preguntado, ella no habia visto la necesidad de darle ninguna explicacion. Estaba demasiado ocupada intentando contrarrestar los claros intentos de ese seductor para ligar con ella y, al mismo tiempo, dejarle claro que no se sentia atraida por el. Tenia que aceptar que era encantador, pero eso no cambiaba su firme determinacion de ser fuerte y no dejarse llevar por las emociones. Lo cierto era que se habia sentido francamente aliviada cuando lo perdio de vista el dia anterior.
Y entonces Doris solto ese maldito comentario, que esencialmente venia a decir que pensaba que Lexie deberia darle una oportunidad y conocerlo mejor. Pero lo que mas la incomodaba era la certeza de que Doris no habria dicho nada si no hubiera estado absolutamente segura de que no se equivocaba. Por alguna razon que desconocia, su abuela habia visto algo especial en Jeremy.
A veces odiaba las premoniciones de Doris. Aunque, claro, no tenia por que escucharla. Despues de todo, ya habia sido cortes con ese forastero, y ahora estaba a punto de bajar a recibirlo de nuevo. A pesar de su determinacion, tenia que admitir que se sentia un poco apabullada con todo ese asunto. Mientras seguia sumida en esas cavilaciones, oyo el chirrido de la puerta de su despacho al abrirse.
– Buenos dias -saludo Jeremy al tiempo que asomaba la cabeza-. Me ha parecido ver luz debajo de la puerta.
Lexie dio media vuelta en su silla giratoria y se fijo en que el se habia quitado la chaqueta y la llevaba colgando del hombro.
– Ah, hola -dijo ella educadamente-. Estaba intentando sacarme un poco de trabajo de encima.
Jeremy agarro la chaqueta con las dos manos.
– ?Hay algun perchero donde pueda colgar esto? En la sala de los originales no hay espacio.
– Deme, ya se la guardare yo. Hay un colgador detras de la puerta.
Jeremy entro en el despacho y le entrego la chaqueta. Ella la colgo junto a la suya en la ristra de colgadores que pendia detras de la puerta. Jeremy examino el despacho con curiosidad.
– ?Asi que este es tu laboratorio, eh? Desde aqui gestionas la biblioteca.
– Asi es -confirmo ella-. No hay demasiado espacio, pero es mas que suficiente para organizarlo todo.
– Me encanta tu sistema de clasificacion -apunto el, senalando hacia las pilas de papeles sobre la mesa-. Tengo uno muy parecido en casa.
Una sonrisa se escapo de los labios de Lexie mientras el se acercaba a la mesa y miraba por la ventana.
– Y ademas, una vista fabulosa. ?Vaya primer plano de la casa del vecino y del aparcamiento!
– Me parece que esta manana esta de un optimo humor, senor Marsh.
– ?Y como no voy a estarlo? He dormido en una camara refrigeradora llena de animales muertos. O mejor dicho, apenas he dormido. Me he pasado la noche escuchando ruidos extranos procedentes del bosque.
– Me preguntaba si le habria gustado Greenleaf. He oido que es un sitio bastante rustico.
– No creo que «rustico» sea el adjetivo mas apropiado para describir ese lugar. Y para colmo, esta manana he coincidido con la mitad del pueblo a la hora del desayuno.
– Entonces supongo que ha ido al Herbs -dedujo ella.
– Pues si, y no te he visto por alli.
– No, estoy demasiado ocupada. Prefiero empezar el dia con un poco de paz.
– Tendrias que haberme avisado.
Lexie sonrio.
– No me lo pregunto.
El se echo a reir, y Lexie hizo una senal hacia la puerta con la mano, como invitandolo a que la acompanara.
Mientras se dirigia a la sala de los originales con el, se fijo en que Jeremy estaba de muy buen humor a pesar de su indiscutible cansancio, pero ese detalle todavia no tenia suficiente peso como para confiar en el.
– ?No conoceras por casualidad a Hopper, el ayudante del sheriff? -inquirio el.
Ella lo miro con evidente curiosidad.
– ?Rodney?
– Si, creo que se llama asi. ?Que le pasa? Esta manana me ha dado la impresion de que no le gusta nada mi presencia en el pueblo.
– Oh, pero si no es mas que un corderito.
– Pues a mi no me lo ha parecido.
Lexie se encogio de hombros.
– Probablemente se ha enterado de que piensa pasar bastantes horas en la biblioteca. Siempre adopta esa actitud protectora conmigo. Le gusto desde hace anos.
– Pues hablale bien de mi, si no te importa.
– No se preocupe, lo hare.
Jeremy esperaba algun comentario mordaz, pero cuando vio que Lexie respondia con tanta afabilidad, esbozo una mueca en senal de grata sorpresa.
– Gracias -le dijo.
– No hay de que. Pero no haga nada que me obligue a cambiar de opinion.
Continuaron andando en silencio hasta la sala de los originales. Ella entro primero y encendio la luz.
– Le he estado dando vueltas a su proyecto, y creo que hay algo que deberia saber.
– ?Ah, si?
Ella le refirio las dos investigaciones previas que se habia llevado a cabo en el cementerio y acto seguido anadio:
– Si me concede unos minutos, creo que puedo encontrar esa informacion.
– Te lo agradecere mucho. Solo por curiosidad, ?por que no me lo contaste ayer?
Ella sonrio sin contestar.
– Deja que lo adivine… ?Porque no te lo pregunte?
– Solo soy una bibliotecaria, no puedo leer los pensamientos.
– ?Como tu abuela? Ah, no, espera, tu abuela es adivina, ?no?
– Pues si. Y puede predecir el sexo de un bebe antes de que nazca.
– Eso he oido -dijo Jeremy.
Los ojos de Lexie destellaron con fiereza.
– Es cierto, Jeremy. Lo creas o no, puede hacer esas cosas.
– ?Eh! ?Me has tuteado! -exclamo el animadamente.
– Si, pero no te hagas ilusiones. Tu mismo me pediste que lo hiciera, ?recuerdas?
– Lo se, Lexie -pronuncio el.
– Tampoco te excedas en la confianza -proclamo ella, pero mientras hablaba, Jeremy se dio cuenta de que Lexie aguantaba la mirada mas rato de lo normal, y eso le gusto.
Le gusto mucho.
Capitulo 7
Jeremy se paso el resto de la manana encorvado sobre una pila de libros y los dos articulos que Lexie habia encontrado. El primero, escrito en 1958 por un profesor de folclore de la Universidad de Carolina del Norte y publicado en el