Harvey levantara el tono de voz.

—?De uno en uno! Mark, por favor, dejala hablar.

—Este... hombre quiere abandonar a nuestros chicos —dijo Marie.

—No es cierto. Solo trato de decirle...

Ella le interrumpio.

—Los chicos estan en el parque Sequoia. Se lo he dicho. En el Sequoia. Pero el nos lleva hacia el oeste, y esa no es la direccion correcta.

—?Callaos todos! —grito Joanna, con un dejo de histeria en la voz que acallo a Mark antes de que pudiera decir algo mas.

Mark nunca habia visto a Joanna temblar de aquella manera. Y, ademas, tenia la escopeta.

—?Adonde vamos, Mark? —pregunto Harvey.

—Al Sequoia —dijo Mark—. Es un sitio muy grande y ella no sabe donde...

—Yo lo se —declaro Harvey—. ?Donde estamos?

—En el valle Simi —respondio Mark—. ?Quieres escucharme?

—Si, habla.

—Harvey, este hombre...

—?Callate, Marie! —exclamo Harvey en un tono deliberadamente brutal. La mujer se callo.

—Mira, Harv, hay gente por todas partes —explico Mark—. Empezaba a haber atascos en las carreteras, asi que tome un camino que conozco. Lo usan muchos motociclistas. Ese camino nos llevara a traves de la reserva de condores. Es cierto que se dirige un poco al oeste, pero asi nos apartamos de las malditas autopistas. ?Te has parado a pensar cuanta gente esta intentando salir de Los Angeles en estos momentos? Poca gente conoce este camino, y discurre por terreno elevado. No nos equivocamos al seguir esta ruta. —Se volvio hacia Marie—. Eso es lo que intentaba decirle. Tenemos que cruzar las montanas, llegar al valle de San Joaquin, en terreno llano, y dirigirnos hacia el Sequoia desde alli.

—Veamos un mapa —sugirio Harvey.

—No sale en los mapas —protesto Mark—. De lo contrario todo el mundo lo conoceria...

—Creo que esa ruta es correcta —dijo Harvey—, pero quiero ver lo que ocurre despues. Tengo mapas en el furgon.

Joanna se le adelanto. Fue hasta la moto y busco en la bolsa que colgaba del sillin.

—Frank Stoner nos hizo tres copias, una para cada moto —les dijo al regresar a su lado, con una gran carta geografica en las manos. Aquel mapa mostraba los accidentes del terreno en colores—. Tambien hay mapas del club del automovil.

Estaba demasiado oscuro para poder ver el mapa. Mark fue al furgon y regreso con una linterna. Maria continuaba apartada, rigida y silenciosa, con la mirada todavia acusadora.

—?Lo ves? —dijo Mark—. Hemos de pasar por aqui. La carretera pasa entre lagos con presas y por la parte mas alta de la falla de San Andres. ?Crees que la carretera grande aun se podra usar?

Harvey meneo la cabeza. No importaba. Si la carretera estuviera en uso, un millon de personas tratarian de utilizarla. De lo contrario...

—Siguiendo este camino saldremos por Frazier Park.

—Exacto. Luego bajamos al valle y seguimos en linea recta hacia el norte. Pensaba llegar hasta el Mojave porque Frank creia que ese seria el mejor sitio, pero por ahi no podriamos llegar al Sequoia. —Senalo un lugar en el mapa—. Todas las rutas orientales pasan por el lago Isabella, siguiendo el curso del rio Kern. Harv, con esta lluvia, ?cuantos puentes quedaran sobre el Kern?

—Ninguno. Tiene razon, Marie. Si seguimos por la ruta directa, jamas llegaremos alli.

Mark parecio complacido. Joanna apoyo la escopeta en la moto y se sento en el sillin.

—Si te hubieras explicado antes... —empezo a decir Marie.

—?Por Dios, lo intente! —exclamo Mark.

—No me refiero a ti —dijo ella.

Harvey penso que se referia a el, y tenia razon. No podia abandonarse. Su hijo estaba en las colinas y tenia que ir en su busca. Menos mal que Marie le habia hecho salir de su letargo.

—?Como estamos de gasolina? —pregunto Harvey.

—Bastante bien. Hemos hecho unos ochenta kilometros...

