Por fin, la llamada de la astronave llego a la Tierra.

Toda la tripulacion permanecia en vela junto a los receptores de radio. ?Era el retorno a la vida despues de trece anos terrestres, o nueve dependientes, sin comunicacion con el planeta en que nacieran! La gente escuchaba con insaciable avidez las informaciones terrestres. Por la red universal se discutian las nuevas e importantes cuestiones que, como de costumbre, planteaba todo el que queria.

Una propuesta, captada casualmente, del agrologo Heb Ur habia suscitado una discusion de seis semanas y los calculos mas complejos.

«Propuesta de Heb Ur. ?Examinenla!» — resonaba la voz de la Tierra —. «Todos los que hayan meditado sobre el particular y trabajado en este aspecto, cuantos tengan ideas coincidentes o hayan llegado a conclusiones opuestas, ?que digan su opinion!» La formula acostumbrada de las amplias discusiones publicas llenaba de jubilo a los viajeros. Heb Ur habia propuesto al Consejo de Astronautica un estudio sistematico de los planetas accesibles de las estrellas azules y verdes. A su parecer, aquellos eran mundos singulares, con radiaciones de gran potencia capaces de estimular quimicamente los compuestos minerales, inertes en las condiciones terrestres, a la lucha contra la entropia, es decir, a la vida. Ciertas formas especiales de vida de minerales mas pesados que los gases se tornarian activas bajo los efectos de las elevadas temperaturas e intensas radiaciones de las estrellas de las clases espectrales superiores. Heb Ur consideraba natural el fracaso de la expedicion a Sirio, que no descubrio alli rastro alguno de vida, porque esta estrella de rapida rotacion era doble y carecia de un campo magnetico potente. Nadie discutia con Heb Ur respecto a que las estrellas dobles no podian ser generadoras de sistemas planetarios del Cosmos, pero la esencia de la propuesta suscito una viva oposicion por parte de los tripulantes de la Tantra.

Los astronomos de la expedicion, con Erg Noor a la cabeza, redactaron y enviaron un mensaje en el que se expresaba la opinion de los primeros hombres que habian visto Vega en el filme rodado por los del Argos.

Y los terricolas oyeron maravillados la voz de la astronave que se aproximaba.

La Tantra era contraria al envio de una expedicion siguiendo los principios de Heb Ur.

Las estrellas azules emitian en efecto una cantidad de energia, por unidad de superficie de sus planetas, suficiente para la vida de compuestos pesados. Pero cualquier organismo vivo era un filtro y una presa de energia que contrarrestaba la segunda ley de la termodinamica o entropia, creando estructuras, propiciando una gran complicacion de las moleculas minerales y gaseosas simples. Esa complicacion solo podia surgir en un proceso de desarrollo historico de enorme duracion y, por consiguiente, a base de condiciones fisicas muy constantes. Y precisamente esas condiciones faltaban en los planetas de las estrellas de elevadas temperaturas, donde las rafagas y torbellinos de potentisimas radiaciones destruian rapidamente los compuestos complejos. Alli no habia nada largamente duradero, ni podia haberlo, pese a que los minerales adquirian la estructura cristalina mas estable en la red atomica cubica.

En opinion de la Tantra, Heb Ur repetia el razonamiento unilateral de los antiguos astronomos, que no comprendian la dinamica del desarrollo de los planetas. Cada planeta perdia sus elementos ligeros, los cuales lanzabanse al espacio para dispersarse en el.

Dicho fenomeno se producia especialmente bajo el tremendo calor de los soles azules y la presion de sus irradiaciones.

La Tantra citaba ejemplos y terminaba afirmando que el proceso de aumento de pesantez de los planetas de las estrellas azules impedia que surgiesen en ellos formas de vida.

El satelite artificial 57 transmitio directamente las objeciones de los cientificos de la astronave al observatorio del Consejo.

Al fin llego el instante que con tanta impaciencia esperaban Ingrid Ditra y Key Ber, como, por cierto, todos los miembros de la expedicion. La Tantra empezo a aminorar la velocidad subluminica de su vuelo y, dejando atras el cinturon gelido del sistema solar, se aproximo a la estacion para astronaves situada en Triton. Aquella velocidad no era ya precisa, pues desde alli, desde el satelite de Neptuno, la Tantra, volando solamente a novecientos millones de kilometros por hora, podria llegar a la Tierra en menos de cinco horas. Sin embargo, la aceleracion de la arrancada se prolongaba tanto tiempo que, durante el, la nave que emprendiese el vuelo desde Triton sobrepasaria el Sol y se alejaria a enorme distancia de este.

