luego otro hombre de su circulo de amistades murio de un disparo en su coche, delante de sus hijos gemelos, mientras veia un entrenamiento de futbol infantil. Comenzo a percatarse de que ahora formaba parte de una cultura muy distinta de aquella en la que se habia criado y que antes comprendia. Pero a pesar de la impresion que le causo la muerte del hombre, el entierro le parecio emocionante. Estar alli formando parte de toda aquella gente, ser aceptada por ellos, era lo mas excitante que le habia pasado en la vida.

Al mismo tiempo, comenzo a preguntarse en que mas andaba metido Dave en realidad. A veces le veia adulando a unos tipos, segun el eran los jugadores mas importantes para intentar hacer alguna clase de negocio con ellos. Una manana le escucho hablando por telefono diciendole a alguien que comerciar con sellos era una forma estupenda de blanquear dinero, de moverlo por el mundo, como si intentara venderle la idea.

Aquello no le gusto tanto. Era como si durante todo aquel tiempo no le hubiera importado vivir al margen de la ley, saliendo de bares y de fiesta con esa gente. Pero, en realidad, que Dave hiciera negocios con ellos -que casi les suplicara que le dejaran hacer negocios con ellos- lo rebajaba a sus ojos. Y, sin embargo, en el fondo de su corazon, tenia la sensacion de que tal vez pudiera ayudarle, si lograba atravesar el muro que parecia haber construido a su alrededor. Porque, despues de varios meses con el, se dio cuenta de que no sabia mas sobre su pasado que el dia que lo habia conocido, aparte de que se habia casado dos veces y que los dos divorcios habian sido muy dolorosos.

Entonces, un dia de repente, Dave solto la bomba.

22

Вы читаете Las Huellas Del Hombre Muerto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату