– Es una oferta tentadora -repuso Lexie-. De veras, me siento agasajada, pero no obstante, no le conozco lo suficientemente bien como para confiar en usted, senor Marsh.
Jeremy la observo ensimismado cuando ella le dio la espalda, entonces penso que no era la primera femina que intentaba mantener vigente la linea divisoria de la formalidad. Las mujeres que recurrian a la inteligencia para mantener a los hombres a raya solian tener un punto de agresividad, pero no sabia por que la reaccion de ella le transmitia como… como una sensacion agradable, carente de malicia. Quiza era su acento sureno, la sonoridad casi musical que conferia a las palabras. Probablemente era capaz de convencer a un gato para que atravesara el rio a nado.
No, se corrigio a si mismo, no se trataba meramente del acento. Ni de su inteligencia, que tanto le atraia. Ni siquiera de sus fascinantes ojos y lo atractiva que estaba con esos vaqueros. De acuerdo, cada uno de esos elementos formaba parte de su encanto, pero habia algo mas. ?El que? No la conocia, no sabia nada acerca de ella. Se dio cuenta de que apenas le habia contado nada sobre si misma. Habia hablado mucho sobre libros y sobre su madre, pero todavia era una absoluta desconocida.
Jeremy se sintio invadido por una repentina sensacion de desasosiego al darse cuenta de que, aunque estaba alli para redactar ese dichoso articulo sobre fantasmas, preferiria pasar las siguientes horas con Lexie en lugar de ponerse a trabajar. Deseaba pasear con ella por el pueblo, o incluso mejor, cenar juntos en un romantico restaurante alejado de Boone Creek, donde pudieran estar solos para conocerse mejor. Esa mujer irradiaba un aura de misterio, y a el le encantaban los misterios. Los misterios siempre culminaban en sorpresas, y mientras la seguia hacia la sala contigua, no pudo evitar pensar que ese viaje al sur se estaba convirtiendo en una experiencia ciertamente interesante.
La sala de los originales era pequena; probablemente habia sido una de las habitaciones de la casa solariega. Estaba atravesada por un tabique de madera que dividia la estancia de un extremo al otro. Las paredes estaban pintadas del color beis del desierto, con el borde ribeteado de color blanco, y el suelo de madera estaba un poco desgastado, sin llegar a poder considerarse deteriorado. Por detras del tabique sobresalian unas prominentes estanterias repletas de libros; en una de las esquinas descansaba una caja con tapa de vidrio que parecia el cofre de un tesoro, con un televisor y un equipo de video al lado, por lo que sin duda la caja debia de contener cintas de video sobre la historia de Carolina del Norte. En el extremo opuesto a la puerta descollaba un antiguo secreter de tapa deslizable emplazado debajo de una ventana. Justo a la derecha de Jeremy habia una mesita con una maquina de microfichas. Lexie se dirigio hacia el secreter, abrio el cajon inferior y luego regreso con una cajita de carton.
Deposito la caja en la mesita, hojeo rapidamente las laminas transparentes y extrajo una. Inclinandose hacia el, encendio la maquina y coloco la transparencia encima, moviendola delicadamente hasta que la transparencia quedo totalmente centrada. Jeremy pudo oler la dulce fragancia de su perfume, y un momento despues, el articulo aparecia delante de el.
– Puede empezar con esto -lo invito ella-. Mientras tanto ire buscando mas material que pueda serle util.
– Que rapidez -dijo el.
– No ha sido dificil. Se publico el dia en que naci.
– Asi que tienes veintiseis anos, ?no?
– Mas o menos. Bueno, voy a ver que encuentro.
Lexie se dio la vuelta y se dirigio hacia la puerta.
– ?Veinticinco?
– Se acerca, senor Marsh. Pero no me apetece jugar.
El solto una carcajada. Definitivamente, iba a ser una semana muy interesante.
Jeremy puso toda su atencion en el articulo y empezo a leer. Estaba escrito del modo que suponia: cargado de supercheria y de frases sensacionalistas, con suficiente altaneria como para sugerir que todo el mundo que vivia en Boone Creek era plenamente consciente de que el lugar era sumamente especial.
No obtuvo demasiada informacion nueva. El articulo cubria la leyenda original, narrandola practicamente del mismo modo que Doris lo habia hecho, con algunas ligeras variaciones. En el articulo, Hettie fue a ver a los comisionados del condado en lugar de al alcalde, y era oriunda de Luisiana, y no del Caribe. Lo mas llamativo era que lanzo la maldicion justo delante de la puerta del Ayuntamiento, lo que provoco enormes disturbios, y por ese motivo fue encarcelada. Cuando los guardias fueron a soltarla a la manana siguiente, descubrieron que se habia esfumado como por arte de magia. Despues de ese incidente, el sheriff se nego a arrestarla de nuevo, porque temia que tambien maldijera a su familia. Pero todas las leyendas eran similares: historias que habian pasado de boca en boca y que habian sufrido ciertas alteraciones con el fin de hacerlas mas sugestivas. Y tenia que admitir que la parte relativa a la desaparicion de Hettie por arte de magia era interesante. Deberia descubrir si realmente la habian arrestado y si se habia escapado.
Jeremy echo un vistazo por encima del hombro. Todavia no habia senales de Lexie.
Volvio a clavar la mirada en la pantalla y se pregunto si podria obtener mas informacion de la que Doris le habia contado acerca de Boone Creek. Movio la lamina de cristal que mantenia la microficha inmovil, y empezo a escudrinar el nuevo articulo que acababa de aparecer ante sus ojos. Las cuatro paginas contenian las noticias de por lo menos una semana -el periodico salia cada martes-, y rapidamente se puso al dia de todo lo que pasaba en el pueblo. Esos articulos locales eran francamente divertidos, a menos que uno quisiera saber lo que pasaba en el resto del mundo o deseara leer noticias con el suficiente interes como para mantener los ojos abiertos. Leyo la historia acerca de un joven que habia pintado la fachada del edificio de la asociacion de los Veteranos de Guerras en el Extranjero para lograr el derecho a convertirse en un Eagle Scout, un reportaje sobre la nueva tintoreria que acababan de inaugurar en Main Street, y un resumen de una reunion local en la que el punto mas destacado del orden del dia habia sido decidir si colocaban o no una senal de stop en Leary Point Road. La portada de dos dias seguidos estaba dedicada a un accidente de trafico, en el que dos habitantes de la localidad habian sufrido heridas leves.
Se arrellano en la silla.
Asi que el pueblo era tal y como lo habia imaginado: adormilado y i tranquilo y especial en el sentido de las pequenas comunidades, nada mas que eso. Era la clase de lugar que continuaba existiendo mas por la fuerza de la costumbre que por una cualidad especifica y unica, y que en las siguientes decadas empezaria a descomponerse poco a poco, cuando los jovenes se marcharan y solo quedara la gente mayor. Alli no habia futuro, no a largo plazo.
– ?Que tal va la lectura sobre nuestro bonito pueblo? -pregunto ella.
Jeremy dio un respingo, sorprendido al no haberla oido mientras se le acercaba por detras, y sintiendose extranamente melancolico a causa de la critica situacion que atravesaba el pueblo.
– Perfecto. Y debo admitir que es francamente interesante. Hay que tener agallas para hacer lo que hizo ese Eagle Scout.
– Jimmie Telson -apunto ella-. La verdad es que es un muchacho encantador, muy correcto y un extraordinario jugador de baloncesto. Lo paso muy mal cuando su padre murio el ano pasado; sin embargo, no dejo de realizar sus obras sociales en la comunidad, aunque ahora combina esa labor con su trabajo a media jornada en Pete's Pizza. Estamos muy orgullosos de el.
– Ese mozalbete me ha impresionado.
«Ya, seguro», penso ella al tiempo que sonreia.
– Aqui tiene -dijo Lexie, dejando una pila de libros delante de el-. Supongo que con esto tendra suficiente para empezar.
Jeremy examino la docena de titulos.
– Crei que habias dicho que podria empezar por los diarios. Estos libros son sobre historia general.
– Lo se, pero supongo que querra familiarizarse con el pueblo, ?no?
Jeremy se quedo pensativo unos instantes.
– Si, supongo que es lo mas adecuado -admitio finalmente
– Bien. -Lexie se arremango la manga del jersey con aire ausente-. Ah, y he encontrado un libro sobre historias de fantasmas que quiza le interese. Contiene un capitulo sobre Cedan Creek.
– Fantastico.
– Ahora lo dejare tranquilo para que pueda empezar. Volvere de aqui a un rato para ver si necesita algo mas.