?Que era lo mas apropiado? ?Mantenerse distante? ?Intentar hablar con ella, incluso siendo plenamente consciente de que Lexie estaba intentando buscar un motivo para enzarzarse en una pelea con el? ?O simular que ni se habia dado cuenta de su actitud y pensar que ella todavia deseaba averiguar el motivo que originaba las luces misteriosas? ?Debia invitarla a cenar, o simplemente abrazarla?

Ese era el problema en las relaciones amorosas cuando las emociones empezaban a enturbiar las aguas. Parecia como si Lexie esperara que el hiciera o dijera exactamente lo que ella deseaba, fuera lo que fuese. Y eso, penso Jeremy, no era justo.

Si, la amaba. Y si, se sentia preocupado por el futuro de esa relacion. Pero por mas que el intentara encontrar el sentido a las cosas, ella actuaba como si estuviera dispuesta a echarlo todo por la borda. Jeremy reflexiono nuevamente sobre la conversacion que habian mantenido.

«Si tienes tiempo, podrias pasar a verla antes de marcharte…», en lugar de «podriamos pasar a verla…».

?Y su comentario final?

«Claro. Porque somos amigos.»

Jeremy tuvo que morderse la lengua para no contestar algo fuera de tono. ?Amigos? Estuvo a punto de soltarle: «Despues de ayer por la noche, ?todo lo que se te ocurre decir es que somos amigos? ?Eso es todo lo que represento para ti?».

No se trataba del modo en que uno se dirigia a la persona que amaba. Tampoco era la forma en que uno trataba a alguien que deseaba ver nuevamente, y cuanto mas pensaba en ello, mas ganas sentia de responder a su provocacion. ?Quieres echarte atras? Yo tambien puedo hacerlo. ?Quieres pelea? Vamos, adelante, aqui estoy. Despues de todo, tenia la absoluta certeza de que no habia hecho nada malo. El era tan culpable de lo que habia sucedido la noche anterior como ella. Habia intentado decirle lo que sentia por ella, mas Lexie no parecia querer escucharlo. El le habia prometido que pondria toda la carne en el asador para intentar que esa relacion funcionara; en cambio, ella parecia no tomarse la cosa en serio. Y al final, era ella la que lo habia conducido hasta su habitacion, y no al reves.

Jeremy clavo la vista en la ventana, con los labios prietos. No, penso, se acabo jugar segun las reglas de Lexie. Si ella queria hablar con el, perfecto. Pero si no…, bueno, entonces, seria el final de la historia. Se dijo a si mismo que no podia hacer nada mas. No podia arrastrarse hasta sus pies y rogarle que no lo abandonara, asi que lo que sucediera a partir de ese momento dependia de Lexie. Ella sabia donde encontrarlo. Decidio que se marcharia de la biblioteca tan pronto como acabara de ojear el ultimo diario, y que se iria al Greenleaf. Quizas entonces Lexie tendria la oportunidad de analizar lo que realmente queria, y al mismo tiempo le daria a entender que el no estaba dispuesto a soportar mas malos tratos.

Tan pronto como Jeremy se marcho de su despacho, Lexie se maldijo a si misma por no haber sido capaz de controlar la situacion de una forma mas apropiada. Habia pensado que pasar un rato con Doris la ayudaria a esclarecer las ideas, pero todo lo que habia hecho era postergar lo inevitable. Y despues, Jeremy habia aparecido por la biblioteca tan tranquilo, actuando como si nada hubiera cambiado, como si nada fuera a cambiar al dia siguiente, como si el no fuera a marcharse.

Si, sabia que el se marcharia, que la dejaria igual que hizo el senor sabelotodo, pero el cuento de hadas que el habia iniciado la noche anterior continuaba vivo, alimentando fantasias en las que la gente vivia feliz para siempre. Si Jeremy habia sido capaz de encontrarla en la playa, si habia demostrado el suficiente coraje para decir las cosas que le habia confesado, ?no podia encontrar un motivo para quedarse?

En el fondo Lexie era consciente de que Jeremy albergaba la esperanza de que ella se marchara a Nueva York con el, pero no lograba entender el porque. ?Acaso Jeremy no comprendia que a ella no le importaba ni el dinero ni la fama, ni le atraia salir de compras ni ir al teatro ni poder comprar comida Thai a horas intempestivas? La vida no eran esas cosas. La vida consistia en poder pasar tiempo juntos, en disponer de tiempo para pasear juntos cogidos de la mano, en poder charlar distendidamente mientras contemplaban el atardecer. No era glamuroso, pero era, en muchos aspectos, lo mejor que la vida podia ofrecer. Un viejo dicho lo confirmaba: Nadie jamas, en su lecho de muerte, se habia lamentado de no haber trabajado mas, ni de no haber pasado menos tiempo saboreando un placido atardecer o en compania de la familia.

