?Era el suyo? Presa del panico, comprobo su bolsillo. Su movil seguia ahi, ?menos mal! Lo saco, pero no sonaba y tampoco tenia ninguna llamada perdida. Intento llamar otra vez a Lorraine, pero no habia cobertura, solo un pitido hueco, que quedo ahogado al cabo de unos segundos por el ruido de las aspas de un helicoptero que volaba justo encima de el.

No sabia que hacer. Tenia la cabeza hecha un lio. Habia gente herida y el estaba bien. Tal vez tuviera que ayudar. Quizas encontrara a Donald. Debian de haber evacuado el edificio. Habrian sacado a todo el mundo antes de que se desplomara, seguro. Donald estaba alli en algun lugar, quiza deambulando, buscandolo. Si pudieran encontrarse, podrian ir a un cafe o a un hotel y celebrar su reunion…

Un coche de bomberos paso disparado a su lado, casi lo atropello, y luego desaparecio con una rafaga de luces rojas, sirenas y bocinazos.

– ?Cabrones! -grito-. Un poco mas y me matais, capullos…

Un grupo de mujeres negras tenidas de gris, una con una cartera, otra frotandose la nuca de su cabeza con rastas, avanzaba hacia el.

– ?Disculpen? -dijo Ronnie, colocandose delante de ellas.

– Siga caminando -contesto una.

– Si -dijo la otra-. ?No vaya hacia alli!

Pasaron mas vehiculos de emergencia a toda velocidad. El suelo crujio. Ronnie vio que tenia un manto de nieve de papel bajo los pies. «La sociedad electronica -penso con cinismo-. Despues hablan de la sociedad electronica.» Toda la calle estaba cubierta de papeles grises. El cielo estaba cargado de hojas que caian zigzagueando, en blanco, escritas, hechas trizas, de todas las formas y tamanos imaginables, como si alguien hubiera vaciado el contenido de millones de archivadores y papeleras desde una nube.

Se quedo quieto un momento, intentando pensar con claridad. Pero el unico pensamiento que tenia en la cabeza era: «?Por que hoy? ?Por que hoy, joder? ?Por que esta mierda ha tenido que pasar hoy?».

Nueva York estaba sufriendo una especie de ataque terrorista, eso saltaba a la vista. Una voz debil dentro de su cabeza le decia que debia tener miedo, pero no lo tenia, solo estaba cabreado.

Camino hacia delante, pisando el papel, dejando atras a una persona perpleja tras otra que venian de direcciones distintas. Luego, mientras se acercaba al caos de la plaza, lo pararon dos agentes de la policia de Nueva York. El primero era bajito y rubio con el pelo muy corto; tenia la mano derecha sobre la culata de su Glock mientras que con la izquierda sujetaba una radio pegada al oido. Dio un informe a gritos y luego escucho. El otro policia, mucho mas alto, tenia hombros de jugador de futbol americano, la cara picada de viruela y una expresion que en parte era de disculpa y en parte decia «no me jodas que ya estamos todos bastante jodidos».

– Lo siento, senor -dijo el policia alto-. No puede pasar, necesitamos este espacio.

– Tengo una reunion de negocios -dijo Ronnie-. Yo… Yo… -Senalo-. Tengo que ver a…

– Creo que tendra que cambiar el dia. No creo que hoy se celebre ninguna reunion.

– Pero es que esta noche tengo un vuelo a Reino Unido. En serio, necesito…

– Senor… Creo que comprobara que su reunion y su vuelo han sido cancelados.

Luego, el suelo comenzo a retumbar. Se oyo un crujido terrible. Los dos policias se giraron al mismo tiempo y miraron arriba, directamente a la pared plateada de la Torre Norte. Se movia.

27

Octubre de 2007

El ascensor se movia. Abby noto que el suelo le presionaba los pies. Estaba elevandose, con sacudidas, como si alguien lo subiera a pulso. Entonces se detuvo con brusquedad. Oyo un ruido sordo, seguido del sonido de un liquido vertiendose.

«Mierda.»

La bota habia caido. La bota letrina.

De repente, el ascensor se balanceo, como si lo hubieran empujado con fuerza, y choco contra un lado del hueco. Ella perdio pie, salio disparada hacia la pared y cayo al suelo mojado. «Dios mio.»

Se oyo un golpe fortisimo en el techo. Algo lo aporreo con la fuerza de un mazo. El sonido resono y le dolieron los oidos. Hubo otro estrepito. Luego otro. Mientras intentaba ponerse de pie, el ascensor dio un bandazo violento y golpeo con tanta fuerza el hueco que noto la onda expansiva en las paredes de acero. Entonces la caja se ladeo y la lanzo por el pequeno espacio hasta que se empotro en la pared opuesta.

Luego hubo otro estruendo en el techo.

«Dios mio, no.»

?Estaba ahi arriba Ricky, intentando entrar a golpes para llegar hasta ella?

El ascensor volvio a elevarse unos centimetros, luego se balanceo con fuerza otra vez. Abby gimoteo aterrada. Saco el movil y pulso el cursor. La luz se encendio y vio una pequena hendidura en el techo.

Luego hubo otro golpe y la hendidura se hizo mayor. Motas de polvo se filtraron alocadamente.

Luego otro golpe. Y otro. Y otro. Mas polvo.

Despues silencio. Un largo silencio. Mas tarde se oyo un sonido distinto: un ruido sordo. Era su corazon palpitando. Bum-bum… Bum-bum… Bum-bum. El rugido de su sangre circulando por las venas atronaba en sus oidos, como un oceano embravecido dentro de ella.

La luz del movil se apago. Pulso el cursor y volvio a encenderse. Estaba pensando, pensando desesperadamente. ?Que podia utilizar como arma contra el cuando entrara? Tenia un bote de espray de pimienta en el bolso, pero con eso solo lograria aturdirle un momento, tal vez un par de minutos si le apuntaba a los ojos. Necesitaba algo con que noquearle.

Lo unico que tenia era la bota. La cogio, consciente de que la piel suave estaba mojada, y toco el tacon cubano. Su dureza le inspiro confianza. Podia esconderla detras de su cuerpo, esperar a que asomara la cara y entonces lanzarla hacia arriba. Sorprenderle.

Un monton de preguntas daba vueltas en su cabeza. ?Tenia la certeza de que Ricky se encontraba alli dentro? ?La habia esperado en la escalera y luego parado el ascensor de alguna forma cuando vio que lo cogia?

El silencio continuo. Solo oia ese latido rapido de su corazon, como un guante de boxeo golpeando un saco de arena.

Entonces, a pesar del miedo, sintio un fogonazo de ira.

«?Tan cerca, tan cerca, maldita sea! ?Mis suenos estan tan tentadoramente cerca! Tienes que salir de aqui dentro. ?Tienes que salir de aqui como sea!»

De repente, el ascensor comenzo a elevarse despacio otra vez y entonces se paro con otra sacudida repentina.

El chirrido del metal contra el metal.

Luego la punta angulosa de una palanca penetro rechinando en la ranura de las puertas.

28

Septiembre de 2007

El gemido chirriante del cabrestante. El ruido del motor diesel de la grua T &K del servicio de remolque 24 horas.

Lisa aparto con la mano una maldita nube de moscas.

– ?Fuera, joder! -les grito-. Largaos, ?vale?

El ruido se transformo en un rugido cuando el cable de acero se tenso y el tipo de la cabina acelero para dar mas potencia al cabrestante.

Lisa estaba intrigada por saber que pasaria a continuacion, por descubrir para empezar que hacia el coche alli abajo.

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