—Solo eso —musito Harvey. Naturalmente, era cierto, podia verlo en el mapa, pero tenia la impresion de que habian avanzado mucho mas. Debian haber ido bastante despacio—. Mark, ?crees que este camino de montana es seguro? ?No le interrumpiran las lluvias?

—Es probable —dijo Mark. Senalo en silencio las presas situadas por encima de la carretera interestatal numero cinco—. ?Prefieres arriesgarte a que todo esto se rompa?

—No. Sera mejor que nos vayamos cuanto antes —dijo Harvey—. Yo conducire.

—Yo ire delante con la moto, Joanna puede ir a tu lado, con la escopeta.

Mark no menciono a Marie. No hablaba con ella.

Hacer algo, cualquier cosa, era agradable. Harvey empezaba a sentir dolor de cabeza, el principio de una migrana, y tenia los hombros y el cuello tan tensos que casi podia sentir los nudos en ellos, pero era mejor que acurrucarse en el asiento.

—Vamonos —dijo Harvey.

El camino discurria entre monticulos, rodeaba colinas, siempre en direccion noroeste. Nunca abandonaba el terreno alto. De trecho en trecho lo cruzaban rocas y montones de barro, pero gracias a la altura los escombros no eran profundos. Ademas, como era muy poco transitado, los bordes no estaban desgastados.

Las montanas habian cambiado de posicion. El camino hubiera podido finalizar en cualquier momento. Al igual que el juicio de Mark Czescu, aquel camino no era algo con lo que se pudiera contar de una manera absoluta, pero ninguno de los dos habia fallado esta vez. Por fin llegaron a una calzada asfaltada y Harvey pudo aumentar la velocidad.

Le gustaba conducir. Lo hacia con una concentracion total, sin abandonarse a otros pensamientos. Estaba al acecho de posibles obstaculos, reducia la marcha al llegar a una curva. Sigue adelante, se decia, devora kilometros, prosigue sin mirar nunca atras, sin pensar en lo que queda detras de ti.

Iniciaron el descenso hacia el valle de San Joaquin. Por todas partes habia agua, y el panorama era estremecedor. Harvey se detuvo y consulto el mapa. Su camino conducia directamente al lecho de un lago seco. Ahora no estaria seco, asi que cruzarian el rio Kern por la carretera, luego se desviarian hacia el nordeste...

?Tendrian suficiente gasolina? Hasta entonces no les habia faltado. Harvey penso en la gasolina extra que habia almacenado, y en los ladrones y asesinos en una camioneta azul. Algun dia los encontraria, no importaba donde se escondieran. Pero no habian tomado aquella carretera, pues de lo contrario lo habria notado. Hasta entonces habian tenido la carretera casi para ellos solos.

Al alba estaban al nordeste de Bakersfield. Habian avanzado bastante, a ochenta kilometros por hora, y ahora se encontraban en terreno elevado, rodeando el borde oriental del San Joaquin, sin que nada les detuviera.

Harvey se percato de que aquella ruta les conduciria directamente al rancho de Jellison.

El rio Tule era demasiado profundo. Nadie se habia atrevido a utilizar la carretera paralela a su cauce. Cuando Harvey lo comprendio, era demasiado tarde. Pudo ver la presa alla adelante.

El agua se derramaba por un costado y a lo largo de la parte superior. Podia deducirse donde estaba el aliviadero por la agitada corriente del rio que vertia sobre el paramento de la presa. Harvey hizo sonar el claxon para alertar a Mark. Saco un brazo por la ventanilla, cerro el puno y lo movio vigorosamente arriba y abajo, haciendo la senal con que en el Ejercito se indica el paso ligero. Luego senalo la presa.

Mark comprendio el mensaje y acelero fuertemente la motocicleta. Harvey piso gas y avanzo velozmente tras el. Casi habian llegado a la presa...

Un rio de barro habia inundado la carretera. Media docena de personas y otros tantos vehiculos estaban atrapados en el fango. Habian tratado de rebasar el deslizamiento, pero habia sido en vano.

Harvey conecto la traccion en las cuatro ruedas y prosiguio sin detenerse. Un hombre salto hacia adelante para tratar de detener el furgon, con los brazos extendidos. Harvey paso lo bastante cerca para ver su rostro, en el que se reflejaba un rictus de terror y determinacion... y el hombre vio tambien el rostro de Harvey. El furgon paso casi rozandole y el hombre salto hacia atras.

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