– ?Cierra la puerta, Telamon! ?Echa los cerrojos y pon la tranca!

– ?Me esperabas?

– Desde hace anos -replico la mujer-. He estado esperando tu llegada, o la de alguien como tu, desde hace mas anos de los que quiero recordar.

Antigona se levanto para acercarse a un estante y coger una copa. La lleno de vino y la llevo donde estaba Telamon, que, despues de cerrar la puerta con los cerrojos y la tranca, se habia sentado en un banco de piedra que recorria toda la pared. El fisico rechazo la copa. Antigona sonrio. Bebio un buen trago y a continuacion se la entrego para que la sostuviera.

– Has viajado desde muy lejos. Traes noticias de la gran victoria de Alejandro. Ya estoy enterada. Arsites fue muy torpe. El macedonio ha conseguido lo que deseaba. ?Ha venido para abrasar a los persas con el fuego divino! ?Todo esto se convertira en un infierno! -exclamo regresando a su silla y apartando el pergamino-. El templo es lo unico que cuenta. Tienes noticias mas urgentes, ?no es verdad, Telamon?

– Naihpat.

Antigona sonrio.

– Olvide cosas que habia aprendido -confeso Telamon-. En cambio, tu eres sacerdotisa de Atenea. Tu lo sabes todo al respecto. En una historia, Atenea adopta la forma humana, la de un rey llamado Taphian. Si le das la vuelta al nombre, un juego infantil muy popular, tienes Naihpat.

– ?Es tuya la deduccion?

– No, es de Hercules, el enano de Aristandro. Era un juego que le encantaba. No dejaba de invertir los nombres de las personas. Hizo lo mismo con Naihpat y se encontro con Taphian. ?Que paso despues? ?Vino a verte y te lo pregunto? ?Que hiciste tu, Antigona, Naihpat, Taphian? ?Lo sedujiste para llevarlo a uno de aquellos bosquecillos aislados en las llanuras de Sestos? ?Un rapido golpe en la cabeza seguido de un entierro en un pantano?

– ?Si lo hubiese hecho, su cuerpo no hubiese reaparecido en la superficie?

– No si lastraron el cuerpo con piedras. Estoy seguro de que yace en el fondo de una de aquellas cienagas, con piedras en los bolsillos y atadas al cuerpo. ?Yacera y se pudrira alli durante anos! Las preguntas del enano, su infinita curiosidad, silenciadas de una vez para siempre… ?Quien lo mato? ?Tu o Selena? ?Quiza fue Aspasia? Aquel dia, Hercules rondaba por el campamento; tu tienes que haberlo seguido, o mandaste que lo siguieran.

– ?Te ha enviado Alejandro?

– El lo sospecha.

Antigona se volvio en la silla para mirarle a la cara y bebio con elegancia un trago de vino.

– Es una historia muy curiosa. Son muy pocas las personas que conocen el nombre de Taphian o la leyenda ligada a el. Tienes razon, Hercules era un mono parlanchin. Vino a preguntarme si yo sabia quien era Taphian. Lo mande con viento fresco; le respondi que nunca habia escuchado ese nombre.

– Por supuesto. Si Hercules alguna vez se enterase de la leyenda, se habria preguntado como era que una sacerdotisa de Atenea no habia reconocido el nombre.

– ?Muy bien!

– ?Como empezo todo? -pregunto Telamon.

– Yo era una parienta lejana de la casa real de Macedonia, aunque naci en Atenas y me crie como tal. Mi padre trabajaba en el teatro.

– ?Donde leiste las obras de Euripides?

– Ah, si-respondio sonriendo-. ?Las citas! Entre al servicio de Atenea en un templo cercano a Corinto. Alli fue donde conoci a Filipo. Tenia el aspecto de un macho cabrio. ?Desde luego, olia como si lo fuera! -exclamo soltando una carcajada-. Tambien era igual de libidinoso. Sin embargo, me enamore de el enloquecidamente. El me mintio, por supuesto. Dijo que estaba cansado de Olimpia. Queria que viniera a Troya para convertirme en sacerdotisa de este templo, lo bastante lejos de Pella como para disfrutar de sus placeres sin problemas. Anadio que tenia un trabajo para mi, que podria venir a visitarme mientras planeaba la conquista de Persia. Troya seria su nuevo hogar. Yo seria su esposa. Todo era mentira, por supuesto -lamento mientras las lagrimas acudian a sus ojos-. Yo le amaba de verdad. Vine a Troya. Para todos, la virginal sacerdotisa de Atenea; en verdad, la amante de Filipo de Macedonia, o una de sus muchas queridas. Una vez aqui, me di cuenta de los verdaderos propositos de Filipo. Troya esta muy cerca del Helesponto, la encrucijada entre Grecia y Asia.

