Owen Gherkin.
El diario lo habia escrito el padre del alcalde, quien, segun el propio alcalde, «lo sabia todo sobre esta localidad»; quien supo comprender el motivo que originaba las luces; quien indudablemente se lo conto a su hijo; quien, por consiguiente, sabia que no habia nada de sobrenatural en el tema de las luces, pero preferia actuar como si lo hubiera. Lo cual significaba que el alcalde habia estado mintiendo durante todo el tiempo, con la esperanza de usar a Jeremy como cebo para atraer a un monton de visitantes curiosos.
Y Lexie…
La bibliotecaria, la mujer que le habia dado pistas de que quiza podria encontrar las respuestas que buscaba en los diarios. Lo cual significaba que ella habia leido el ensayo de Owen Gherkin. Lo cual significaba que ella tambien habia estado mintiendo, prefiriendo jugar a la misma farsa del alcalde.
Se pregunto cuantos mas en la localidad sabian la respuesta. ?Doris? Quiza, penso. No, mejor dicho, ella tenia que saberlo. En su primera conversacion, le habia dicho clara y llanamente que las luces no eran fantasmas. Pero al igual que el alcalde y Lexie, no habia especificado lo que eran realmente, aun cuando seguramente lo sabia.
Y eso significaba… que toda la historia -la carta, la investigacion, la fiesta- no habia sido mas que una broma pesada, una broma pesada dirigida a el.
Y ahora Lexie habia tirado la toalla, pero no hasta que le habia contado la historia de cuando Doris la llevo al cementerio a presenciar los espiritus de sus padres, y ese cuento agridulce acerca de como sus padres habian querido conocerlo.
?Era una coincidencia, o acaso estaba todo planeado? Y ahora, el modo en que ella se estaba comportando… Como si quisiera que el se marchara, como si no sintiera nada por el, como si hubiera sabido lo que iba a suceder… ?Todo, absolutamente todo habia estado planeado? Y si asi era, ?por que?
Jeremy agarro el diario y se dirigio al despacho de Lexie con la determinacion de obtener algunas respuestas. Ni siquiera se dio cuenta del portazo que dio al abandonar la sala de los originales; ni tampoco de las caras de los voluntarios que se volvieron para mirarlo. La puerta de Lexie estaba entreabierta, y Jeremy la abrio del todo con un fuerte empujon antes de entrar en el despacho.
Todas las pilas de libros y papeles estaban ocultas, y Lexie sostenia en las manos un limpiador de polvo en aerosol y una gamuza, con la que estaba sacando brillo al tablero de la mesa. Levanto la vista cuando Jeremy elevo el diario.
– Ah, hola -lo saludo esforzandose por sonreir-. Casi ya he acabado con esta habitacion.
Jeremy la miro fijamente.
– No hace falta que sigas actuando -anuncio el.
Incluso desde el otro extremo de la habitacion, ella pudo notar su ira, e instintivamente se aderezo un mechon de pelo detras de la oreja.
– ?A que te refieres?
– A esto -espeto el, ondeando el diario como si fuera una bandera-. Tu lo habias leido, ?no es cierto?
– Si -contesto ella simplemente, reconociendo el diario de Owen Gherkin-. Lo he leido.
– ?Sabias que contiene un pasaje en el que habla de las luces de Cedar Creek?
– Si -volvio a contestar.
– ?Y por que no me lo dijiste?
– Lo hice. Te hable de los diarios la primera vez que viniste a la biblioteca. Y si mal no recuerdo, te dije que igual encontrabas las respuestas que estabas buscando.
– Mira, se acabaron los juegos -solto Jeremy con la mirada iracunda-. Tu sabias lo que estaba buscando.
– Y lo has encontrado -contraataco ella alzando la voz-. No veo donde esta el problema.
– El problema es que he estado perdiendo el tiempo. Este diario contenia la respuesta. No existe ningun misterio. Jamas ha existido. Y tu has aceptado formar parte de este montaje desde el primer dia.
– ?Que montaje?
– No intentes negarlo -dijo el, apretando el diario que tenia en la mano-. Aqui esta la prueba. Me has mentido. Me has mentido a la cara.