No era tan inocente como para negar que la cultura moderna ofrecia sus propias tentaciones. Ser famoso y rico y guapo y asistir a fiestas exclusivas: «Solo eso te hara feliz». En su opinion, no era mas que una sarta de mentiras, la cancion de los desesperados. Si no, ?por que habia tanta gente rica, famosa y guapa enganchada a las drogas? ?Por que eran incapaces de mantener una vida feliz en matrimonio? ?Por que siempre tenian lios con la justicia? ?Por que parecian tan infelices cuando no estaban bajo la luz de los focos?

Sospechaba que Jeremy se sentia seducido por ese mundo particular, aunque se negara a admitirlo. Lo supo desde el primer momento en que lo vio, y se dijo a si misma que no se dejaria arrastrar por sus sentimientos hacia el. Sin embargo, ahora se lamentaba de la forma en que se habia comportado hacia un rato.

No estaba lista para recibirlo cuando el habia aparecido por su despacho, pero penso que lo mejor habria sido ser franca y decirselo a la cara, en lugar de mantener la distancia entre Jeremy y ella y negar que algo iba mal. Si, deberia de haber controlado la situacion de una forma mas civilizada. A pesar de sus diferencias, era lo minimo que Jeremy se merecia.

«Amigos -penso el de nuevo-. Porque somos amigos.»

Todavia le escocia la forma en que lo habia dicho, y mientras daba golpecitos con el boligrafo contra la libreta distraidamente, Jeremy sacudio la cabeza. Tenia que acabar con esa historia. Realizo unos movimientos circulares con los hombros para relajar la tension, tomo el ultimo diario e intento erguir la espalda en la silla. Despues de abrirlo, solo necesito un par de segundos para confirmar que ese era distinto a los demas.

En lugar de pasajes cortos y personales, el diario consistia en una coleccion de ensayos escritos entre 1955 y 1962, todos con titulo y fecha. El primero se referia a la construccion del edificio de la iglesia episcopal de Saint Richard en 1859 y a como, mientras realizaban las excavaciones oportunas, encontraron los restos de lo que parecia un antiguo poblado indio Lumbee. El ensayo abarcaba tres paginas e iba seguido de otro ensayo acerca de la suerte que habia corrido la curtiduria de McTauten, erigida a la orilla de Boone Creek en 1794. El tercer ensayo, que hizo que Jeremy abriera los ojos desmesuradamente, presentaba la opinion del escritor sobre lo que realmente les habia sucedido a los pioneros en Roanoke Island en 1857.

Jeremy recordo vagamente que uno de los diarios pertenecia a un historiador no profesional y comenzo a pasar las paginas mas rapidamente…, leyendo los titulos de los ensayos/buscando en los articulos algo obvio…, pasando las paginas con gran celeridad…, leyendo en vertical…, intentando identificar palabras clave…, y de repente se detuvo, al constatar que habia visto algo interesante. Volvio a retroceder algunas paginas. Entonces se quedo helado.

Se acomodo en la silla y parpadeo varias veces mientras movia los dedos por encima de la pagina.

Solucion al misterio de las luces en el cementerio de Cedar Creek

A lo largo de los anos, algunos residentes de nuestra localidad han afirmado que existen fantasmas en el cementerio de Cedar Creek, y hace tres anos se publico un articulo sobre el fenomeno en el periodico Journal of the South. Si bien el articulo no ofrecia ninguna solucion, despues de llevar a cabo mis propias investigaciones, creo que he hallado la clave del misterio sobre las luces que aparecen unicamente en determinados momentos.

De entrada quiero confirmar que no hay fantasmas. En lugar de eso, se trata de las luces de la fabrica de papel Henrickson, influidas por el tren cuando pasa por encima del puente de caballetes, la ubicacion de Riker's Hill, y las fases de la luna.

Mientras Jeremy continuaba leyendo, se quedo atonito. A pesar de que no habia buscado una explicacion de por que se hundia el cementerio -sin la cual las luces probablemente no serian visibles-, la conclusion del escritor era practicamente la misma que la de Jeremy.

El escritor, fuera quien fuese, habia dado en el clavo casi cuarenta anos atras.

Cuarenta anos…

Jeremy marco la pagina con un pedazo de papel que arranco de su libreta y paso las paginas hasta llegar a la cubierta del diario, buscando el nombre del autor, recordando la primera conversacion que mantuvo con el alcalde. Entonces todas sus sospechas se desvanecieron, y la ultima pieza en el rompecabezas encajo.

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