un nombre ingenioso. Yo me ocupare… es facil. Bueno, ?que tal si las haceis?
– Ningun problema -contesto Rosa-. ?Es una idea maravillosa! Podrias fotografiar escenas de las obras mas populares…
– ?Y venderlas en el teatro!
– Canciones -dijo Trembler-. Fotografias para ilustrar las nuevas canciones de los espectaculos musicales.
– Con anuncios en la parte de atras -dijo Sally-, asi ganaremos dinero extra por cada foto que vendamos.
– Sally, ?es una idea magnifica! -exclamo Rosa-. Y con todos estos complementos…
– Y en el patio hay suficiente espacio para crear un estudio de verdad. Como el de un artista, con el decorado, el escenario y todo tipo de cosas.
Todos dirigieron la mirada hacia Frederick, que no habia dicho nada. Su expresion era de resignacion. Extendio sus manos.
– ?Que puedo hacer yo? -dijo-. ?Adios al artista, entonces!
– Oh, no seas estupido -le recrimino Rosa-. Convierte esto en arte.
El muchacho se volvio y la miro. Sally penso: «Son como panteras, los dos. Se lo toman tan a pecho…».
– ?Tienes razon! -exclamo el fotografo de repente, dando un golpe en la mesa.
– No puedo creerlo -dijo Rosa.
– Pues claro que Sally tiene razon, estupida. Me he dado cuenta enseguida. Y lo haremos. ?Pero que me dices de las deudas?
– En primer lugar, nadie nos esta presionando para que paguemos. Debemos bastante dinero, pero si demostramos a nuestros acreedores que estamos haciendo verdaderos esfuerzos para pagar, creo que saldremos adelante. En segundo lugar, tambien nos deben dinero a nosotros. Hoy mismo enviare una carta de aviso a los morosos. Y en tercer lugar, Rosa ya menciono la posibilidad de alquilar habitaciones. Teneis sitio de sobras, incluso contandome a mi. Eso significa unos ingresos fijos, aunque solo se trate de algunos chelines por semana. Y por ultimo esta el asunto de las existencias. Frederick, quiero que esta manana me ayudes a deshacernos de todo lo que este un poco anticuado o no sea util. Lo liquidaremos; lo pondremos a la venta como oferta. Conseguiremos dinero rapido para poder pagar la publicidad. Trembler, ?podrias empezar a organizar lo del patio? Necesitamos un espacio amplio y despejado. Y Rosa…
Sally se dio cuenta de que todos la miraban asombrados. Entonces Frederick sonrio y la muchacha sintio que se ruborizaba de verguenza. Miro al suelo, confundida.
– ?Lo siento! No pretendia daros ordenes… Pense… No se lo que pense. Lo siento.
– ?No digas tonterias! ?Eso es lo que queremos! -dijo Frederick-. Necesitamos un jefe. Y ya lo tenemos.
– Voy a empezar ahora mismo -dijo Trembler, levantandose de la mesa.
– Y yo limpiare los platos -dijo Frederick-. Aunque solo por esta vez.
Los recogio y se fue.
Rosa dijo:
– ?Sabes?, eres como dos personas muy diferentes.
– ?De verdad?
– Cuando te haces cargo de algo eres muy contundente…
– ?Yo?
– Y cuando no, eres tan tranquila que nadie diria que estas ahi.
– ?Que horrible! ?Soy muy mandona? No pretendo serlo.
– No, no es eso lo que quiero decir. Ni de lejos. Lo que pasa es que parece que sepas justo lo que se debe hacer, mientras que Fred y yo no tenemos ni idea… Es fantastico.
– Rosa, ?se tan poco! No se ni como hablar a la gente. Pero lo que si se… No se como explicarlo. No es el tipo de cosas que las chicas saben. Me encanta hacer esto, no puedes imaginarte lo mucho que me gusta, pero no es… Es que me siento culpable. Como si tuviera que ser normal y saber coser y todas esas cosas.
Rosa se echo a reir. Estaba magnifica; los rayos de sol parecia que se estrellaran sobre su pelo como las olas contra una roca, desmenuzandose de golpe en miles de brillantes gotitas suspendidas en el aire.
– ?Normal dices? -exclamo Rosa-. ?Y que crees que soy yo? Una actriz…, ?algo no mucho mejor que una mujer de la vida! Mis padres me echaron de casa precisamente por eso, porque queria ser actriz. Y nunca he sido tan feliz…, igual que tu.
– ?Te echaron de casa? ?Y que es lo que paso con Frederick y tu tio?
– Fred tuvo una gran pelea con nuestros padres. Querian que el fuera a la universidad y todo eso. Mi padre es obispo. Fue espantoso. Y el tio Webster es una especie de viejo rebelde… A el no le tienen en cuenta, aunque no le importa ni lo mas minimo. Fred ha estado trabajando con el durante tres anos. Es un genio. Los dos son genios. Sally, ?alguna vez has hecho algo malo?
Sally parpadeo.
– Me parece que no.
– Entonces no te sientas culpable, ?de acuerdo?
– De acuerdo… Tienes razon. ?No lo hare!
– Si eres buena en algo, tienes que dedicarte a ello.
– ?De acuerdo!
Rosa se puso en pie de un salto.
– Vamos a ordenar todo lo que nos servira de accesorios. No les he echado un vistazo desde hace mucho tiempo…
Trabajaron durante todo la manana; y Trembler, animado por el entusiasmo general, vendio un estereoscopio a un cliente que solo habia entrado para concertar cita para un retrato de medio cuerpo. Finalmente, a las doce, llego el reverendo Bedwell.
Sally estaba detras del mostrador en ese momento, escribiendo cartas de aviso para la gente que les debia dinero. Levanto la vista y vio la figura corpulenta del sacerdote de St. John; al principio no le reconocio, ya que llevaba un viejo abrigo de
– Perdone -dijo el reverendo-. Ya se que no es la ropa mas adecuada para hacer una visita. Tengo mi habito en un armario, en la consigna de Paddington. Solo espero que pueda encontrar un compartimiento a la vuelta… No puedo presentarme en la parroquia vestido asi.
Rosa entro y Sally los presento, y de inmediato le invito a almorzar. Bedwell la miro un instante y acepto enseguida. Pronto estuvieron sentados a la mesa y, mientras comian el pan con queso y la sopa que Rosa habia preparado, les explico lo que habia planeado.
– Cogere un taxi hasta el Muelle del Ahorcado y le sacare de esa pension aunque sea a rastras. No se resistira, pero puede que la senora Holland si… De todas formas, lo traere aqui, si me lo permiten, para que la senorita Lockhart pueda enterarse de lo que mi hermano tiene que contarle. Luego nos iremos a Oxford.
– Vendre con usted -dijo Sally.
– No, no vendra -dijo el-. Mi hermano esta en peligro y tambien lo estaria usted si estuviese cerca de esa mujer.
– Vendre yo -se ofrecio Frederick.
– Magnifico. ?Ha boxeado alguna vez?
– No, pero solia practicar esgrima en el colegio. ?Cree que habra pelea?
– Por eso me he vestido asi. Es un poco embarazoso empezar a arrear punetazos vestido de sacerdote. Aunque la verdad es que no se lo que puede pasar.
– Tenemos un alfanje en el despacho del tio Webster -dijo Rosa-. ?Quereis cogerlo? Y a lo mejor deberia maquillarte de pirata, Fred, con un parche en un ojo, bigotes negros, espesos… y entonces ya estariais preparados para estereografiaros juntos.
– Ire tal cual -dijo Frederick-. Si quiero bigote, dejare que me crezca.
– ?Su hermano es totalmente identico a usted? -pregunto Rosa-. Es que he conocido a algunos gemelos que decian que eran identicos, pero al final no se parecian tanto.
– Absolutamente iguales, senorita Garland. Aparte del opio; ?y quien sabe? Si hubiese sido tentado de la misma manera que el, a mi tambien me hubiese podido suceder lo mismo. Pero… ?que hora es? Tendriamos que