Lexie lo observo fijamente, sintiendo el calor de su rabia, y sintiendo como emergia su propia rabia a modo de respuesta.
– ?Esta es la razon por la que has venido a mi despacho, para iniciar una retahila de acusaciones contra mi?
– ?Tu lo sabias! -grito Jeremy.
Lexie apoyo las manos en las caderas.
– No, no es verdad.
– ?Pero lo habias leido!
– ?Y que? -se rebelo-. Tambien lei el articulo que aparecio en el periodico, y los articulos de toda esa otra gente. ?Como diantre iba yo a saber que Owen Gherkin tenia razon? Todo lo que sabia era que ese hombre habia llegado a sus propias conclusiones, como el resto. ?Pero si jamas he mostrado un interes especial por ese tema! ?Por que supones que habria dedicado mas de un minuto a pensar en todo eso antes de que tu vinieras? ?No me importa! ?Jamas me ha importado! Tu eres el que esta llevando a cabo una investigacion. Y si hubieras leido ese diario hace un par de dias, tampoco habrias estado seguro. Los dos sabemos que, de todos modos, igualmente habrias hecho tus propias indagaciones.
– Esa no es la cuestion -objeto Jeremy, rechazando la posibilidad de que ella tuvieran razon-. La cuestion es que toda esta historia no es mas que una patrana. La gira, los fantasmas, la leyenda son una miserable farsa, simple y llanamente una miserable farsa.
– ?De que estas hablando? La gira va de los edificios historicos, y si, han incluido el cementerio. Vamos, hombre; solo se trata de pasar un agradable fin de semana en medio de la estacion mas aburrida del ano. No se esta tomando el pelo a nadie, ni provocando ningun dano. ?De verdad crees que la mayoria de la gente opina que son fantasmas? La mayoria de la gente solo dice eso porque es divertido.
– ?Lo sabia Doris? -inquirio el.
– ?Si sabia lo del diario de Owen Gherkin? -Lexie sacudio la cabeza energicamente, furiosa ante la negativa de Jeremy a escucharla-. ?Como quieres que lo supiera?
– Mira, esa es precisamente la parte que no comprendo -profirio el, alzando un dedo como un profesor que intenta enfatizar un punto a un alumno-. Si las dos no queriais que incluyeran el cementerio en la gira, ?por que no fuisteis directamente a la redaccion del periodico y les contasteis la verdad? ?Por que quisisteis que me involucrara en vuestro ridiculo juego?
– Yo no he querido involucrarte en nada. Ademas, esto no es un juego. Es unicamente un fin de semana inofensivo, pero tu te estas empenando en conferirle una importancia desproporcionada.
– No quiero darle una importancia desproporcionada. Tu y el alcalde lo habeis hecho.
– ?Asi que yo soy una de las malas de la pelicula?
Jeremy no dijo nada, y ella achico los ojos.
– Entonces, ?por que te di el diario en primer lugar? ?Por que no lo oculte para que no lo leyeras?
– No lo se. Quiza porque tiene algo que ver con la dichosa libreta de Doris. Las dos habeis intentado que la leyera desde que llegue. A lo mejor pensasteis que no vendria a Boone Creek por esa razon, asi que planificasteis todo este montaje para que viniera.
– ?No te has parado a pensar en lo ridiculo que suena todo esto? -Lexie se apoyo en la mesa, con expresion azorada.
– Simplemente estoy intentando comprender por que me habeis traido hasta aqui.
Lexie levanto los brazos, como si intentara detenerlo.
– No quiero escuchar mas tonterias.
– No, claro que no.
– Mira, sera mejor que te marches -le ordeno ella al tiempo que guardaba el aerosol en uno de los cajones de la mesa-. No encajas en este lugar, y me niego a continuar hablando contigo. Vete. Regresa a tu ciudad.
Jeremy se cruzo de brazos.
– Por lo menos has admitido lo que has estado pensando durante todo el dia.
– ?Anda! Ahora resulta que puedes leer la mente de las personas.
– No, pero no tengo que leer las mentes para comprender por que has estado actuando de ese modo.
– Pues bien, ahora deja que yo te lea los pensamientos, ?de acuerdo? -musito ella, cansada de la actitud de