A fin de economizar el precioso anameson y de liberar a los navios cosmicos de pesados equipos, dentro del sistema se volaba en planetonaves ionicas. Su velocidad no excedia de ochocientos mil kilometros por hora para los planetas interiores y de dos millones y medio para los exteriores. Un viaje ordinario de Neptuno a la Tierra duraba de setenta y cinco a noventa dias.

Triton, casi tan voluminoso como los gigantescos satelites tercero y cuarto de Jupiter — Ganimedes y Calixto — y el planeta Mercurio, poseia por ello una fina capa atmosferica, compuesta especialmente de azoe y acido carbonico.

Erg Noor aterrizo en un polo de Triton, en el sitio senalado, a cierta distancia del edificio — de anchas cupulas — de la estacion. Los cristales del sanatorio-lazareto refulgian sobre una planicie, al borde de un barranco horadado por las dependencias subterraneas. Alli, en pleno aislamiento de la gente, los viajeros debian guardar cuarentena. Durante la misma, expertos medicos examinaban atentamente sus cuerpos, en los que podia haber anidado alguna nueva infeccion. El peligro era demasiado grande para menospreciarlo.

Por ello, cuantos habian aterrizado en otros planetas, incluso deshabitados, eran sometidos ineludiblemente a dicha observacion, por mucho tiempo que hubieran permanecido en la astronave. El interior de esta tambien era inspeccionado por los cientificos del sanatorio, antes de que la estacion autorizase el regreso a la Tierra. En cuanto a los planetas explorados por la humanidad desde hacia tiempo, como Venus, Marte y algunos asteroides, la cuarentena se guardaba en sus respectivas estaciones, antes de emprender dicho vuelo.

De todos modos, la estancia en el sanatorio era mucho mas soportable que en la astronave. Laboratorios de estudios, salas de conciertos, banos combinados de electricidad, musica, agua y oscilaciones ondulares, paseos cotidianos, con escafandras ligeras, por las montanas y alrededores del lazareto… Y, por ultimo, se disfrutaba de la comunicacion con el planeta natal, no siempre regular, cierto, ?pero los mensajes solo tardaban cinco horas en llegar a la Tierra!

El sarcofago de silicol en que yacia Niza lo trasladaron al sanatorio con toda clase de precauciones. Erg Noor y el biologo Eon Tal fueron los ultimos en abandonar la Tantra.

Caminaban con facilidad, a pesar del lastre con que se habian cargado para no dar subitos saltos a causa de la debil fuerza de gravedad de aquel planeta.

Se apagaron los proyectores que rodeaban el campo de aterrizaje. Triton pasaba frente a la parte de Neptuno iluminada por el Sol. Y por debil que fuera la luz grisacea reflejada por Neptuno, el gigantesco espejo de este inmenso planeta, que se encontraba solamente a trescientos cincuenta mil kilometros de Triton, disipaba las tinieblas creando en su satelite una clara penumbra semejante al crepusculo primaveral de las altas latitudes de la Tierra. Triton daba una vuelta en torno a Neptuno — en sentido inverso a la rotacion de este, es decir, de Oriente a Occidente — en casi seis dias terrestres, y sus periodos «diurnos» duraban cerca de setenta horas. Entre tanto, Neptuno tenia tiempo de dar cuatro vueltas alrededor de su eje; tambien la sombra del satelite se deslizaba rauda, perceptiblemente, por el borroso disco.

Casi a la vez, el jefe y el geologo vieron una pequena nave posada en la planicie, lejos del borde del barranco. No era un navio cosmico con su mitad posterior abultada y grandes crestas de equilibrio. A juzgar por su muy afilada proa y su estrecho casco, debia ser una planetonave, pero se diferenciaba de los conocidos contornos porque tenia un grueso anillo en la popa y una alta superestructura en forma de huso.

— ?Hay aqui otra nave en cuarentena? — inquirio Eon en tono casi afirmativo —.

?Habra cambiado el Consejo su costumbre?…

— ?De no enviar nuevas expediciones astrales antes del regreso de las anteriores? — anadio Erg Noor —. En realidad, hemos cumplido los plazos fijados, pero el mensaje que debiamos enviar desde Zirda se ha retrasado dos anos.

— Tal vez se trate de una expedicion a Neptuno… — conjeturo el biologo.

Recorrieron los dos kilometros de camino hasta el sanatorio y subieron a la amplia terraza, revestida de basalto rojo. En el cielo brillaba el diminuto disco del Sol, mas refulgente que todas las estrellas. Se le veia bien desde alli, desde el polo del satelite sin movimiento de rotacion. Un frio terrible, de ciento setenta grados bajo cero, se sentia a traves de la caldeadora escafandra como los habituales rigores de un invierno polar de la Tierra. Grandes copas de amoniaco o de acido carbonico congelados caian lentamente en la atmosfera inmovil, dando a los alrededores la serena calma de un nevado paisaje terrestre.

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