periodistas rebeldes, por rastreadores profesionales de hechos, y por brillantes hijos fugitivos y errabundos de la afluente comunidad industrial de Norteamerica. Trabajando discretamente durante varios anos, el Instituto Raker de Jim McLoughlin habia estado investigando, como primer proyecto entre los muchos que esperaba desarrollar, una conspiracion tacita y muda de las altas esferas de los negocios norteamericanos, de sus industrias y sus corporaciones, en contra del publico en general y del bienestar comun.

– De lo que se trata -le habia dicho McLoughlin a Randall en su primer encuentro- es de lo siguiente: durante decadas, nuestros magnates de la iniciativa privada, virtuales monopolistas, han suprimido las nuevas ideas, las invenciones, los productos que hubieran hecho descender el costo de la vida para el consumidor. Estos nuevos inventos e ideas murieron al nacer o fueron sofocados por las grandes empresas, pues si hubieran llegado alguna vez al publico habrian acabado con los enormes lucros de que disfruta la iniciativa privada. Hemos hecho una increible labor detectivesca en todos estos meses. ?Sabia usted que alguien invento una vez una pildora que podia producir una gasolina sintetica de alta calidad para automoviles?

Randall le dijo que habia escuchado rumores de semejantes cosas desde que tenia memoria, pero que siempre habia supuesto que tales descubrimientos eran puras fantasias; mas bien anhelos sensacionales que hechos autenticos.

Jim McLoughlin habia proseguido con firme resolucion:

– Siempre ha sido tarea de estas altas esferas de los negocios el hacerle pensar a uno que tales descubrimientos son, como usted dice, puras fantasias. Pero puedo darle mi palabra de que tales maravillas han existido y existen todavia. Un ejemplo perfecto es la pildora de gasolina. Un desconocido genio de la quimica encontro una formula para hacer gasolina sintetica, y comprimio los aditivos quimicos al volumen de una tableta diminuta. Todo lo que uno tendria que hacer seria llenar su tanque de gasolina con agua corriente, echarle la pastilla… y listo: ahi tendria sesenta o setenta litros de gasolina libre de contaminantes a un costo de quiza dos centavos de dolar. ?Cree usted que las gigantescas companias petroleras permitirian que eso saliera al mercado? ?Nunca en la vida! Ello significaria el fin de una industria que mueve miles de millones de dolares. Y ese es solo un caso. ?Que hay de la llamada cerilla perpetua? ?Hubo de veras una cerilla que pudiera encenderse quince mil veces? Puede usted apostar a que si, y a que fue rapidamente suprimida por las grandes empresas.

Y luego encontramos mas, mucho mas.

– ?Que mas? -habia inquirido Randall, definitivamente intrigado.

– Supimos de una fibra textil -prosiguio McLoughlin-, que jamas se gasta; de una hoja de afeitar, una sola hoja, que puede durar toda la vida, sin que haya siquiera que afilarla.

Y han habido varias muestras de llantas de caucho que pueden rodar casi cuatrocientos mil kilometros sin gastarse. Ha habido tambien un foco especial que podia dar luz durante diez anos antes de fundirse. ?Se da usted cuenta de lo que estos productos podrian significar para la familia de bajos ingresos que lucha por sobrevivir? Pero las grandes empresas no lo permiten. A lo largo de los anos los inventores han sido comprados, chantajeados, eliminados…; en dos casos sencillamente desaparecieron, y sospechamos que fueron asesinados. Si, senor Randall, nos hemos documentado bien, y estamos exponiendo toda esa inmunda represion en un informe (un libro negro, si asi prefiere llamarlo) que se titulara El complot en contra de usted.

– Formidable -habia murmurado Randall, repitiendo el titulo para saborearlo.

– En el instante en que nuestro informe sea publicado -continuo McLoughlin- los grandes empresarios recurriran a todos los medios imaginables para evitar que nuestra denuncia sea conocida por el publico. Si eso les falla, trataran de desacreditarla. Por eso he acudido a usted. Quiero que se haga cargo de la promocion del Instituto Raker y de su primera denuncia. Lo necesito para que comunique al publico nuestros descubrimientos… a traves de politicos que realmente se interesen, de periodistas de radio y television, de la Prensa, de folletos impresos, de conferencias patrocinadas. Quiero que supere usted todos los esfuerzos hechos para amordazarnos o difamarnos. Quiero que usted transmita y difunda nuestra historia por todo el pais, a tambor batiente, hasta que sea tan conocida como la Ensena Nacional. No somos clientes que lo haran rico, pero tenemos la esperanza de que, al ver lo que estamos haciendo, usted se sentira parte de un grupo ciudadano inspirado por un verdadero sentido de la honestidad, por primera vez en la historia de Norteamerica. Confio en que usted aceptara.

Randall se habia sorprendido a si mismo entusiasmado, al tiempo que consideraba el proyecto. ?Aceptaria? ?Vaya que si lo haria! Estaba listo para entrar en detalles e iniciar las juntas tan pronto como Jim McLoughlin y sus cruzados lo estuvieran tambien. McLoughlin le habia dicho que estarian preparados muy pronto; desde luego, antes de que terminara el ano. Junto con un veterano equipo de estudiosos, Jim viajaria, durante algunos meses, para investigar un prototipo supersecreto de motor a vapor para automoviles, no contaminante y de bajo precio, cuya aparicion y desarrollo habian sido reprimidos a lo largo de dos decadas por los magnates de la industria del motor de combustion interna en Detroit. Ademas, estaria en contacto con sus colaboradores, quienes trabajarian evaluando proyectos futuros que involucran a otros poderosos malhechores, entre los cuales se incluian las companias de seguros, los monopolios de telefonos, los contubernios de empacadoras, y las asociaciones financieras.

– No espere noticias mias ni de mis colaboradores durante algun tiempo -le habia advertido el joven McLoughlin-. Nuestro paradero siempre sera confidencial. Tenemos que trabajar en secreto. Eso lo aprendi hace mucho. De otra manera, las grandes camarillas de negocios, y sus titeres en diversas ramas del gobierno, tendrian a sus gorilas encima de nosotros, anticipandosenos y desbaratando nuestros planes. Yo solia creer que tal actividad de Estado policiaco era imposible en un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Pensaba que lo que se hablaba de vejamenes semejantes era pura paranoia juvenil e insensatez melodramatica. Pero no es asi. Cuando al lucro se le convierte en sinonimo de patriotismo, cualquier medio parece justificado para preservar ese lucro. Maldito sea el publico… en nombre del publico. Asi que, para proteger al publico, para exponer las mentiras y los fraudes, tenemos que operar como las guerrillas. Cuando menos por ahora. Una vez que, a traves de usted, podamos salir a lo abierto, los metodos honestos y la gente prevaleceran, y tendremos todo el apoyo y la seguridad que necesitamos. Estare en contacto con usted, senor Randall… o lo intentare. Pero de todos modos, este preparado para nuestra marcha avante; con su ayuda, se hara en seis o siete meses, como por noviembre o diciembre. Eso es definitivo.

– De acuerdo -respondio Randall, de verdad emocionado-. En seis o siete meses vuelva conmigo. Estare listo y esperando, y nos lanzaremos.

– Estaremos dependiendo de usted, senor Randall -habia dicho McLoughlin desde la puerta.

El periodo de espera para la cuenta del Instituto Raker recien se habia iniciado, cuando un prospecto de cambio mucho mas radical le vino a caer del cielo a Randall. Cosmos Enterprises, el consorcio internacional multimillonario, presidido por Ogden Towery III, habia irrumpido en su vida. Como un iman colosal, Cosmos Enterprises peinaba los Estados Unidos y el mundo entero, atrayendo y absorbiendo negociaciones exitosas y relativamente pequenas para incrementar su programa de diversificacion. Buscando puntos de invasion en el ramo de las comunicaciones, el equipo de Towery habia visto en Randall y Asociados a una prometedora firma de relaciones publicas. Se habian entablado platicas preliminares entre los abogados de ambas partes. Las negociaciones marchaban sin tropiezos. Todo lo que faltaba, antes de redactar los papeles para revision y firma, era una entrevista entre Towery y Randall.

Esa misma manana, temprano, Towery se habia presentado en Randall y Asociados y habia inspeccionado las instalaciones junto con sus ayudantes. Finalmente, tuvo una junta con Randall, a puerta cerrada, a solas, frente a frente, en su oficina con mobiliario Hepplewhite del siglo xviii.

El inaccesible Towery, una leyenda en los circulos financieros, tenia el aspecto espigado de un ranchero prospero. El hombre, oriundo de Oklahoma, puso su sombrero Stetson sobre su regazo al tiempo que tomaba asiento en la silla tapizada de cuero. Hablo con voz vigorosa, como quien esta acostumbrado a ser escuchado.

Randall habia escuchado, porque veia en su visitante al angel de la libertad. Por la gracia de este multimillonario, Randall podria realizar en pocos anos su largamente acariciada fantasia; aquel paraiso, aquella felicidad con arboles verdes, sin telefono, con una maquina de escribir manual y con seguridad para el resto de su vida.

Fue hacia el final del monologo de Towery cuando sucedio lo unico malo… algo verdaderamente horrendo.

Towery le habia estado recordando a Randall que, aunque Cosmos Enterprises seria la propietaria de su firma, el estaria aun completamente a cargo de la compania bajo un contrato de administracion por cinco anos. A la expiracion del convenio, Randall tendria el derecho a optar por quedarse o irse con el suficiente dinero extra en efectivo y con acciones de la empresa, lo que le haria rico e independiente.

– Este seguira siendo su negocio mientras permanezca usted con nosotros, senor Randall -estaba diciendole

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