contornos como una muneca, pero ahora la habian convencido de que eso no era necesario. Dejo el pincel y estudio los resultados.
En cierto modo, se sentia un poco culpable por estar tan contenta mientras aquella agradable dama yacia en la morgue. Pero ella tenia setenta y un anos. Alvirah trato de convencerse. «Debio de haber sido muy rapido. Es asi como quiero que sea cuando me llegue el turno», penso. Aunque no esperaba que sucediera demasiado pronto. Tal como solia decir su madre. «Nuestras mujeres son duras de roer.» Su madre tenia ochenta y cuatro anos y seguia jugando a los bolos todos los miercoles por la noche.
Cuando Alvirah quedo conforme con el maquillaje, saco el cassette de la maleta y coloco la cinta de la cena del domingo. Mientras escuchaba, fruncio el entrecejo. Es gracioso cuando se escucha a la gente, se tiene una perspectiva diferente de cuando se esta con ella. Como Syd Melnick, que supuestamente era un gran agente pero dejaba que Cheryl Manning lo manipulara a gusto. Y ella podia ser tan cambiante…, un momento le protestaba a Syd Melnick por el agua que ella misma se habia derramado, y al siguiente era toda dulzura para preguntarle a Ted si alguna vez podia ir con el a ver el gimnasio Winters en el colegio Dartmouth. «Dart-muth -penso Alvirah-, y no Dart-mouth.» Craig Babcock la habia corregido. Tenia una voz tan agradable y calma. Ella le habia dicho:
– Parece tan educado.
– Tendria que haberme conocido en la adolescencia -le respondio el riendo.
La voz de Ted Winters era tan refinada. Alvirah sabia que no habia tenido que trabajar en ello. Los tres tuvieron una agradable conversacion sobre el tema.
Alvirah reviso su microfono para cerciorarse de que estuviera en su lugar, en el centro del broche e hizo un comentario:
– Las voces -declaro- dicen mucho sobre las personas.
Se sorprendio al oir sonar el telefono. Apenas eran las nueve, hora de Nueva York, y se suponia que Willy estaba en la reunion del sindicato. Ella hubiera querido que dejara el trabajo, pero el le pidio tiempo. No estaba acostumbrado a ser un millonario.
Era Charley Evans, el editor de trabajos especiales del
– Trabaja a la perfeccion -le aseguro Alvirah-. Estoy pasandolo muy bien y conociendo a gente interesante.
– ?Alguna celebridad?
– Oh, si. -Alvirah no pudo evitar jactarse-. Me trajeron desde el aeropuerto en una limusina con Elizabeth Lange, y estoy en la misma mesa que Cheryl Manning y Ted Winters. -Del otro lado de la linea se oyo que contenian el aliento, para satisfaccion de Alvirah.
– ?Me esta diciendo que Elizabeth Lange y Ted Winters estan juntos?
– Oh, no exactamente juntos -se apresuro a explicar Alvirah-. De hecho, ella ni siquiera se le acerco. La senorita Lange pensaba regresar de inmediato, pero queria ver a la secretaria de su hermana. El unico problema es que fue hallada muerta esta tarde en la casa de banos.
– Senora Meehan, aguarde un minuto. Quiero que repita todo lo que acaba de decirme, y despacio. Alguien va a tomar nota de todo.
9
A peticion de Scott Alshorne, el forense del condado de Monterrey realizo una autopsia inmediata de los restos de Dora Samuels. La muerte se habia producido por una severa lesion en la cabeza, presion en el cerebro por fragmentos de craneo, lo que habia contribuido a causar un ataque considerablemente severo.
En su oficina, Scott estudio el informe de la autopsia en silencio y trato de sintetizar las razones que le hacian sentir que habia algo siniestro en la muerte de Dora Samuels.
Esa casa de banos. Parecia un mausoleo; y termino siendo el sepulcro de Sammy. ?Quien diablos se creia que era el marido de Min para haberle encajado eso a ella? Inconscientemente, Scott penso en el concurso que Leila habia llevado a cabo para ver si debia apodarlo «soldadito de plomo» o «soldadito de juguete». Al ganador, lo invito con la cena.
?Por que Sammy estaba en la casa de banos? ?Habia entrado alli sin motivo alguno? ?Planeaba encontrarse con alguien? No tenia sentido. La electricidad no habia sido conectada. Seguramente estaba muy oscuro.
Min y Helmut declararon que la casa de banos debia haber estado cerrada. Pero tambien admitieron que tuvieron que salir de alli apresuradamente la tarde anterior.
– Min estaba molesta por los costos totales -explico Helmut-. Estaba preocupado por su estado emocional. Es una puerta muy pesada; es posible que no la haya cerrado bien.
La muerte de Sammy fue causada por las heridas en la parte posterior de la cabeza. Habia caido hacia atras a la piscina. ?Habia caido o la habian empujado? Scott se puso de pie y comenzo a caminar de un lado a otro de la oficina. Una prueba practica, si no cientifica, podia demostrar que las personas no suelen caminar hacia atras a menos que esten huyendo de algo o de alguien…
Volvio a sentarse detras de su escritorio. Se suponia que debia asistir a una cena con el alcalde de Carmel. Pero no iria. Regresaria a «Cypress Point» para hablar con Elizabeth Lange. Tenia el presentimiento de que ella sabia el motivo por el que Sammy habia regresado a la oficina a las nueve y media de la noche y cual era el documento tan importante que debia fotocopiar.
Durante el camino a «Cypress Point», dos palabras bailaban en su mente:
?Caido?
?Empujado?
Luego, cuando paso junto al «Pebble Beach Lodge», se dio cuenta de aquello que lo habia estado molestando. ?Era la misma cuestion que llevaba a Ted Winters a juicio, acusado de homicidio!
10
Craig paso el resto de la tarde en el bungalow de Ted revisando la abultada correspondencia que le habian enviado de su oficina de Nueva York. Con practica, reviso notas, informes y proyectos. A medida que leia, su expresion se tornaba cada vez mas hostil. Ese grupo de «Harvard y Wharton Business M.B.A.» que Ted habia contratado hacia un par de anos era una continua preocupacion. Si se hubieran salido con la suya, Ted estaria construyendo hoteles en plataformas espaciales.
Por lo menos, habian tenido la inteligencia suficiente como para darse cuenta de que no podian acudir mas a Craig. Las notas y cartas estaban todas dirigidas a el y Ted juntos.
Ted regreso a las cinco. Era obvio que la caminata no lo habia calmado. Estaba de mal humor.
– ?Hay alguna razon por la que no puedas trabajar en tu bungalow?
– Ninguna, excepto que me parecio mas facil estar aqui por ti. -Craig le indico algunos papeles-. Me gustaria que vieras algunas cosas.
– No me interesa. Haz lo que te parezca mejor.
– Creo que lo «mejor» seria que te tomaras un whisky y te relajaras un poco. Y creo que lo «mejor» para las «Empresas Winters» es deshacerse de estos dos estupidos de «Harvard». Sus cuentas de gastos parecen un robo a mano armada.
– No quiero tratar eso ahora.
Bartlett llego enrojecido despues de haber pasado toda la tarde al sol. Craig noto la forma en que Ted apreto la boca ante el saludo de Bartlett. Luego se tomo el primer whisky de un trago y no protesto cuando Craig volvio a llenarle la copa.
Bartlett queria discutir la lista de testigos de la defensa que Craig le habia preparado. Se la leyo en voz alta: un resonante conjunto de nombres famosos.
– Falta el Presidente -dijo Ted con tono sarcastico.