– Gracias. ?Donde estaba?… Si, bien, lo que sucedio despues fue que oi un extrano ruido, un repiqueteo sobre mi cabeza, como si se tratara de grandes pero suaves gotas de lluvia cayendo sobre la cubierta. Pero no era lluvia: eran unos pies desnudos que la recorrian y, al cabo de un instante, oi un grito salvaje que procedia de Harding, que estaba al timon. Y luego otro sonido, esta vez de alguien destrozando madera…
»Subi las escaleras que daban a cubierta y permaneci escondido en la penumbra para observar lo que sucedia.
»El barco se estaba hundiendo. Seis o siete demonios chinos estaban haciendo trizas los botes salvavidas, y dos o tres de nuestros tripulantes estaban tirados en el suelo, cubiertos de su propia sangre. El barco estaba ya tan escorado que vi a uno de esos cuerpos sin vida que se empezaba a mover, como si estuviera vivo, pero que en realidad resbalaba lentamente por la cubierta hacia el agua, que poco a poco iba subiendo para engullirlo…
»Aunque viviera cien anos nunca olvidare la imagen de ese barco. Aun la llevo dentro, incluso la veo mas claramente que esta habitacion; solo tengo que cerrar los ojos y aparece ante mi… El mar lleno de luz, resplandeciendo con todos los colores del arco iris, como una enorme y lenta exhibicion de fuegos artificiales, y como una lluvia de brillantes rayos todo aquello que caia en el agua, y una temblorosa linea de fuego blanco rodeando los limites del barco; el perfil obscuro e inmovil del junco un poco mas alla; y por encima, las estrellas, tambien de todos los colores: rojas y amarillas, y azules y blancas; y los muertos ensangrentados en la cubierta, y los piratas destrozando de forma salvaje los botes y la sensacion de hundimiento, de caida lenta en ese gran bano de luz…
»Soy adicto a una droga terrible, senorita Lockhart; he pasado mas dias y noches sumido en suenos extranos de las que yo mismo pudiera imaginar; pero nada de lo que he visto bajo sus efectos me ha parecido mas raro o mas terrible que esos pocos minutos que pase en la cubierta de la goleta
»Y entonces note una mano que me agarraba la manga. Volvi la cabeza y alli estaba el sirviente Perak, con el dedo en los labios.
»-Venga conmigo, Bedwell -me dijo susurrando, y le segui, indefenso como un bebe. Solo Dios sabe como lo habia conseguido, pero habia arriado y bajado al agua el bote del capitan, que estaba alli flotando, tambaleandose en la parte de popa de la goleta. Subimos a el y remamos para alejarnos de alli, solo una pequena distancia. ?Hubiese tenido que quedarme? ?Deberia haberme enfrentado a esos piratas y sus alfanjes, desarmado? No lo se, senorita Lockhart; no lo se…
»Entonces los piratas se fueron, subieron a su bote y se alejaron remando. La
»Pero cuando solo nos faltaban cincuenta metros para alcanzarlos, aparecieron los tiburones. ?Pobres diablos! No tenian forma de huir. Eran todos unos incompetentes, unos vagos, pero no habia ninguna maldad en ellos; y ya estaban condenados antes de empezar el viaje…
»Muy pronto nos encontramos solos. El mar estaba cubierto de restos del naufragio, remos astillados y palos rotos. Vagamos a la deriva en medio de todo aquello, sintiendo… nada. Sintiendo todo el cuerpo entumecido. Sabeis, creo que incluso me quede dormido.
»No tengo ni idea de como paso esa noche; ni tampoco de por que la suerte me volvio a acompanar al dia siguiente, cuando un barco de pesca malayo nos recogio. No teniamos ni comida ni agua, no hubiesemos sobrevivido mas de veinticuatro horas.
Nos dejaron en tierra en su pueblo y entonces nos dirigimos a Singapur. Y alli…
Bedwell se detuvo y se froto los ojos por el cansancio. Pero los mantuvo cerrados y dejo la mano encima de ellos. Frederick dijo lentamente:
– ?Opio?
Bedwell asintio.
– Me dirigi a un fumadero y me abandone al humo. Una semana, dos semanas, ?quien sabe? Perdi tambien a Perak. Lo perdi todo. Luego reaccione, y consegui embarcarme en un barco a vapor que se dirigia a Londres, y… bien, el resto ya lo conocen.
»Ahora ya saben por que se hundio la goleta. No fue a causa de un arrrecife o de un tifon; ni por el seguro.
»Y esto es lo que creo: se habia extendido la noticia de que el senor Lockhart estaba a bordo, buscando, haciendo preguntas. Alguien dio ordenes de crear confusion con respecto al cargamento que debiamos llevar para mantener el barco durante una semana en el puerto, mientras Ah Ling y su sanguinaria tripulacion se apresuraban para salir a nuestro encuentro.
»Hundieron el barco simplemente para ocultar el asesinato de su padre. Una muerte aislada hubiese parecido sospechosa, pero una entre muchas en un naufragio, especialmente si no hay nadie que pueda observar…, bueno, parece mas bien obra del Senor.
»Lo que no puedo entender son los dos dias de navegacion hacia Singapur. Pero una de las cosas que he aprendido en Oriente es que nada se hace sin ningun motivo; algo los hizo esperar hasta la noche del treinta, a pesar de que nos hubiesen podido atacar antes, en cualquier momento… Aunque creo que en realidad estaban esperando a que nos alejaramos de las rutas maritimas.
«Alguien lo organizo todo. Alguien poderoso y sin piedad; quiza de Singapur. Intuyo que la sociedad secreta de la que os he hablado esta detras de todo esto. Aplican los peores castigos a sus enemigos y a los que los traicionan.
– Pero ?que esconden…?
Se hizo el silencio.
Sally se levanto, cruzo la cocina y se dirigio hacia la estufa. Echo una pala llena de carbon sobre las ascuas y las removio hasta reavivar el fuego.
– Senor Bedwell, ?es posible…?, cuando toma opio, quiero decir, ?es posible que recuerde cosas que haya olvidado?
– Me ha pasado muchas veces. Como si las estuviera viviendo otra vez. Pero no necesito opio para recordar esa noche en la que la goleta
– Oh…, es algo que he oido. Pero hay otra cosa: esas sociedades secretas. Triades… Se llaman asi, ?verdad?
– Eso es.
– ?Y ha dicho que los agentes de la compania eran miembros de una de ellas?
– Corrian rumores.
– ?Sabe cual era?
– Si. Lo recuerdo. Y fue cuando oi hablar de Ah Ling, el pirata. Se decia que era el jefe de esa misma sociedad. Se llamaba Fan Lin Society, senorita Lockhart… «Las Siete Bendiciones».
La chica y las armas
A la manana siguiente, Sally salio a dar un paseo y reflexionar sobre lo que Matthew Bedwell le habia contado. El ambiente era frio y humedo, y la neblina parecia que amortiguara el ruido del trafico. Lentamente, la chica se iba acercando al Museo Britanico.
Asi que… su padre habia sido asesinado…
Lo habia sospechado desde el principio, por supuesto, y la historia de Bedwell no hacia mas que confirmar lo que siempre habia temido.
Aunque sabia sin lugar a dudas lo que significaba la frase «Las Siete Bendiciones», ese nuevo elemento comportaba una mayor dificultad para desentranar el misterio. ?Que relacion tenia esa sociedad con una compania naviera? ?Y que secreto de gran valor se escondia detras de la muerte de todos esos hombres? Higgs lo sabia,