Lexie lo miro fijamente, con una mueca de disgusto que transmitia claramente el siguiente mensaje: «No has dicho lo que creo haber oido, ?verdad?».

El se encogio de hombros, con expresion inocente.

– Quiero decir que Greenleaf Cottages no se puede comparar exactamente al Four Seasons o al Plaza, ?no te parece? Vamos, incluso tu tienes que admitirlo.

Ella no respondio. Lo miro con desden y acelero el paso. En ese momento estuvo segura de que Doris se habia equivocado.

Jeremy se sentia incomodo, pero no queria dar el brazo a torcer.

– Vamos, admitelo. Sabes que tengo razon.

Justo entonces llegaron a la puerta de la entrada de la biblioteca, y el se adelanto para abrirla y cederle el paso a Lexie. Detras de ellos, la anciana que hacia las veces de conserje los observaba atentamente. Lexie mantuvo la boca cerrada hasta que estuvieron fuera del edificio, entonces se volvio hacia el y profirio:

– Para que te enteres, la gente no vive en hoteles, sino en comunidades -espeto-. Y eso es lo que tenemos aqui: una comunidad donde la gente se conoce y se ayuda; donde los ninos pueden jugar en la calle incluso cuando cae la noche, sin temor a que un desconocido les haga dano.

Jeremy levanto los brazos, en actitud defensiva.

– Oye, no me malinterpretes. Me encantan las comunidades. Precisamente yo creci en un sitio parecido. Conocia a cada familia del vecindario porque esa gente habia vivido alli durante muchos anos. Algunos aun siguen viviendo en el barrio. Creeme, se perfectamente lo importante que es sentirse parte de una comunidad, y lo importante que es que los padres sepan lo que hacen sus hijos a todas horas y con quien salen. Asi me crie yo. Estuvieramos donde estuviesemos, los vecinos nos tenian a todos los ninos controlados. Lo que quiero decir es que tambien es posible encontrar esa clase de comunidades en Nueva York, segun donde vivas, claro. El barrio en el que vivo ahora no es precisamente un buen ejemplo de comunidad; esta abarrotado de gente joven a la que basicamente solo le interesa trabajar hasta horarios intempestivos para optar a un futuro mejor. Pero pasate un dia por Park Slope en Brooklyn o Astoria en Queens y veras los parques llenos de pandillas de crios, jugando a baloncesto o a futbol, o haciendo practicamente las mismas cosas que hacen los ninos aqui.

– Ya, como si alguna vez te hubieras parado a pensar en esa clase de cosas.

Un segundo despues, Lexie se arrepintio de haber pronunciado las palabras con ese tono tan cargado de rabia. Jeremy, en cambio, no parecia molesto.

– Pues si que pienso en esas cosas -respondio el impavidamente-. Y creeme, si tuviera hijos, no viviria donde vivo ahora. Tengo una pila de sobrinos en la ciudad, y cada uno de ellos vive en un barrio lleno de otros ninos y de gente que se preocupa por ellos. Esos barrios se parecen mucho a este lugar en mas de un aspecto.

Lexie no dijo nada, preguntandose si el le estaba contando la verdad.

– Mira -continuo Jeremy con un tono amistoso-. No intento iniciar una disputa contigo. Simplemente digo que los ninos pueden criarse como es debido en cualquier lugar, siempre y cuando los padres se preocupen por ellos. No creo que las pequenas poblaciones ostenten el monopolio de los valores positivos. Seguramente, si analizaramos a cada uno de los ninos de Boone Creek con mas detenimiento, encontrariamos a unos cuantos problematicos, tambien aqui. Los ninos siguen siendo ninos, vivan donde vivan. -Sonrio, intentando demostrar que no se habia ofendido por lo que ella le habia dicho-. Y ademas, tampoco estoy seguro de por que hemos acabado hablando sobre ninos. A partir de ahora, te prometo que no volvere a sacar el tema. Lo unico que intentaba expresar era mi sorpresa al saber que habias vivido en Nueva York, a tan solo escasas manzanas de mi casa. -Hizo una pausa-. ?Hacemos las paces?

Lexie lo miro con insistencia antes de acabar soltando el aire apresado en sus pulmones. Quiza tenia razon. No, sabia que Jeremy tenia razon. Y debia admitir que era ella la que habia iniciado la bronca. Pero ?por que demonios lo habia presionado tanto? A lo mejor porque, a veces, los pensamientos nublados pueden provocar esa clase de reacciones en cualquiera.

– De acuerdo -proclamo finalmente-, pero con una condicion.

– ?Cual?

