naturales. La segunda carta anonima que llevaba ha desaparecido.
»Usted fue al escritorio de Sammy y dejo la cuenta escrita con la palabra PAGADO. Habia una carta anonima encima de toda la correspondencia. Y luego la carta desaparecio. Supongamos que alguien mas pudo haber entrado en el area de recepcion tan calladamente que, a pesar de que la puerta estaba abierta, ni Min, ni el baron, ni Sammy, la oyeron entrar. ?No le parece bastante improbable? -No estaba de acuerdo con Cheryl acerca de que Min y el baron hubieran tenido acceso al escritorio de Sammy cuando ella no estaba presente. Se sintio gratificado al ver un dejo de alarma en la mirada de Cheryl. Se paso la lengua por los labios con un gesto nervioso.
– ?No estara sugiriendo que tuve algo que ver con la muerte de Sammy?
– Estoy sugiriendo que usted tomo la primera carta del escritorio de Sammy y la quiero ahora. Es una prueba del Estado en un juicio por asesinato.
Ella aparto la mirada y, mientras Scott la estudiaba, descubrio una expresion de panico en su rostro. Siguio la mirada de Cheryl y vio restos de papel chamuscado junto al zocalo inferior de la pared. Cheryl se arrojo desde el sofa para alcanzarlos, pero el fue mas rapido.
El trozo de papel barato tenia pegadas tres palabras:
Scott cogio su cartera y guardo con cuidado el trozo de papel.
– Asi que fue usted quien robo la carta -le dijo-. Destruir una prueba es un crimen, y puede ir a la carcel por ello. ?Donde esta la otra carta? ?La que Sammy llevaba consigo? ?Tambien la destruyo? ?Y como se la saco? Sera mejor que se consiga un abogado, senorita.
Cheryl lo aferro de un brazo.
– Scott, por Dios, juro que yo no escribi esas cartas. Juro que la unica vez que vi a Sammy fue en la oficina de Min. Muy bien. Saque la carta del escritorio de Sammy. Pense que podria ayudar a Ted. Se la mostre a Syd. El dijo que pensarian que yo las escribi. El la rompio, no yo. Juro que es todo lo que se. -Le caian lagrimas por las mejillas-. Scott, cualquier publicidad, cualquier publicacion sobre todo esto podria arruinar mis posibilidades de conseguir el papel de Amanda. Scott, por favor.
– No me importa una mierda si la publicidad le arruina la carrera, Cheryl. ?Por que no hacemos un trato? Pospondre un poco el interrogatorio formal para que pueda pensar. Tal vez, de repente mejore su memoria. Por su bien, eso espero.
4
Aliviado, Syd se dirigio a su bungalow. Ted le prestaria el dinero. Habia sido tan tentador exagerar la historia, decir que Ted habia admitido haber matado a Leila. Pero en el ultimo momento, cambio de parecer y cito las palabras textuales de Ted. Dios. Ted habia sonado lugubre cuando hablo asi de su padre esa noche. Syd seguia sintiendo un rechazo violento en el estomago cuando pensaba que habia corrido tras el. Era obvio que Ted se encontraba en un estado psicotico. Despues de la muerte de Leila, habia aguardado para ver si le mencionaba ese encuentro. Su reaccion de hoy corroboraba que no recordaba el incidente.
Cruzo por el cesped, eludiendo adrede el camino. No queria conversar con nadie. Habia llegado gente nueva el dia anterior entre la que pudo reconocer a un joven actor que habia dejado sus fotografias en la agencia y lo llamaba constantemente. Se pregunto que vieja le estaria pagando la estancia. Ese dia, Syd no queria perder su tiempo en busca de posibles clientes.
Lo primero que hizo al llegar a la intimidad de su cabana fue prepararse una copa. La necesitaba. Y la merecia. La segunda, fue llamar a la persona que le habia hablado esa manana.
– Tendre el dinero para el fin de semana -dijo con una nueva confianza.
