Craig interrogaba a Syd acerca de su agencia y lo compadecia por el dinero perdido en la obra de Leila.
– A nosotros tambien nos fue mal -dijo. Miro a Cheryl y le sonrio-. Y creemos que fuiste muy buena en querer salvar la nave, Cheryl.
«?Por amor de Dios, no se lo des todo!», sintio deseos de gritarle a Craig. Pero todos sonreian con satisfaccion. El era el extrano del grupo, el extraterrestre. Podia sentir la mirada de los demas puesta en el. Casi podia sentir los comentarios hechos
No necesariamente.
Impaciente, Ted miro hacia la bahia. El puerto estaba lleno de botes, grandes, pequenos, veleros, yates. De nino, cada vez que su madre podia, lo llevaba a visitar el puerto. Era el unico lugar donde ella se sentia feliz.
– La familia de la madre de Ted es de Monterrey -le decia Craig a Henry Bartlett.
Ted volvio a sentir esa salvaje irritacion que Craig le provocaba desde hacia un tiempo. ?Cuando habia comenzado? ?En Hawai? ?Antes que eso? «No leas mis pensamientos. No hables por mi. Estoy harto de todo eso.» Leila siempre le preguntaba si no estaba cansado de tener al
– Como sabeis, todos sois testigos potenciales para la defensa de Teddy. Es obvio que podais testificar por la escena en «Elaine’s». Pero en el estrado, quisiera que me ayudarais a pintar, para el jurado, un cuadro mas completo de Leila. Todos conoceis su imagen publica. Pero tambien sabeis que era una mujer muy insegura, que no tenia fe en si misma y que la perseguia el fantasma del fracaso.
– Una defensa al estilo de Marilyn Monroe -sugirio Syd-. Con todas las locas historias que se tejieron sobre la muerte de la Monroe, todos terminaron aceptando que pudo haberse suicidado.
– Exacto -afirmo Bartlett con una sonrisa amistosa-. Ahora, la cuestion es saber el motivo. Syd, cuentame sobre la obra.
Syd se encogio de hombros.
– Era perfecta para ella. Podia haber sido su historia. A ella le encantaba el libreto. Y los ensayos comenzaron muy bien. Solia decirle que podiamos estrenar en una semana. Y luego sucedio algo. Llego al teatro deshecha a las nueve de la manana y, a partir de entonces, todo fue cuesta abajo.
– ?Miedo al publico?
– Muchos sufren este miedo. Helen Hayes vomitaba antes de cada representacion. Cuando Jimmy Stewart terminaba una pelicula, estaba seguro de que nunca le pedirian que actuara en otra. Leila vomitaba y estaba preocupada. Asi es el negocio.
– Eso es justo lo que no quiero oir en el estrado -lo interrumpio Henry con desagrado-. Trato de pintar el cuadro de una mujer con un problema de alcoholismo que sufria de una profunda depresion.
Un adolescente estaba de pie detras de Cheryl.
– ?Podria darme su autografo? -Coloco un menu delante de ella.
– Por supuesto -acepto Cheryl radiante y estampo su firma.
– ?Es verdad que tendra el papel de Amanda en la nueva serie?
– Eso espero. Manten los dedos cruzados. -La mirada de Cheryl bebio profundamente la admiracion del adolescente.
– Estara fantastica. Gracias.
– Si tan solo hubiesemos filmado esto para enviarselo a Bob Koening -comento Syd con sequedad.
– ?Cuando lo sabras? -pregunto Craig.
– Tal vez en los proximos dias.
Craig alzo su copa.
– Por Amanda.
Cheryl lo ignoro y se volvio hacia Ted.
– ?No piensas brindar?
Ted levanto el vaso.
– Por supuesto. -Y lo decia en serio. La esperanza que se dibujaba en sus ojos era conmovedora. Leila siempre le habia hecho sombra a Cheryl. ?Por que mantuvieron la farsa de una amistad? ?Era tal vez que la infatigable busqueda de Cheryl por superar a Leila era un desafio para Leila, un estimulo constante que le hacia bien y la mantenia en forma?
Cheryl debio de ver algo en el rostro de Ted porque le rozo la mejilla con los labios. Y esta vez, el no se aparto.
Fue despues del cafe que Cheryl apoyo los codos sobre la mesa y reclino la cabeza en las manos. El champana que habia bebido le nublaba la mirada y ahora sus ojos parecian encendidos con promesas secretas. Tenia la voz un tanto pastosa cuando le dijo a Bartlett:
– Supongamos que Leila creia que Ted queria dejarla por otra mujer. ?Eso ayudaria en la teoria del suicidio?
– No tuve nada que ver con ninguna otra mujer -respondio Ted con tono rotundo.
– Querido, esto no es
– Si tuvieramos una prueba de que Ted estaba interesado en otra persona, y que Leila lo sabia, le dariamos una razon para que estuviera desalentada. Destruiriamos la declaracion del fiscal de que Ted mato a Leila porque ella lo rechazo. ?Me estas diciendo que habia algo entre tu y Ted antes de que Leila muriera? -pregunto Bartlett esperanzado.
– Yo respondere a eso -irrumpio Ted-. ?No!
– No me habeis escuchado -protesto Cheryl-. Dije que podria tener pruebas de que Leila creia que Ted estaba a punto de dejarla por otra mujer.
– Cheryl, sugiero que te calles. No sabes de que estas hablando -le dijo Syd-. Ahora, vamonos de aqui. Has bebido demasiado.
– Tienes razon -dijo Cheryl en tono amistoso-. No siempre la tienes, Syd, querido, pero esta vez, si.
– Un momento -interrumpio Bartlett-. Cheryl, a menos que esto sea una especie de juego, sera mejor que pongas tus cartas sobre la mesa. Cualquier cosa que nos aclare el estado mental de Leila es vital para la defensa de Ted. ?A que llamas «prueba»?
– Quizas algo que ni siquiera le interese -respondio Cheryl-. Lo consultare con la almohada.
Craig hizo senas para que le llevaran la cuenta.
– Tengo la sensacion de que esta conversacion es una perdida de tiempo.
Eran las nueve y media cuando la limusina los dejo en «Cypress Point».
– Quiero que Ted me acompane a mi bungalow -dijo Cheryl.
– Yo te acompanare -se ofrecio Syd.
– Ted me acompanara -insistio ella.
Cheryl se reclino contra el mientras se dirigian a su bungalow. Los invitados comenzaban a salir del edificio principal.
– ?No fue divertido salir juntos? -murmuro Cheryl.
– Cheryl, ?lo que dijiste sobre la «prueba» es otro de tus juegos? -le pregunto Ted mientras le apartaba un mechon de cabello negro del rostro.
– Me gusta cuando me tocas el cabello. -Habian llegado a su bungalow-. Entra, querido.
– No. Te saludare aqui.
Ella inclino la cabeza hasta que estuvo casi a la altura de sus labios. Bajo la luz de las estrellas, Cheryl lo miro con ojos radiantes. «?Habria simulado estar bebida?», se pregunto Ted.
– Querido -le susurro al oido-, ?no te das cuenta de que soy la unica que puede ayudarte a salir libre del juicio?
Craig y Bartlett se despidieron de Syd y se dirigieron a sus bungalows. Era obvio que Henry Bartlett estaba satisfecho.
– Parece como si Teddy hubiera por fin captado el mensaje. Tener a esa damita de su lado en el juicio sera importante. ?Que habra querido decir con eso de que Ted estuviera complicado con otra mujer?