planeasteis a conciencia, tu y Dave, ?verdad? ?Hubo alguna postura que no te dijera para follar conmigo, o acaso solo fui yo el que acabo jodido?

– Esto no tiene nada que ver con mi madre. Traela de vuelta. Traela aqui y hablaremos.

– No, traeme tu todo lo que me quitaste y entonces hablaremos.

El ataque de panico estaba empeorando. Engullia grandes bocanadas de aire. Le ardia la cabeza. Se sentia como medio flotando fuera de su ser, como si su cuerpo fuera a derrumbarse sobre ella. Se tambaleo, se dio un golpe con el sofa, se agarro desesperadamente a uno de los brazos, luego se balanceo y se sento atolondrada.

– Voy a colgar -dijo con la voz entrecortada-, y voy a llamar a la policia.

Pero justo cuando pronunciaba las palabras noto que parte de su conviccion anterior desaparecia de su voz y que el tambien lo notaba.

– ?Si? Y luego ?que?

– No me importa. ?No me importa una mierda! -Y lo repitio varias veces, como una nina con un berrinche, cada vez mas fuerte-: ?No me importa una mierda!

– Pues deberia. Porque van a encontrarse con una enferma cronica que se ha suicidado y a su hija ladrona contando un cuento chino sobre el hombre a quien robo. Y el hombre que la metio en todo esto no se encuentra precisamente en situacion de subirse a un estrado para respaldar su historia. Asi que piensa en como vas a salir de esta, zorra listilla. Ahora dejare que te tranquilices y le preparare una buena taza de te a tu mami. Luego volvere a llamarte.

– No… Espera… -grito.

Pero Ricky colgo.

Luego, de repente, se acordo de que el taxi estaba esperando fuera, con el taximetro en marcha.

89

Octubre de 2007

Mientras esperaba a que la cinta del equipaje se pusiera en marcha, Roy Grace mando un mensaje breve a Cleo para decirle que habia llegado. Calculaba que en el Reino Unido serian las seis y cuarto. Faltaban quince minutos para que comenzara la reunion informativa de la tarde de la Operacion Dingo.

Llamo a la inspectora Lizzie Mantle para que le pusiera al dia, pero le salto el contestador tanto de su numero fijo como del movil. Luego llamo a Glenn Branson, que contesto al segundo tono.

– ?Ya te has puesto los zapatos?

– Si, llamo para contartelo. Quiza te gustaria saberlo.

– ?Donde estas? Ya has llegado, ?no? ?Al JFK?

– A Newark. Estoy esperando a que salga la bolsa.

– Que suerte tienen algunos, que se escapan a Nueva York y nos dejan al resto aqui, al pie del canon.

– Te habria mandado a Australia, pero pense que no habria sido muy inteligente en tu situacion actual.

– En estos momentos, cuanto mas lejos este de Ari, mas feliz sera ella.

«Ahorrame los detalles», penso Grace. Y aunque haria lo que fuera por ayudar a este hombre al que queria tanto, siempre le ponia nervioso darle consejos a el -a cualquier persona, en realidad- sobre cuestiones que podian afectar a sus vidas. ?Que demonios sabia el? ?Y que clase de ejemplo habia sido su propio matrimonio? Pero no le dijo nada de eso ahora.

– Y bien, cuentame, ?alguna novedad? -pregunto.

– Pues lo cierto es que hemos trabajado mucho durante estas siete horas que tu has pasado ahi arriba repantingado, bebiendo champan y viendo peliculas.

– He viajado en clase ganado, combatiendo los calambres, la listeria y la trombosis venosa profunda. Y mis auriculares no funcionaban. Aparte de eso, no andas muy desencaminado.

– Es duro estar arriba, Roy. ?No es eso lo que dicen?

– Si, si. Oye, esto esta costando una fortuna. ?Se breve! ?Corta el rollo!

Asi que Branson le informo sobre sus visitas a la tienda filatelica Hawkes y a Hugo Hegarty.

Grace escucho con atencion.

– ?O sea que si son sellos! ?Convirtio toda la pasta en sellos!

– Asi es. Manos libres para saltarse todas las regulaciones sobre blanqueo de dinero. En el aeropuerto tienen perros rastreadores entrenados para oler billetes, y tres millones y cuarto de dolares ocupan mucho espacio. Pero ese cantidad en sellos solo ocuparia un par de sobres tamano DIN-A4.

– ?Tenemos idea de que hizo con ellos?

– No. De momento no. En cualquier caso, luego hemos ido a ver a la hermana de Lorraine Wilson.

– ?Que tenia que decir?

– Bastante, en realidad.

Se oyo un pitido y la cinta del equipaje comenzo a moverse. Dos hombres gordisimos empujaron a Grace y luego una senora mayor le dio un golpe con el carro en las piernas. El retrocedio y se alejo de la multitud, dio la vuelta a la cinta y se coloco donde hubiera sitio pero pudiera ver su bolsa. Sabia por la breve temporada que habia trabajado en el aeropuerto de Gatwick haria algunos anos que los robos de maletas de la cinta transportadora eran habituales.

– Oigo mucho ruido-dijo Branson.

– Yo te oigo bien. Cuentame.

– Lo primero es que la hermana fue a Nueva York con Lorraine Wilson la semana despues del 11-S, en cuanto pudieron conseguir un vuelo. Fueron al hotel en el que se hospedo Ronnie, el W.

– ?El W? -pregunto Grace-. ?El W que?

– Se llama asi.

– ?Solo W?

– Viejo, ?estas en la parra o que? Tienes que contratarme como estilista a tiempo completo. El W es una cadena. Estan considerados unos hoteles super modernos.

– Si, bueno, mi sueldo no me da para hospedarme en hoteles super modernos.

– No me puedo creer que no hayas oido hablar de ellos.

– Bueno, ahi lo tienes, uno de los muchos misterios sin resolver de la vida. ?Quieres contarme algo mas sobre el hotel, aparte de que no he oido hablar de el?

– Si, bastante mas. Algunas de sus pertenencias todavia seguian en la habitacion y la direccion no estaba muy contenta, porque la tarjeta de credito que les habia dado no tenia fondos.

– ?No se mostraron indulgentes porque habia muerto?

– Imagino que entonces no lo sabian. Solo habia reservado dos noches y dejo la cuenta abierta. En cualquier caso, la cuestion es que su pasaporte y el billete de regreso a Reino Unido todavia estaban en la caja fuerte.

Aliviado, Grace vio aparecer su bolsa de repente.

– Espera un segundo. -Corrio a recogerla, luego dijo-: De acuerdo, sigue.

– Luego fueron al Muelle 92, donde la policia de Nueva York habia instalado una especie de centro de duelo. La gente llevaba cosas como cepillos, para que pudieran extraer el ADN de las posibles victimas y asi ayudar a identificar los cuerpos, o los restos que encontraran. Tambien tenian expuestos articulos personales que ya se habian recuperado. Lorraine fue alli con su hermana, pero en ese momento la policia no habia encontrado nada perteneciente a su marido que pudiera identificarle.

Grace se alejo de la multitud con su bolsa hasta un lugar mas tranquilo. Luego tuvo que esperar a que acabara un anuncio por megafonia antes de preguntar:

– ?Que hay del dinero que recibio Lorraine?

– Ya llegare a eso… Y tengo que salir corriendo a la reunion dentro de un minuto.

– Dile a la inspectora Mantle que me llame despues.

– Se lo dire. Pero primero tienes que escuchar algo. ?Hemos hecho un gran avance! Bueno, a lo que vamos: Lorraine le saco mil quinientos dolares al agente del Muelle 92. Repartian la pasta a cualquiera que hubiera perdido a alguien y estuviera pasando dificultades economicas.

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