Solo le faltaba que Bob Koening lo llamara. Sono el telefono antes de que terminara de pensar en ello. La operadora le pidio que aguardara un momento para hablar con el. Syd sintio que le empezaban a temblar las manos. Se miro en el espejo. Su expresion no era del tipo que inspiraba confianza en Los Angeles.
Las primeras palabras de Bob fueron:
– Felicitaciones, Syd.
«?Cheryl habia conseguido el papel!» Syd comenzo a sacar porcentajes mentalmente. Con dos palabras, Bob lo habia llevado de nuevo a los buenos tiempos.
– No se que decir. -Su voz se torno mas fuerte, mas confiada-. Bob, te aseguro, has hecho la eleccion correcta. Cheryl sera fantastica.
– Ya lo se, Syd. La conclusion es que en lugar de arriesgarnos a cualquier mal comentario de la Prensa sobre Margo, decidimos elegir a Cheryl. Hablare con ella. ?Mira si ahora se convierte en un exito de taquilla? Es lo que dijeron acerca de Joan Collins y mira lo que ha hecho.
– Bob, es lo que estuve diciendote desde un principio.
– Sera mejor que no nos equivoquemos. Arreglare una conferencia de Prensa para Cheryl en el «Beverly Hilton» para el viernes por la tarde, alrededor de las cinco.
– ?Alli estaremos!
– Syd, esto es muy importante. De ahora en adelante, trataremos a Cheryl como una superestrella. Y a proposito, dile que se pegue una sonrisa a la cara. Amanda es un personaje fuerte, pero carinoso. No quiero leer ninguna noticia mas de problemas con camareros o choferes. Hablo en serio.
Cinco minutos despues, Syd se enfrentaba a una Cheryl Manning histerica.
– ?Quieres decir que admitiste haber cogido esa carta, maldita estupida? -La tomo por los hombros-. Cierra la boca y escuchame bien. ?Hay alguna otra carta?
– Sueltame, me estas haciendo dano. No lo se. -Cheryl trato de soltarse-. No puedo perder ese papel. No puedo. Yo soy Amanda.
– ?Por supuesto que no! -Syd la empujo hacia atras y Cheryl cayo sobre el sofa.
La furia reemplazo el temor. Cheryl se echo hacia atras el cabello y apreto los dientes con fuerza. Su boca adopto una expresion amenazadora.
– ?Siempre empujas cuando estas enojado, Syd? Sera mejor que entiendas bien esto. Tu fuiste quien rompio esa carta. No yo. Yo no escribi esa carta ni ninguna otra. Scott no me cree. Asi que tu iras a verlo y le diras la verdad: que planeaba darle esa carta a Ted para ayudarlo en la defensa. Sera mejor que lo convenzas, ?me has oido, Syd? Porque el viernes, no estare aqui. Estare en la conferencia de Prensa y no quiero que haya un solo murmullo que me relacione con cartas anonimas o pruebas destruidas.
Intercambiaron una mirada. Con gran frustracion, Syd se dio cuenta de que ella podria estar diciendo la verdad y que al destruir la carta, podria haber arruinado su carrera. Si cualquier comentario desfavorable llegaba a la Prensa… Si Scott se negaba a que Cheryl abandonara «Cypress Point»…
– Tengo que pensar -dijo-. Ya vere que hago.
Le quedaba una ultima carta.
La cuestion era saber como jugarla.
5
Cuando Ted regreso a su bungalow, encontro a Craig y Bartlett esperandolo. Un alegre Bartlett parecio no notar su silencio.
– Creo que hemos encontrado una salida -anuncio. Cuando Ted tomo su lugar en la mesa, le conto acerca del descubrimiento de la agenda de Leila-. Ella misma escribio los lugares donde tu y Elizabeth estuvisteis juntos. ?La viste cada vez que estuviste alli?
Ted se reclino en la silla, coloco las manos detras de la cabeza y cerro los ojos. Parecia todo tan lejano…
– Ted, por fin puedo ayudarte en algo. -El entusiasmo de Craig tenia una calidad que desde hacia tiempo no se notaba en su voz y su postura-. El programa de Elizabeth sobre el escritorio. Puedo jurar que ajustabas tus viajes