– Que tu conduzcas. He venido sin coche.

Jeremy parecio aliviado.

– A ver si encuentro las llaves.

Ninguno de los dos tenia demasiado apetito, asi que Lexie lo llevo hasta una pequena tienda de comestibles, de la que salieron unos minutos mas tarde con una caja de galletas saladas, varias piezas de fruta, diversos tipos de queso, y dos botellas de Snapple.

En el coche, Lexie deposito la comida a sus pies:

– ?Hay algo en particular que te gustaria ver? -pregunto Lexie.

– Riker's Hill. ?Existe alguna carretera que conduzca hasta la cima?

Ella asintio.

– Bueno, no es un camino en buen estado, que digamos. Es la pista que originalmente utilizaba la gente para transportar troncos, pero ahora solo la usan los cazadores. Esta llena de socavones, por lo que no se si quieres subir con tu coche.

– No me importa; es de alquiler. Y ademas, ya me estoy acostumbrando a las malas carreteras que hay por aqui.

– Muy bien, pero luego no digas que no te he avisado.

Ninguno de los dos hablo demasiado mientras se alejaban del pueblo, dejaban atras el cementerio de Cedar Creek y cruzaban un pequeno puente. La carretera se empezo a estrechar hasta formar una fina linea entre los arbustos cada vez mas espesos. El cielo azul habia dado paso a un cielo gris enmaranado, que le recordo a Jeremy las tardes invernales de un lugar a lo lejos, mas al norte. Esporadicamente, una bandada de estorninos levantaba el vuelo cuando pasaba el coche, moviendose al unisono como si estuvieran todos atados a una misma cuerda.

Lexie se sentia incomoda con tanto silencio, asi que empezo a describir el area: proyectos sobre urbanizaciones que jamas habian llegado a fructificar, nombres de algunas especies de arboles, Cedar Creek cuando lo avistaron a traves de la espesa vegetacion. Riker's Hill emergio de repente por el flanco izquierdo, con aspecto lobrego y tenebroso, bajo la luz apagada en el cielo.

Jeremy habia llegado hasta ese mismo punto el dia anterior, despues de su visita al cementerio, pero habia dado media vuelta porque creyo que el camino no llevaba a ninguna parte. Sin embargo, un minuto mas tarde, ella le indico que girara en la siguiente interseccion, por una pista que parecia enfilar hacia la parte posterior de Riker's Hill. Lexie se inclino hacia delante y miro con atencion a traves del parabrisas.

– El desvio esta un poco mas arriba -explico-, asi que sera mejor que vayas mas despacio.

Jeremy aminoro la marcha, y mientras ella continuaba con la mirada fija en el camino, el se dedico a observarla de reojo, fijandose en la pequena arruga vertical que se le formaba entre las cejas.

– Por aqui -anuncio ella, senalando con el dedo.

Lexie estaba en lo cierto: no se podia decir que eso fuera precisamente un camino en buen estado. La estrecha pista estaba llena de cantos rodados, y las raices de arboles y arbustos habian reventado la superficie. Era similar a la entrada de Greenleaf, pero aun peor. Dejaron atras la pista principal, y el coche empezo a dar saltitos y a andar a trompicones. Jeremy aminoro la marcha todavia mas.

– ?Las tierras de Riker's Hill pertenecen al Estado?

Ella asintio.

– Las compraron a una de las grandes companias de madera (Weyerhaeuser o Georgia-Pacific o algo parecido) cuando yo era pequena. Parte de nuestra historia local, ya sabes, pero no es un parque ni nada por el estilo. Creo que hace tiempo tenian planes para convertirlo en un campin, pero al final no han hecho nada.

Los pinos se condensaron a medida que la pista se estrechaba, pero el camino parecio mejorar cuando avanzaron mas hacia la cumbre, siguiendo una pauta casi en zigzag. A cada momento se cruzaban con otras pistas forestales, que Jeremy dedujo que eran las que usaban los cazadores.

Al cabo, los arboles empezaron a dispersarse y pudieron divisar un pedazo mas amplio del cielo. Cuando ya estaban muy cerca de la cima, la vegetacion se hizo mas ligera, hasta que finalmente llego a desaparecer casi por completo. Docenas de arboles habian quedado reducidas drasticamente a la mitad, y menos de un tercio de los que se habian salvado de la tala indiscriminada estaban todavia vivos. La inclinacion del tramo final de la ladera se hizo menos pronunciada, hasta que llegaron a una superficie plana en el ultimo tramo hasta la cima. Jeremy aparco el

Вы читаете Fantasmas Del Pasado
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату