del Circuito, pero habian sido trasladados a un plano superior de creaciones en las ciencias, el arte y la construccion…
Solo merced a los conocimientos y al trabajo creador, la Tierra se habia liberado de los horrores del hambre, la superpoblacion, las enfermedades infecciosas y los animales daninos. Habiase salvado del agotamiento de los combustibles, de la falta de elementos quimicos utiles, de la muerte prematura y de la debilidad fisica de las gentes. Y aquellas migajas de saber que llevaba la Tantra eran tambien una aportacion al poderoso alud del pensamiento que daba, cada decenio, un nuevo paso adelante en la organizacion de la sociedad y en el conocimiento de la naturaleza.
Erg Noor abrio la caja de caudales donde se guardaba el diario de navegacion de la Tantra y saco el cofrecillo que contenia el metal de la astronave discoidea. El pesado trozo, de un claro color azul celeste, descansaba compacto en la palma de la mano. Erg Noor sabia que ni en el planeta natal ni en sus vecinos del sistema solar y estrellas proximas semejante metal no existia. Y aquello era una informacion mas, quiza la de mayor importancia, fuera de la noticia del perecimiento de Zirda, que llevaban a la Tierra y al Circuito…
La estrella de hierro estaba muy proxima a la Tierra y, despues de la experiencia del Argos y de la Tantra, la visita del planeta negro por una expedicion preparada al efecto no seria ya tan peligrosa, por muchos que fuesen los acalefos y cruces negras existentes en aquella noche eterna. Habian abierto la astronave discoidal desacertadamente. Si hubieran tenido tiempo para pensar bien la empresa, habrian comprendido sobre el terreno que el enorme tubo en espiral era una parte del sistema de propulsion.
De nuevo, surgian en la memoria del jefe de la expedicion los acontecimientos del ultimo y nefasto dia: Niza, tendida sobre el — que yacia indefenso cerca del monstruo — para protegerle como un escudo. Bien breve habia sido el florecer de aquel amor joven que aunaba en si la abnegada fidelidad de las mujeres antiguas de la Tierra y el arrojo inteligente y sin reservas de la epoca contemporanea…
Pur Hiss aparecio silencioso tras el jefe para relevarle de la guardia. Erg Noor paso a la biblioteca- laboratorio, pero en vez de seguir por el pasillo del compartimiento central que conducia a los dormitorios, abrio la pesada puerta del camarote-enfermeria.
Una luz difusa, igual a la del dia terrestre, brillaba centelleante en los armarios de silicol, llenos de frascos e instrumentos, en el metal de la instalacion de Rayos X y de los aparatos de circulacion sanguinea y de respiracion artificiales. El jefe de la expedicion aparto los cortinones, que llegaban hasta el techo, y se adentro en la penumbra. Una debil claridad, de luna, tomaba tonos calidos en el cristal rosaceo de silicol. Dos estimulantes tiratronicos, enchufados para el caso de un colapso subito, mantenian, con un chasquido apenas perceptible, el latir del corazon de la muchacha paralizada. Dentro del fanal, a la luz rosaceo-argentada, la inmovil Niza aparecia sumida en placido sueno. Muchas generaciones de antepasados, que llevaron una vida sana, holgada y limpia, habian ido cincelando, con suma perfeccion de orfebres, las lineas flexibles y vigorosas del cuerpo de la mujer, la mas bella obra de la pujante vida terrestre. Desde tiempos remotos, las gentes sabian que les habia cabido en suerte un planeta extraordinariamente rico en agua. El agua estimulaba la exuberancia de la vida vegetal, y esta creaba enormes reservas de oxigeno libre. Entonces, empezo a fluir, como un torrente impetuoso, la vida animal, que durante cientos de millones de anos fue perfeccionandose gradualmente, hasta que aparecio el ser pensante: el hombre. La enorme experiencia historica del desarrollo de la vida en los sistemas planetarios de innumerables mundos, vino a demostrar que cuanto mas penoso y largo era el ciego camino evolutivo de la seleccion, mas bellas resultaban las formas de los seres superiores, pensantes, y con mayor sutileza se perfilaba la conveniencia de su adaptacion a las condiciones circundantes y a las exigencias de la vida, armonia en que reside precisamente la belleza.
Todo lo existente se mueve y evoluciona en espiral. Erg Noor se imaginaba, como si la estuviera viendo, esa grandiosa espiral de general ascenso, aplicada a la vida y a la sociedad humana. Y por primera vez comprendio, con sorprendente claridad, que cuanto mas dificiles son las condiciones de vida y funcionamiento de los organismos, como maquinas biologicas, tanto mas penoso es el camino de desarrollo de la sociedad, mas se aprieta la espiral del ascenso y mas se juntan sus espiras. Por consiguiente, cuanto mas lento y homogeneo es el proceso, mas se parecen unas a otras las formas que surgen.
