– Se lo dije al hermano Angelo pero se rio de mi. -Godric reclino la cabeza sobre el cojin-. Eso es todo lo que se y ahora el viejo Godric tiene que dormir. -El mendigo giro la cara hacia el otro lado.

Corbett y Ranulfo salieron de la enfermeria. Siguieron al hermano Angelo, bajaron las escaleras y salieron al patio, todavia abarrotado de gente.

– ?Habiais escuchado antes historias como esas? -interrogo Corbett.

– Solo he oido ese tipo de chismes a Godric -contesto el fraile-. Pero, sir Hugo -el rostro lugubre y rechoncho del hermano adopto un semblante solemne-, Dios sabe si dice todas esas cosas en su sano juicio. -Levanto una de sus manazas en senal de bendicion-. Ahora me despido de vos.

Corbett y Maltote salieron del hospital y se adentraron en Broad Street. Ya no habia tanto gentio, porque las facultades estaban abiertas y los estudiantes habian volado hacia alli para atender a sus primeras clases de la manana. Corbett le hizo a Ranulfo atravesar la calle, pisando con cuidado sobre la tabla de madera que habian colocado encima del gran albanal que olia a rayos y que cortaba el paso centrico de la via.

Fuera de la taberna de Las Chicas Alegres, un vendedor, que tenia su puesto al lado del de un barbero, arrojaba intestinos y tripas en medio de la calle. Al lado de la parada, un cazador de ratas encapuchado, con sus perros de mirada feroz sentados a su lado, buscaba clientes y chillaba acallando el ruido de la calle:

– ?Ratas o ratones! ?Teneis ratas, ratones, arminos o tejones? ?Tal vez teneis algun cochino con flemones? ?Sin mas acabo con ellos y hasta con los moruecos! ?Elimino a todo bicho que sale y entra de cualquier hueco!

El hombre carraspeo y escupio; estaba a punto de volver a empezar pero se hizo a un lado para dejar pasar a Corbett y Ranulfo, que se abrian camino entre la multitud.

– ?Teneis ratas, senor? -pregunto el tipo.

– ?Oh, si! -contesto Ranulfo-, pero no sabemos donde y ademas tiene dos patas.

Antes de que el hombre, atonito, pudiera responder, Ranulfo siguio a Corbett y entro con el en la taberna. El dueno, moviendose de un lado para otro con su sucio delantal como una rama meneada por el viento, les enseno el cuarto que Ranulfo habia alquilado: una habitacion que olia a rayos con una cama hecha de paja, una mesa, un banco y dos taburetes. Ranulfo se tumbo en la cama pero pego un brinco de inmediato maldiciendo las pulgas que empezaban a subirle por las piernas. Corbett abrio su zurron y saco sus instrumentos para escribir: una pluma, una piedra pomez y un cuerno lleno de tinta.

– ?Que vamos a hacer ahora, amo? -pregunto Ranulfo malhumorado.

Corbett sonrio.

– Estamos en Oxford, Ranulfo, asi que sigamos el metodo socratico. Establezcamos una hipotesis y pensemosla con detenimiento.

Hizo una pausa cuando una tabernera llamo a la puerta y les pregunto si deseaban algo para comer o beber. Corbett dijo que no pero le dio las gracias de todos modos.

– Empecemos -dijo-. Tenemos al Campanero, un traidor que escribe proclamas con motivo de la muerte hace anos de De Montfort. Las cuelga en las puertas de las iglesias o de las universidades por toda la ciudad. Segun parece, siempre lo hace por la noche.

El Campanero dice que vive en Sparrow Hall. En consecuencia, ?cual es la pregunta que cabe plantearse?

– No entiendo -interrumpio Ranulfo-. ?Por que no podemos descubrir la identidad del Campanero por la escritura y el estilo de las cartas?

Corbett mojo su pluma en la tinta del cuerno abierto y escribio algo con detenimiento en el pergamino. Se lo paso a Ranulfo, que hizo un mohin y se lo devolvio.

– El Campanero -declaro-. Es la misma caligrafia; uno podia pensar que se trata de la misma persona.

– Precisamente -concluyo Corbett-, la mano de un escribano, Ranulfo, como sabeis, es anonima. A todos los escribanos de la cancilleria o de la tesoreria se les ensena que plumas deben utilizar, que tipo de tinta escoger y como escribir las letras. El Campanero se ha aprovechado de todo eso para esconderse. Incluso aunque encontraramos al autor de estos escritos, no podriamos asegurar que se trata del Campanero.

– Pero ?por que dice que vive en Sparrow Hall? -pregunto Ranulfo intrigado.

Corbett se balanceo en su taburete.

– Si, eso me tiene confundido. ?Por que mencionar Sparrow Hall? ?Por que no la iglesia de San Miguel o Santa Maria o incluso la prision de Bocardo?

