– Me parece que no te entiendo.

Jeremy observo sus propios pies, luego levanto la vista y sonrio como si pretendiera excusarse.

– Para serte sincero, me he pasado practicamente todo el dia intentando entenderlo yo tambien.

Mientras seguian cerca del faro, el sol empezo a ocultarse tras la linea del horizonte, confiriendo al cielo unas tonalidades grises. La brisa, humeda y fria, barria la superficie de la arena y empujaba suavemente la espuma de las olas en la orilla.

En la distancia, una figura embutida en una enorme chaqueta oscura daba de comer a las gaviotas, lanzando trozos de pan al aire. Mientras Lexie la observaba, de repente sintio como la fuerte impresion que habia tenido al ver aparecer a Jeremy empezaba a disiparse. En cierta manera deseaba enfadarse con el por haber ignorado su deseo de estar sola, aunque por otro lado se sentia mas que adulada de que el hubiera venido. Avery jamas habria salido en su busca, ni tampoco el senor sabelotodo. Ni siquiera Rodney seria capaz de hacer una cosa asi, y tan solo diez minutos antes, si alguien le hubiera sugerido que Jeremy vendria a buscarla, ella se habria echado a reir ante la ocurrencia. En cambio, empezaba a darse cuenta de que Jeremy era distinto a todos los hombres que habia conocido hasta entonces, por lo que nada de lo que hiciera deberia sorprenderle.

A lo lejos los caballos habian empezado a retirarse, comiendo la hierba que encontraban a su paso mientras desaparecian lentamente detras de la duna. La neblina proveniente del mar empezaba a avanzar hacia la costa, confundiendo el mar con el cielo. Las golondrinas escarbaban la arena en la orilla, moviendo sus larguiruchas patas rapidamente en busca de pequenos crustaceos.

En medio del silencio imperante, Jeremy se llevo ambas manos a la boca e intento calentarlas con una bocanada de aire, pues empezaban a dolerle del frio.

– ?Estas enfadada porque he venido? -pregunto finalmente.

– No -respondio ella-. Estoy sorprendida, pero no enfadada.

El sonrio, y Lexie tambien relajo los musculos de la cara.

– ?Como has conseguido llegar hasta aqui?

Jeremy hizo una senal con la cabeza en direccion a Buxton.

– He convencido a un par de pescadores que venian hacia aqui para que me dejaran subir a su barca. Me han dejado en el puerto.

– ?Te han dejado subir a su barca sin mas?

– Asi es.

– Pues has tenido mucha suerte. Los pescadores suelen ser personas muy ariscas.

– Seguramente, pero al fin y al cabo, no son mas que personas. Aunque no me considere un experto en psicologia, creo que todo el mundo, incluso los desconocidos, puede notar la sensacion de urgencia en una peticion, y la mayoria de la gente reacciona del modo debido. -Carraspeo unos instantes antes de proseguir-. Pero cuando he visto que eso no funcionaba, les he ofrecido dinero.

Lexie sonrio socarronamente ante su confesion.

– Deja que lo averigue -dijo ella-. Te han timado, ?no?

Jeremy esbozo una mueca de corderito.

– Bueno, supongo que eso depende de como se mire. No me ha parecido demasiado dinero para darme un paseito en barco…

– Hombre, es mas que un paseito. Solo con el gasto de gasolina ya resulta caro. Y luego esta el trajin del barco…

– Si, lo mencionaron.

– Y ademas, hay que agregar el tiempo que han dedicado esos hombres y el que, irremediablemente, manana tendran que salir a faenar antes de que amanezca.

– Si, tambien mencionaron eso.

A lo lejos, los ultimos caballos desaparecieron detras de la duna.

– Y sin embargo, has venido.

Jeremy asintio, tan sorprendido como ella.

– Pero me dejaron claro que solo era un viaje de ida, no de vuelta. No pensaban esperarme, por lo que supongo que tendre que quedarme aqui.

Lexie enarco una ceja.

– ?De veras? ?Y como piensas regresar?

Jeremy puso cara de travieso.

– Te contare un secreto: conozco a alguien que esta pasando unos dias aqui, y mi intencion es recurrir a mi encanto personal y convencerla para que me lleve de vuelta.

– ?Y que pasa si mi intencion es quedarme varios dias, o si te respondo que te las apanes tu solito?

– Todavia no me he planteado esa posibilidad.

– ?Y donde piensas alojarte mientras estes aqui?

– Tampoco he pensado en esa cuestion.

– Por lo menos eres franco -dijo ella, sonriendo-. Pero dime, ?que habrias hecho si yo no hubiera estado aqui?

– ?A que otro sitio habrias ido?

Ella desvio la vista, y le gusto que el se acordara de lo que le habia contado sobre ese lugar. A lo lejos vio las luces de un barco rastreador, que avanzaba de forma tan lenta que practicamente parecia que estuviera estatico.

– ?Tienes hambre? -pregunto Lexie.

– La verdad es que si; no he comido nada en todo el dia.

– ?Quieres cenar?

– ?Conoces algun sitio agradable?

– Estoy pensando en uno en particular.

– ?Aceptan tarjetas de credito? Es que he usado todo el dinero en efectivo que llevaba encima para poder llegar hasta aqui.

– Estoy segura de que podremos arreglar esa cuestion de un modo u otro.

Se alejaron del faro, bajaron hasta la playa y empezaron a caminar sobre la arena compacta cerca de la orilla. Habia un espacio entre ellos que ninguno de los dos parecia querer invadir. En lugar de eso, y con la punta de la nariz roja por el frio, continuaron avanzando como automatas hacia el lugar que parecian predestinados a compartir.

En silencio, Jeremy recordo mentalmente su periplo hasta alli, y sintio una punzada de culpabilidad por Nate y por Alvin. No habia podido realizar la llamada telefonica -no habia cobertura mientras cruzaba el Pamlico Sound-, por lo que penso que intentaria llamar tan pronto como pisara tierra firme, a pesar de que no tenia ganas de hacerlo. Suponia que Nate llevaba bastantes horas con los nervios de punta, sonando con la esperada llamada para estallar loco de alegria, pero Jeremy habia pensado en sugerir una reunion con la productora para la semana siguiente, en la que les presentaria todo el material completo: la filmacion y el esbozo de la historia; una idea que, suponia, no casaba en absoluto con la intencion que Nate llevaba sobre la conferencia. Y si eso no era suficiente para aplacarlos, si por no realizar una llamada arriesgaba su prospero futuro laboral, entonces no estaba seguro de que quisiera trabajar en television, despues de todo.

Y Alvin… Bueno, con el todo era mas facil. Jeremy no conseguiria regresar a Boone Creek esa noche -habia llegado a esa conclusion cuando los pescadores lo dejaron en el puerto-, pero Alvin siempre llevaba el movil encima, asi que le explicaria lo que sucedia. A Alvin no le haria ninguna gracia trabajar solo esa noche, pero seguramente manana ya se le habria pasado el enfado. Alvin era una de esas pocas personas que tenia la habilidad de no permitir que ningun tema le quitara el sueno mas de veinticuatro horas seguidas.

Siendo honesto consigo mismo, Jeremy admitio que en ese momento la reaccion de Nate y Alvin le traia sin cuidado. Lo unico que le importaba era que se hallaba paseando con Lexie por una playa desierta en medio de la nada, y mientras la brisa marina le acariciaba la cara, sintio que, sutilmente, ella deslizaba su brazo hasta entrelazarlo con el suyo.

Lexie lo guio hasta arriba de los deformados peldanos de madera del viejo bungalo y colgo la chaqueta en el

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