presentacion oficial.
– ?Para ti?
Jeremy sonrio.
– ?Que? ?Impresionada?
– No, solo sorprendida.
– ?Por que?
– Porque no me han dicho nada.
– Yo me he enterado esta manana.
– De todos modos es extrano. Aunque vayas a cenar con el alcalde, no te preocupes por la posibilidad de perderte el espectaculo de las luces. Suelen aparecer bastante tarde, por lo que tendras tiempo de sobra de verlas.
– ?Estas segura?
– Asi es como las vi yo. Era casi medianoche
Jeremy se detuvo en seco.
– Espera un momento. ?Tu las has visto? ?Y por que no me lo habias dicho?
Ella sonrio.
– No me lo habias preguntado
– Siempre te sales por la tangente con la misma excusa.
– Eso, senor periodista, es porque usted se olvida siempre de preguntar.
Capitulo 8
En el otro extremo del pueblo, en el Herbs, Rodney Hopper, el ayudante del sheriff, tenia un aspecto apesadumbrado, con la mirada clavada en su taza de cafe, preguntandose adonde habia ido Lexie con ese urbanita.
Se habia aventurado a presentarse en la biblioteca por sorpresa con la intencion de invitar a Lexie a comer para que el urbanita supiera exactamente como estaban las cosas. Penso que a lo mejor ella incluso le permitiria escoltarla hasta el coche mientras el forastero los observaba por la ventana, muerto de envidia.
Sabia exactamente lo que a ese tipo le atraia de Lexie; habia que estar ciego para no verlo. Ella era la chica mas guapa del condado, probablemente de todo el estado, incluso quiza del mundo entero.
Normalmente los tipos que decidian encerrarse un par de dias en la biblioteca para llevar a cabo alguna investigacion no le quitaban el sueno, y tampoco se inquieto la primera vez que oyo hablar del urbanita. Pero entonces empezo a oir cuchicheos por doquier sobre el recien llegado y decidio verlo con sus propios ojos. Y se dio cuenta de que los del pueblo tenian razon: solo necesito examinarlo una unica vez para cerciorarse de su innegable pinta de seductor empedernido; nada que ver con el tipico provinciano. Se suponia que los que se encerraban en la biblioteca eran hombres mayores con aspecto de profesores despistados, ratitas sabias con gafas, con los hombros caidos hacia adelante y con un apestoso aliento a cafe. Pero el urbanita no era asi. Ese tipo parecia como recien salido del Della, el unico salon de belleza del pueblo. Pero incluso eso no le habria preocupado demasiado de no ser porque, en esos precisos instantes, ese par andaba paseandose por el pueblo sin ninguna otra compania; solo ellos dos.
Rodney resoplo con rabia. ?Donde diantre se habian metido?
No en el Herbs, y tampoco en el Pike's Diner. Habia inspeccionado el aparcamiento del otro restaurante, y el coche de Lexie no estaba alli aparcado. Podria haberse atrevido a entrar y preguntar si los habian visto, pero probablemente entonces el se habria convertido en la comidilla del pueblo, y no estaba seguro de que fuera una idea demasiado acertada. Todos sus amigos siempre le gastaban bromas sobre Lexie, especialmente cuando mencionaba que tenia otra cita con ella. Le decian que se olvidara de ella, que Lexie solo accedia a salir con el para no ser descortes, pero el sabia que no era cierto. Lexie siempre aceptaba salir con el cuando el se lo pedia, ?no? Se quedo meditabundo… Bueno, al menos la mayoria de las veces. Ella jamas le habia dado un beso, cierto, pero eso no significaba nada. Rodney tenia la paciencia de un santo con Lexie, y creia que poco a poco se iban acercando al momento estelar. Cada vez que salian, presentia que daban un paso adelante hacia algo mas serio. Lo sabia. Y tambien sabia que lo unico que les pasaba a sus amigos era que estaban celosos.
Deseo que Doris pudiera revelarle algo, pero la vieja no estaba en el local. Le habian dicho que habia ido a casa del contable, aunque seguramente no tardaria en volver. El problema era que no podia esperar mas; se le acababa el rato de descanso que tenia. Ademas, probablemente Doris negaria saber nada al respecto. Habia oido que a la vieja le gustaba el urbanita, ?que raro, no?
– ?Estas bien, cielo? -le pregunto Rachel. Rodney levanto la vista y la vio de pie delante de el, con la cafetera en la mano.
– Oh, no te preocupes, Rachel; es solo uno de esos dias en los que todo parece pesar mas de la cuenta.
– ?Los chicos malos te estan mareando de nuevo?
Rodney asintio.
– Si, por decirlo de algun modo.
Ella sonrio, y su cara resplandecio con un atractivo especial, aunque Rodney no parecio darse cuenta. Hacia tanto tiempo que la conocia, que simplemente era capaz de verla como a una hermana.
– Ya veras como todo se arregla. -Intento reconfortarlo ella.
Rodney volvio a asentir con la cabeza.
– Supongo que si.
Rachel apreto los labios. A veces Rodney la preocupaba.
– ?Estas seguro de que no quieres comer nada? Se que tienes prisa, asi que puedo pedirle al cocinero que te prepare algo rapido.
– No, gracias; no tengo hambre. Y en el coche tengo una barra de proteinas por si mas tarde me entra apetito. De verdad, no te preocupes. -Le tendio la taza vacia-. Aunque aceptare encantado otra taza de cafe.
– ?Eso esta hecho! -exclamo Rachel en un tono animado.
– Oye, ?por casualidad no sabras si Lexie ha pasado por aqui? ?Quiza para que le preparasen algo para comer?
Ella sacudio energicamente la cabeza.
– No la he visto en todo el dia. ?La has buscado en la biblioteca? Si quieres, puedo pasarme por alli para ver si esta; bueno, eso si se trata de algo importante…
– No, no es nada importante.
Rachel se quedo inmovil delante de la mesa, como si estuviera considerando lo que iba a decir a continuacion.
– Esta manana te he visto sentado con Jeremy Marsh.
– ?Quien? -inquirio Rodney, intentando aparentar un aire abstraido.
– El periodista de Nueva York. ?No te acuerdas?
– Ah, si. Pense que lo mas cortes era presentarme.
– Es un tipo muy apuesto, ?no crees?
– Mira, no me fijo en si los otros hombres son apuestos o no -dijo el refunfunando.
– Pues para que te enteres, lo es. Podria pasarme todo el dia contemplandolo. Ese pelo… Me entran unas ganas inmensas de acariciar ese pelo con mis dedos. Todo el mundo habla de el.
– Pues que bien -murmuro Rodney, sintiendose todavia peor.
– Me ha invitado a ir a Nueva York -dijo Rachel vanagloriandose.
Rodney levanto la vista y la miro desconcertado, preguntandose si habia oido bien.
– ?Ah, si?
– Bueno, mas o menos. Me dijo que deberia visitar esa ciudad, y aunque no utilizo las palabras precisas, creo que se referia que queria que fuera a visitarlo a el.
– ?De veras? Eso es fantastico.