El no tenia razon al correr en pos de los maravillosos planetas de los soles azules. ?Mal habia ensenado a Niza! El vuelo a los nuevos mundos no debia perseguir el fin de buscar y descubrir unos planetas deshabitados cualesquiera, que se habian formado por si mismos, de un modo casual; lo importante era que la humanidad avanzase paso a paso, con sensatez, por toda la rama de la Galaxia en una marcha triunfal del saber y la belleza de la vida… de una belleza como la de Niza…
Abrumado por una subita pena, se arrodillo ante el sarcofago de silicol en que yacia Niza. La respiracion de la muchacha era imperceptible, las pestanas proyectaban unas sombras lilas bajo los ojos, muy cerrados, y los labios, un poco entreabiertos, mostraban el brillante blancor de los dientes. En el hombro izquierdo, junto al codo y en el comienzo del cuello, se divisaban unas palidas manchas azuladas: huellas de la nociva corriente.
— ?Ves, recuerdas algo a traves de tu sueno? — preguntaba acongojado, en un acceso de dolor, sintiendo que su voluntad se tornaba blanda como la cera, en tanto se le hacia un nudo en la garganta, que le impedia respirar.
Erg Noor, apretandose las entrelazadas manos con tal fuerza, que los dedos se amorataban, intentaba transmitir a Niza sus pensamientos, su ardiente llamada a la vida y a la dicha. Pero la muchacha de los cabellos rojizos y ondulados continuaba inmovil, como una estatua de marmol rosado que reprodujera con toda perfeccion el modelo vivo.
La medica Luma Lasvi entro sin hacer ruido en la enfermeria y presintio la presencia de alguien. Al apartar con cuidado los cortinones, vio al jefe de rodillas, inmovil, como un monumento a los millones de hombres que hubieron de llorar a sus amadas. No era la primera vez que le encontraba alli, y una profunda compasion agito su alma. Erg Noor se levanto sombrio. Luma se acerco presurosa a el y le dijo en emocionado susurro:
— Tengo que hablar con usted.
Erg Noor asintio con la cabeza y, entornando los ojos, paso a la sala anterior de la enfermeria. Sin aceptar la silla que la medica le ofrecia, siguio en pie, apoyada la espalda contra el soporte de un emisor de radiaciones en forma de cupula.
Luma Lasvi, que era de pequena estatura, enderezo el cuerpo afanosa de parecer mas alta y grave en la conversacion que se avecinaba. La mirada del jefe corto sus preparativos.
— Usted sabe — empezo a decir la medica, vacilante — que la neurologia moderna ha profundizado en el proceso de surgimiento de las emociones en el consciente y el subconsciente de la psiquis. El subconsciente cede a la accion que los remedios inhibitivos ejercen a traves de las antiguas regiones del cerebro encargadas de la regulacion quimica del organismo, incluido el sistema nervioso y, parcialmente, la actividad nerviosa superior.
Erg Noor arqueo las cejas. Y Luma Lasvi se dio cuenta de que su preambulo era demasiado largo y detallado.
— Queria decir que la medicina tiene posibilidades de accion sobre los centros cerebrales que rigen las emociones fuertes. Yo podria…
El fulgor de los ojos de Erg Noor y su fugaz sonrisa denotaban que habia comprendido.
— ?Usted quiere ejercer influencia sobre mi amor, liberandome asi de mis padecimientos? — inquirio rapido.
La medica asintio con la cabeza.
Erg Noor le tendio la mano, agradecido, y denego:
— Yo no renuncio a la riqueza de mis sentimientos por mucho que me hagan sufrir. Los padecimientos, cuando no son superiores a las propias fuerzas, llevan a la comprension, y esta, al amor. Tal es el ciclo… Gracias, Luma, es usted muy buena, ?pero no hace falta ese remedio!
E impetuoso como siempre, salio de la estancia.
Con la premura de los casos de averia, los ingenieros y los mecanicos electronicos reinstalaron en el puesto central y en la biblioteca, igual que trece anos antes, las pantallas de TVF para transmisiones terrestres. La astronave habia entrado en la zona donde se podian captar las radioondas de la red universal de la Tierra, difundidas por la atmosfera.
Las voces, los sonidos, las formas, los colores del planeta natal y querido reanimaban a los viajeros, aguijoneando su impaciencia, y la duracion del vuelo cosmico se hacia cada vez mas insoportable.
La astronave llamaba al satelite artificial 57 por la onda habitual de los largos espacios intersiderales y esperaba, de hora en hora, la respuesta de aquella potente estacion entre la Tierra y el Cosmos.