«Afortunadamente hasta el momento no se ha producido ningun enfrentamiento directo. Es decir, por lo que sabemos. Pueden pasar siglos antes de que nos lleguen los informes de todas las naves de inseminacion. Y si de algunas no recibimos noticias, tal vez se deba a que el Cieno triunfo sobre el Hombre…

«En el 3505 el Parlamento Mundial se reunio por ultima vez y aprobo, ciertas normas para la futura colonizacion de los planetas. Esa fue la celebre Directiva de Ginebra. Algunos las consideraban excesivamente idealistas, y lo cierto es que no habia manera de imponerlas. Pero constituian una declaracion de principios, un ultimo gesto de buena voluntad hacia un universo que tal vez jamas podria comprenderlo.

«El tema que nos ocupa hoy se relaciona con una de las normas de la Directiva, justamente la mas importante y controvertida, puesto que excluyo de nuestros planes a algunos de los planetas mas prometedores.

«La presencia de un nivel minimo de oxigeno en la atmosfera de un planeta es senal inequivoca de la existencia de vida.

Es un elemento demasiado inestable como para existir en estado puro, a menos que existan plantas o formas de vida equivalentes que lo renueven constantemente. Desde luego, la presencia de oxigeno no indica necesariamente la existencia de vida animal, pero prepara el terreno para su aparicion. Y si bien las formas de vida animal que desarrollan inteligencia son muy raras, no se ha descubierto, en teoria, otra manera de llegar a ella.

«Por consiguiente, de acuerdo a los principios del metaderecho, se prohibia la colonizacion de los planetas donde se comprobara la presencia de oxigeno. Francamente no creo que se hubiera tomado una decision tan drastica si no se hubiera descubierto el empuje cuantico, fuente de poder y energia ilimitados.

«Ahora permitanme explicarles nuestro plan de operaciones en Sagan 2. Como se ve en este mapa, mas del cincuenta por ciento de la superficie esta cubierta por una capa de hielo de un espesor medio de tres kilometros. ?Ahi esta todo el oxigeno que necesitamos!

«Una vez que llegue a su orbita definitiva, el Magallanes utilizara una pequena fraccion del poder del empuje cuantico a manera de lanzallamas para derretir el hielo y descomponer el vapor en hidrogeno y oxigeno. El hidrogeno se disipara rapidamente en el espacio; si es necesario, podemos acelerar ese proceso mediante los rayos laser.

«En apenas veinte anos la atmosfera de Sagan 2 contendra un diez por ciento de O2, aunque seguira siendo irrespirable debido a la presencia de oxidos de nitrogeno y otros gases toxicos. A esa altura sembraremos el planeta con bacterias cultivadas y con ciertas plantas, a fin de acelerar el proceso. En ese momento, y a pesar de todo el calor que le habremos suministrado, la temperatura del planeta seguira siendo muy baja, solo subira a cero durante las horas del mediodia en el Ecuador.

«Entonces recurriremos al empuje cuantico, probablemente por ultima vez. El Magallanes, que desde su construccion se encuentra en el espacio, descendera por fin sobre la superficie de un planeta.

«Todos los dias, a la hora apropiada, se activara el empuje cuantico al maximo de poder que pueda soportar la nave y el lecho rocoso sobre el cual se posara. No sabremos cuanto tiempo insumira la operacion hasta que realicemos las primeras pruebas; tal vez sea necesario lanzar la nave otra vez, si el sitio del primer descenso resulta geologicamente inestable.

«Una primera aproximacion pareceria indicar que deberemos aplicar el empuje durante treinta anos para desacelerar el movimiento de traslacion del planeta y acercarlo a su sol lo suficiente para dotarlo de un clima templado. Se necesitaran veinticinco anos mas para imprimirle una orbita circular. Pero Sagan 2 sera habitable desde algunos anos antes, aunque los inviernos seran muy duros hasta que llegue a su orbita definitiva.

«Y asi tendremos un planeta virgen mas grande que la Tierra, con un veinte por ciento de superficie oceanica y una temperatura media de veinticinco grados. El contenido de oxigeno en la atmosfera sera un treinta por ciento inferior al de la Tierra, pero aumentara. Entonces habra llegado el momento de despertar a los novecientos mil seres humanos en hibernacion y obsequiarles el nuevo mundo.

«Ese es el plan previsto, a menos que algun hecho o descubrimiento inesperado nos obligue a alterarlo. Y en el peor de los casos…

La doctora Varley vacilo, luego sonrio severamente: No, pase lo que pasare, ustedes no volveran a vernos aqui. Si no podemos colonizar Sagan 2, tenemos otro blanco treinta anos luz mas alla. Tal vez sea mejor que aquel.