– ?Te convertiste en su espia?

– Me converti en su espia. La pasion de Filipo comenzo a menguar. La mia se hizo todavia mas fuerte, pero la dura realidad tambien resultaba cada vez mas clara: las visitas resultaban cada vez mas espaciadas y dejaron de llegar cartas, aunque siempre insistia en que le enviara noticias. Entonces una manana, un joven con la mirada extraviada, medio loco, se presento en el templo.

– ?Pausanias, el asesino de Filipo?

– Si. Tendria que haber borrado su nombre de la lista de visitantes, pero eso hubiera despertado sospechas - apunto Antigona echando una ojeada a la pequena habitacion-. Hubiese estado dispuesta a quedarme encerrada aqui, en un lugar como este, durante un millon de anos mientras Filipo me amara. Pausanias estaba loco de remate. Me lo conto todo, y no solo lo referente a la lascivia de Filipo -preciso volviendo a reir con una risa aguda-. Eso era algo que sabia todo el mundo. Has de saber que Pausanias tambien habia visitado a la madre de Alejandro -apunto antes de hacer una pausa-. Olimpia dio rienda suelta a toda su bilis. Hizo una lista de las conquistas de Filipo: mi nombre figuraba en primer lugar y, por ser la mas reciente, fui el objeto de su desprecio. Informo a Pausanias de como Filipo se habia vanagloriado de sus amorios conmigo. Tambien enveneno la mente de Pausanias contra Filipo y le revelo un secreto: Filipo iba a divorciarse de ella para casarse con alguna otra.

Antigona sujeto la copa contra su pecho: sus bellos ojos miraban a lo lejos. Telamon sospecho que la mujer habia repetido esta misma historia para sus adentros infinidad de veces, hasta que se la habia aprendido de memoria.

– Entonces comprendi que no solo habia sido seducida sino tambien enganada.

– ?Animaste a Pausanias para que asesinara a Filipo?

– No, no. Fue Olimpia quien encendio el fuego -aclaro Antigona desviando la mirada-. Pero, los dioses me perdonen, fui yo quien avivo las llamas: un momento de odio que despues lamente. Tambien decidi volver el juego en contra de Filipo. Todo el mundo viene a Troya. El rey de reyes, Dario, tiene a un hombre muy cerca de su mano derecha.

– ?Quien? -pregunto Telamon, llevado por la curiosidad.

– Dario lo llama Mitra y lo mantiene bien oculto. Le escribi a Dario para ofrecerle compartir secretos. Le di el nombre de Naihpat y dije que me encontraria en Troya. Luego me sente a esperar. A su debido tiempo, bueno, ya te puedes imaginar lo que paso. Aparecio Mitra, disfrazado como un mercader. Pregunto en el mercado. Los vendedores, por supuesto, lo enviaron al templo. ?Sabia yo quien era Naihpat? Me prometio proteccion, talentos de oro y, cuando lo deseara, un lugar de honor en la corte persa. Pero, mientras tanto -continuo apartandose un mechon de pelo que le caia sobre el rostro-, estaria a su servicio y al de su amo. Solo ellos dos conocerian mi existencia. A cambio, le prometi que le daria toda la informacion posible sobre el rey Filipo, la corte macedonia y, sobre todo, la proyectada invasion a Asia. En cuanto Filipo envio a Parmenio con la orden de establecer una cabeza de puente, mi utilidad aumento proporcionalmente. Los macedonios venian a visitarme con frecuencia. Yo, como era de recibo, visitaba su campamento. Me trataban con la consideracion debida a una pariente de Filipo, una sacerdotisa de Atenea, una griega. Me dieron su confianza y me revelaron secretos.

– ?Todo eso se lo comunicaste a Mitra?

– ?Por supuesto!

– ?Como lo hacias? ?Por carta?

– Algunas veces. Otras, el venia a visitarme.

– ?Como es posible? -pregunto Telamon-. Parmenio tenia sus espias. Sin duda el templo estaba vigilado.

– Troya es una ciudad muy antigua. Hay un pasadizo subterraneo que sale del templo y se comunica con las cuevas que estan mucho mas alla de los muros de la ciudad.

Telamon entrecerro los parpados.

– Ensene a Mitra las entradas. El pasadizo, muy antiguo y construido en la roca viva, es un camino seguro. Podia ir y venir a su antojo. Siempre se mostraba complacido con la informacion suministrada. Las intenciones de Filipo, las intrigas en la corte macedonia, el numero y la preparacion de las tropas, los movimientos y los suministros -manifesto encogiendose de hombros-. Por encima de todo lo demas, las intrigas de Olimpia contra su marido, el asesinato de Filipo y mi valoracion de Alejandro.

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