– Toma asiento -le dijo sin levantar la vista de todos los periodicos que habia desplegados sobre su mesa como una mano de poquer-. O quiza deberia decir «No te quedes de pie, Pewe».
– Vaya, muy agudo -la adulo el.
Pero ninguna sonrisa rompio su expresion gelida. Sentada detras de su enorme mesa de palisandro, siguio leyendo el articulo del Guardian, manteniendolo a raya con sus manos de unas elegantes.
Cassian se sento despacio en el sillon de piel negra. Aunque habian pasado cuatro meses desde que el taxi en el que viajaba fuera aplastado por una furgoneta robada, lo que habia provocado que se rompiera la pierna izquierda por cuatro sitios, todavia le dolia estar de pie durante largos periodos de tiempo. Pero no compartia esa informacion con nadie porque no queria que lo tacharan de semiinvalido y poner en peligro sus posibilidades futuras en el cuerpo.
Alison Vosper siguio leyendo. Pewe miro las fotografias enmarcadas de su marido, un policia corpulento con la cabeza rapada varios anos mayor que ella, y de sus dos hijos, dos ninos con el uniforme del colegio y unas gafas bastante ridiculas.
En las paredes habia colgados varios certificados enmarcados con su nombre, ademas de un par de grabados antiguos de Brighton, uno de un hipodromo, el otro del puente colgante desaparecido tiempo atras.
Sono el telefono. Vosper se inclino hacia delante y miro la pantalla, luego descolgo y ladro:
– Estoy reunida, ahora te llamo. -Colgo y siguio leyendo-. Bueno, ?como va todo? -pregunto de repente, sin dejar de leer.
– Por ahora, genial.
Vosper alzo la mirada y el intento aguantar y mantener el contacto visual, pero casi de inmediato ella bajo la vista a algo que habia en otra parte de la mesa. Alargo la mano, lo cogio y luego revolvio algunas paginas de papeles escritos a ordenador, una especie de informe, como si buscara algo.
– Tengo entendido que te han asignado los casos sin resolver.
– Si.
Vosper llevaba una chaqueta negra corta y ajustada encima de una blusa blanca de cuello mao, cerrada con un broche plateado con un opalo. Sus pechos, con los que habia fantaseado, quedaban casi aplastados. Entonces, lo miro y sonrio. Una sonrisa larga, casi insinuante.
Pewe se derritio al instante, pero volvio a perder el contacto visual cuando ella bajo la mirada y empezo otra vez a revolver los papeles.
Desprendia un olor intensamente agradable, penso. No era guapa, pero se sentia muy atraido por ella. Tenia la piel blanca y sedosa e incluso le intrigaba la pequena verruga justo encima del escote de su blusa, esa unica imperfeccion minuscula. Llevaba una fragancia citrica que le encendia por dentro. Tenia un aspecto puro, y fuerte, e irradiaba autoridad. Queria pasar al otro lado de la mesa, arrancarle la ropa y retozar con ella sobre la moqueta.
Tuvo una ereccion al pensarlo.
Y ella seguia mirando a la mesa, ?revolviendo los malditos papeles!
– Me alegro de volver a verte -dijo Pewe con delicadeza, para motivarla.
El comisario dejo escapar un suspiro de expectacion. ?Sentia ella lo mismo por el y se mostraba esquiva? Tal vez le sugiriera quedar luego los dos en algun sitio y tomar una copa. En algun lugar intimo y acogedor.
Podia invitarla a su casa frente al puerto deportivo. Molaba bastante, con sus vistas a los yates.
Ahora se habia puesto a leer el Guardian otra vez.
– ?Buscas algo? -le pregunto Cassian-. ?Mencionan a la policia de Sussex?
– No -respondio ella quitandole importancia-. Solo intento ponerme al dia con las noticias de hoy. -Entonces, sin levantar la vista, dijo-: Supongo que realizaras un informe sobre cuantos casos sin resolver son destacables.
– Bueno, si, por supuesto -contesto.
– ?Asesinatos, muertes sospechosas? ?Personas desaparecidas hace tiempo? ?Otros crimenes que hayan pasado inadvertidos?
– Todo eso.
Vosper paso al Telegraph y examino la portada.
Cassian la miro con incertidumbre. Habia una barrera invisible entre ellos y se sintio totalmente abatido.
– Mira, yo… Me preguntaba si podia hablar contigo extraoficialmente.
– Adelante. -Mientras el hablaba, Vosper paso deprisa varias paginas.
– Bueno, ya se que se supone que debo informar a Roy Grace, pero hay algo de el que me preocupa.
Ahora logro captar toda su atencion.
– Continua.
– Ya sabes que su mujer desaparecio, por supuesto -dijo.
– Todo el cuerpo lleva viviendo con ello los ultimos nueve anos -contesto ella.
– Bueno, ayer me entreviste con sus padres. Estan muy preocupados. Tienen la sensacion de que nadie de la policia de Sussex ha llevado a cabo una investigacion imparcial.
– ?Puedes explicarte?
– Si. Bueno, la cuestion es esta: durante todo este tiempo, el unico agente de la policia de Sussex que ha asumido la responsabilidad de revisar la investigacion sobre su desaparicion ha sido el propio Roy. Para mi, no es normal. Quiero decir que en la Met no habria pasado.
– ?Que estas diciendo exactamente?
– Bueno -prosiguio Pewe de manera afectada-, sus padres se sienten muy incomodos con esto. Leyendo entre lineas, creo que sospechan que Roy oculta algo.
Vosper se quedo mirandolo unos momentos.
– ?Y tu que crees?
– Me gustaria obtener tu permiso para darle prioridad a este caso y seguir indagando. Utilizar mi discrecion para tomar las medidas investigadoras que considere necesarias.
– Concedido -dijo ella. Luego volvio a mirar sus periodicos y lo despidio con un solo movimiento de la mano. La mano en la que llevaba el solitario y la alianza.
Cuando se levanto, ya no estaba empalmado, pero sintio una clase distinta de excitacion.
57
Octubre de 2007
Le parecia como si la luz y el extractor de aire llevaran horas y horas encendidos. En el cuarto minusculo y sin ventanas, Abby habia perdido la nocion del tiempo. No sabia si todavia era de madrugada o de dia. Tenia la boca y la garganta secas, se moria de hambre y casi todas las partes de su cuerpo estaban entumecidas o doloridas por culpa de las ataduras.
Temblaba de frio por la constante corriente de aire helado. Necesitaba sonarse desesperadamente la nariz porque la tenia taponada y cada vez le costaba mas trabajo respirar. No podia coger aire por la boca y, respirando mas y mas deprisa, empezo a notar que le entraba otro ataque de panico.
Intento tranquilizarse, ralentizar la respiracion. Comenzaba a sentir que no estaba totalmente dentro de su cuerpo, que estaba muerta y flotando en el aire. Como si la persona desnuda atada con cinta fuera otra, como si ya no fuera ella.
Estaba muerta.
El corazon le latia deprisa. Le palpitaba con fuerza. Intento decirse algo y oyo un zumbido apagado dentro de su boca. «Sigo viva. Me noto el corazon.»
Dentro del craneo notaba como si una cinta se tensara alrededor de su cerebro. Estaba sudando y era incapaz de enfocar con claridad. Entonces comenzo a temblar descontroladamente. Un sudor frio producto del miedo aparecio en su piel cuando un pensamiento la golpeo como un mazo.
?Y si se habia marchado y la habia abandonado aqui?
A su suerte, hasta que muriera…
Cuando le conocio, penso que, igual que Dave, su violencia solo era fanfarroneria, fantochadas, un modo de no