«Tal vez algun dia colonizaremos los dos. Pero eso es cosa del futuro.

Pasaron varios minutos antes de que se iniciara la discusion. Los academicos habian quedado estupefactos, lo cual no les impidio brindar un cerrado aplauso a la conferenciante. La inicio el presidente, quien, por experiencia, siempre traia un par de preguntas preparadas de antemano.

— Una pregunta trivial, doctora Varley: ?a que o quien se debe el nombre del planeta?

— Se lo bautizo asi en homenaje a un escritor de novelas cientificas de principios del tercer milenio.

La pregunta rompio el hielo, tal como el presidente lo habia previsto.

— Usted dijo que Sagan 2 tiene un satelite, doctora. ?Que sucedera cuando se modifique la orbita del planeta?

— Sufrira algunas perturbaciones leves, nada mas. Seguira a su centro.

— Si la directiva del… ?el 3500, dijo?…

— 3505.

— …hubiera sido aprobada anos antes, ?estariamos nosotros aqui? ?Thalassa hubiera sido un planeta prohibido!

— Buena pregunta, en la nave la hemos discutido. La mision de inseminacion del 2751, la Nave Madre en Isla Austral, hubiera sido indudablemente contraria a la Directiva. Por suerte no existe ese problema. Aqui no hay animales terrestres, por consiguiente, no se ha violado el principio de no intromision.

— Quiero hacer una pregunta muy especulativa — dijo una academica muy joven, y su observacion provoco las sonrisas de los mayores —. Coincidimos en que el oxigeno es senal de vida pero, el postulado contrario, ?es igualmente cierto? Podemos imaginar que existen toda clase de criaturas, incluso formas de vida inteligentes, en planetas sin oxigeno, inclusive sin atmosfera. Muchos filosofos postulan que la evolucion conduce a la aparicion de maquinas inteligentes. Si es asi, estas preferirian una atmosfera que no las oxidara. ?Han calculado la edad de Sagan 2? Tal vez ya supero la era de la biologia que requiere oxigeno. ?Saben que no se encontraran con una civilizacion integrada por maquinas?

Se alzo un coro de grunidos, y una voz murmuro, «?eso es ciencia ficcion!» en tono de fastidio. La doctora Varley aguardo a que se hiciera silencio y respondio laconicamente:

— Ese no es un problema que nos quite el sueno. El principio de no intromision no se aplicaria a una civilizacion de maquinas. ?Mas bien deberiamos preocuparnos por lo que ellas nos harian a nosotros!

Un hombre muy anciano — la persona mas vieja que la doctora Varley habia visto en Thalassa — se paro lentamente en el fondo de la sala. El presidente garabateo una nota y se la paso: «Prof. Derek Winslade — 115 anos — D. de la ciencia de T. — historiador». La doctora Varley la leyo, perpleja, hasta que una misteriosa intuicion le dijo que D. significaba Decano.

No es casual, penso, que el decano de la ciencia thalassiana sea un historiador. En setecientos anos de historia de las Tres Islas, habia aparecido apenas un punado de pensadores originales.

Pero no debia ser injusta. La verdad era que los thalassianos se habian visto obligados a construir la infraestructura de su civilizacion a partir de cero; no habian tenido oportunidades ni incentivos para desarrollar investigaciones que no fuesen de aplicacion practica inmediata. Y existia un problema mas profundo y sutil: el de la poblacion. Ninguna disciplina cientifica podria contar en un momento dado con el numero de investigadores necesario para alcanzar la «masa critica»: la cantidad minima de cerebros activos necesaria para conducir la investigacion hacia un nuevo campo del saber.

Esta ley solo conocia excepciones — muy raras por otra parte — en los campos de la musica y las matematicas. En cualquier momento y lugar podia surgir un genio solitario — un Mozart, un Ramanujan —, capaz de lanzarse a navegar por los mares del pensamiento. El unico ejemplo que podia mostrar la ciencia local era Francis Zoltan (214–242), cuyo nombre, quinientos anos despues, aun era objeto de veneracion. Sin embargo, la doctora Varley tenia algunas dudas respecto de su genio. Tenia la impresion que nadie comprendia sus descubrimientos en el campo de los numeros hipertransfinitos. Nadie habia podido someterlos a la prueba ultima de la verdadera genialidad, desarrollandolos a partir de donde los habia dejado su autor. A tantos anos de distancia no se habia podido verificar ni refutar su celebre «ultima hipotesis».

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