– ?Tal vez por la maldicion? -sugirio Ranulfo-. Quizas el Campanero la conoce y no solo desea reirse del rey, sino de la memoria de sir Henry Braose, que fundo Sparrow Hall.

– Si, es posible -contesto Corbett-. Hay un tono de mofa detras de esas proclamas, asi como un cerebro muy ingenioso. El Campanero debe de ser de otro lugar, pero desea que de este modo el rey castigue y arrase Sparrow Hall. Sin embargo -se rasco la cabeza-, sospechamos que el Campanero se encuentra en Sparrow Hall, pues Copsale murio misteriosamente en su lecho, Ascham, en la biblioteca, Passerel fue envenenado en la iglesia de San Miguel y Langton murio ayer por la noche.

– Si -anadio Ranulfo-. El asesinato de Langton parece corroborar que el asesino se encuentra en Sparrow Hall.

– Pero continuemos -animo Corbett-. El Campanero se dedica a ir colgando sus proclamas y parece que lo hace por la noche. Ahora bien, ?quien podria colarse como un murcielago a traves de las calles?

– ?De Sparrow Hall? -pregunto Ranulfo-. Todos los profesores, incluyendo Norreys, son hombres de constitucion fuerte. Lady Mathilda, sin embargo, no tiene ninguna razon para odiar la universidad que fundo su hermano. No me la imagino escondiendose en las calles de Oxford por la noche cargada con esas proclamas.

– No olvides a Moth -apunto Corbett.

– No esta bien de la cabeza -anadio Ranulfo-. Es un sordomudo que no sabe ni leer ni escribir. Me di cuenta en la biblioteca ayer por la noche. Cogio un libro y lo estaba mirando al reves -sonrio-. ?Os lo imaginais, amo, por las calles de Oxford en medio de la oscuridad de la noche colgando las proclamas del Campanero al reves?

– Ya -acepto Corbett-. Luego estan los estudiantes liderados por el temible David ap Thomas. ?Os enfrentasteis a el ayer por la noche?

– No, amo; solo le asuste. Pero me di cuenta de algo: Ap Thomas calzaba botas, asi como el resto de sus companeros, y todos tenian briznas de hierba humeda pegada a los zapatos y la ropa. Ademas, Ap Thomas llevaba colgado una especie de amuleto alrededor del cuello y tambien algunos de sus companeros: eran circulos de metal con una cruz en el medio coronada por un trozo de cristal con forma de ojo.

– Una cruz que da vueltas -explico Corbett-. Las vi en Gales. Las llevan los creyentes de la antigua religion como recuerdo de los gloriosos dias de los druidas.

– ?Quienes?

– Unos frailes paganos -empezo a decir-. El historiador romano Tacito los menciona cuando habla de Anglesey: adoraban a unos dioses que vivian en los robles y les hacian ofrendas colgando a sus victimas sacrificadas de las ramas de los arboles.

– ?Como las cabezas de los mendigos?

– Si, podria ser -replico Corbett-. Y a todo eso hay que anadir las elucubraciones de Godric sobre fuegos y gente vestida de forma extrana practicando ritos de magia en los bosques. Pero ?se tratara del Campanero? -Se encogio de hombros-. Mantengamos nuestra hipotesis. ?Quien es el Campanero y como actua? -Respiro hondo-. Sabemos que Ascham estaba cerca de la verdad. Estaba buscando algo en la biblioteca pero se delato el mismo al Campanero. Ergo -Corbett se golpeo la mejilla con la pluma-. Ascham era un hombre mayor muy respetado. No estaba acostumbrado a ir a las facultades o a pasearse por Oxford; por lo tanto debio de comunicar sus sospechas a alguien de Sparrow Hall. -Se puso en pie, se paseo por el cuarto y miro a traves de la ventana-. Creo que podemos estar bastante seguros -concluyo- de que el Campanero vive en Sparrow Hall o en la residencia al otro lado de la calle.

– ?Pero que estaria buscando Ascham? -pregunto Ranulfo.

– Las pruebas que demostraran la conclusion a la que habia llegado -replico Corbett-. Parece ser que Ascham tenia algun libro sobre la mesa, pero alguien lo devolvio luego a las estanterias, algo que cualquiera de Sparrow Hall pudo hacer sin mayor complicacion. Ahora bien, continuemos. Ascham fue alcanzado por el cuadrillo de una ballesta que disparo el asesino, que le engano para que abriera la ventana de la biblioteca. Luego el Campanero lanza dentro su nota llena de desprecio. Ascham, sabiendo que esta muriendose, consigue alcanzarla, y empieza a escribir lo que parece ser el nombre de Passerel con su propia sangre. Pero ?por que debio de hacerlo?

– ?Ya lo se! -exclamo Ranulfo pegando un bote y dando una palmada entusiasmado-. Amo, ?como sabemos que Ascham escribio esas letras? ?Como sabemos que el asesino no se colo a traves de la ventana, cogio el dedo de

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